Sábado 23 - Por Sofía Diamante - Después de una semana turbulenta en la situación de YPF, que derivó en el desplome de la cotización bursátil de la empresa, ayer el precio de sus acciones rebotó hasta 13%, para cerrar en 7% en Wall Street. Fue luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmara que no está en los planes del Gobierno estatizar la petrolera, una versión que había empezado a circular con fuerza luego de la renuncia del presidente de la compañía, Guillermo Nielsen. “De ninguna manera. El rumor es falso. YPF es una empresa privada con 51% de participación estatal, que tiene un rol estratégico en el desarrollo energético de la Argentina, y así seguirá siendo”, le dijo el ministro a Télam, en la Casa Rosada. Tras la confirmación de que Nielsen renunció a la presidencia de YPF y de que será reemplazado por el actual diputado nacional Pablo González, exvicegobernador de Santa Cruz y proveniente del núcleo duro de la vicepresidenta Cristina Kirchner, en el mercado se instaló el rumor de que el exsecretario de Finanzas dejaba la empresa para no ser parte de la expropiación del 49% de las acciones que están en manos privadas. Luego de la desmentida del ministro Guzmán, mejoró el humor de los inversores respecto de la petrolera argentina y la cotización de las acciones subió de US$3,25 a US$3,49, aunque todavía está lejos de los US$4,8 que valía el título antes de que se anunciara la reestructuración de deuda por US$6200 millones. Tras una semana turbulenta en la situación de YPF, que derivó en el desplome de la cotización bursátil de la empresa, ayer el precio de sus acciones rebotó hasta 13%, para cerrar en 7% en Wall Street. Fue luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que no está en los planes del Gobierno estatizar la petrolera, una versión que había empezado a circular con fuerza luego de la renuncia del presidente de la compañía, Guillermo Nielsen. “De ninguna manera. El rumor es falso. YPF es una empresa privada con 51% de participación estatal que tiene un rol estratégico en el desarrollo energético de la Argentina, y así seguirá siendo”, le dijo el ministro a Télam, en la Casa Rosada, luego de la reunión del gabinete económico, anteanoche. Tras la confirmación de que Nielsen renunciaba a la presidencia de YPF y que será reemplazado por Pablo González, exvicegobernador de Santa Cruz y proveniente del núcleo duro de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el mercado se instaló el rumor de que el exsecretario de Finanzas dejaba la empresa para no ser parte de la expropiación del 49% de las acciones que están en manos privadas. Luego de la desmentida de Guzmán, el humor de los inversores respecto de YPF mejoró y la cotización de las acciones subió de US$3,25 a US$3,49, aunque todavía está lejos de los US$4,8 que valía el título antes de que se anunciara la reestructuración de deuda por US$6200 millones De hecho, la oferta de canje no sedujo a los tenedores de bonos y, según fuentes del mercado, casi no hubo acreedores que hayan ingresado en el plazo de adhesión temprana (early bird) que venció anteayer. La empresa tampoco realizó una comunicación al respecto, lo que confirmaría esta hipótesis. La oferta de canje voluntario está disponible hasta el 4 de febrero. Sin embargo, pasado mañana se realizará la primera asamblea a la que convocó la empresa para modificar los contratos de los viejos bonos ya emitidos, que se buscan cambiar, de forma tal de inducir una mayor participación al canje. Antes de esta reunión se espera también que YPF anuncie una mejora en su oferta. Al momento, la empresa pidió posponer todos los vencimientos de capital e intereses por dos años, ofreciendo tres bonos a cambio: uno que vence en 2026, respaldado por el flujo de cobranza de exportaciones, y otros dos títulos, con vencimiento en 2029 y 2033, sin respaldo de exportaciones. El disparador que generó la necesidad de reestructurar la deuda es un vencimiento de US$413 millones que debería afrontar el próximo 23 de marzo. La empresa tiene los recursos para pagarlo, pero el Banco Central no cuenta con las divisas para vendérselas. En el mercado financiero apuntan a Sergio Chodos, representante de la Argentina ante el FMI, como el ideólogo detrás del diseño del megacanje, aunque en la petrolera lo niegan. El economista fue uno de los que negociaron el canje soberano de 2005, como asesor del exministro de Economía Roberto Lavagna y de Nielsen. De hecho, fue el ideólogo de la famosa ley cerrojo, que imposibilitaba al Poder Ejecutivo a reabrir el proceso de canje, aunque luego se derogó cuando, en 2010, bajo la gestión del ministro de Economía Amado, Boudou se volvió a negociar. Chodos fue también secretario de Finanzas de Felisa Miceli. Luego pasó a administrar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses y fue director del Banco Central. Hasta hace poco tiempo era uno de los candidatos de la vicepresidenta Cristina Kirchner para suceder a Miguel Pesce en la entidad monetaria. |