Por Mariano Spezzapria - Luego de la polémica desatada por su desafortunada frase sobre el origen de los brasileños y los mexicanos, el presidente Alberto Fernández sumó ayer otro capítulo a la saga de traspiés diplomáticos al felicitar en forma precipitada al candidato presidencial peruano Pedro Castillo, que aún no fue oficializado como ganador.

La cancillería peruana entregó una “nota de protesta” al embajador argentino en Lima, Enrique Vaca Narvaja, en la que advirtió que los resultados finales de las elecciones generales 2021 “aún no han sido anunciados por las autoridades”.

En una nueva escalada con Brasil, el presidente Jair Bolsonaro comparó a Fernández con el venezolano Nicolás Maduro. La Cancillería, a cargo de Felipe Solá, intentó ayer distender el conflicto a través de los embajadores de los países implicados.

En tanto, ayer Fernández le pidió al Inadi que analice si sus dichos sobre los mexicanos (“descienden de los indios”) y los brasileños (“vienen de la selva”) son discriminatorios.

Tras la desafortunada frase sobre el origen de los brasileños y los mexicanos, por la que tuvo que pedir disculpas, el presidente Alberto Fernández sumó ayer otro capítulo a la saga de su imprudencia diplomática al felicitar en forma precipitada al candidato presidencial peruano Pedro Castillo, lo que le valió una queja formal del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

La cancillería peruana entregó una “nota de protesta” al embajador argentino en Lima, Enrique Vaca Narvaja, en la que advirtió que los resultados finales de las elecciones generales 2021 “aún no han sido anunciados por las autoridades”.

Se trató de un nuevo enredo provocado por la “diplomacia presidencial” directa que ejerce Fernández, y que obliga a los diplomáticos argentinos a hacer un esfuerzo por evitar una escalada de la controversia a nivel regional. En especial, con el gobierno de Jair Bolsonaro, quien ayer no tuvo reparos en comparar a su par argentino con el venezolano Nicolás Maduro.

Según pudo saber la nacion, no preocupó especialmente a la Casa Rosada la reacción de Bolsonaro, aunque Fernández buscó aclarar la situación con el gobierno de México a través del canciller Marcelo Ebrard. En el caso de Perú, la administración del Frente de Todos está convencida de que Castillo le ganó las elecciones a Keiko Fujimori, por lo que el Presidente expresó un “respaldo político”, afirmaron fuentes de la Cancillería.

A diferencia de Perú, que presentó una queja formal, Brasil y México no lo hicieron, pese a la repercusión negativa de la frase que Fernández pronunció anteayer junto al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en Buenos Aires. “Escribió alguna vez Octavio Paz que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos en los barcos de Europa”, dijo el Presidente.

El malestar que provocó esa desafortunada definición de Fernández se hizo notar ayer en el mundo de las relaciones diplomáticas y fue transmitido a funcionarios argentinos tanto en Buenos Aires como en el exterior. No pocos representantes lamentaron la “contradicción político-ideológica” que evidenció la frase presidencial, porque dañó “el concepto de patria grande” que el Gobierno busca reforzar.

Los diplomáticos, algunos con despacho en el Palacio San Martín y otros con terminales en los distintos sectores del Frente de Todos, buscaron contrarrestar un efecto secundario de la declaración de Fernández: que “se lo tome para la risa”, lo que derivaría en una “ridiculización” de la figura presidencial. “Estamos buscando que se entienda que fue un furcio y que no amerita una queja diplomática oficial”, deslizó otra fuente diplomática.

El propio embajador en Brasil, Daniel Scioli, mantuvo ayer reuniones en el Palacio de Itamaraty –sede de la cancillería local–, hasta donde llevó un mensaje preciso: “El Presidente pidió disculpas, punto”. El exgobernador afirmó que ningún funcionario brasileño le reprochó la frase del Presidente, pero tampoco hizo falta porque fue el propio Bolsonaro el que salió a la palestra.

A tal punto que reveló un contacto con el expresidente Mauricio Macri vía chat, algo que Scioli no dejó pasar: “Bueno, eran amigos”, ironizó, y agregó: “Tendrán mucha visión ideológica de algunas cosas; está bien, viva la democracia”.

Más directo fue el embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, quien advirtió que no iba prestarse “al juego de la derecha”, que, a su criterio, hizo una “interpretación forzada” de la frase de Fernández. Mientras que en la Ciudad de México el embajador Carlos Tomada optó por el silencio.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador minimizó el exabrupto del Presidente al evitar comentarios de alto nivel. Pero igualmente fijó posición a través de Maximiliano Reyes Zúñiga, el subsecretario para América Latina y el Caribe. “Las desafortunadas declaraciones del Presidente invisibilizan la diversidad étnica de América Latina”, escribió en la red social Twitter.

Fernández, que anoche envió una carta al Inadi para referirse a sus polémicas declaraciones, también utilizó la plataforma Twitter para afirmar: “Quería que fuera una frase (Zamba) que hable de nosotros. Y de esta tierra que amamos (Latinoamérica) y es mezcla de todos. Litto Nebbia sintetiza mejor que yo el sentido real de mis palabras”.

El affaire discursivo del mandatario fue la comidilla del ambiente diplomático. En el Palacio San Martín de Retiro se llevó a cabo ayer un acto por Malvinas y el orador central fue el canciller Felipe Solá. Allí se dieron cita diplomáticos extranjeros, entre ellos representantes de las embajadas de Brasil y México. También fue de la partida el senador Jorge Taiana, afín a la vicepresidenta Cristina Kirchner y uno de los portavoces habituales de la “patria grande”.

Ninguno de ellos hizo declaraciones públicas. Por lo bajo, un diplomático ligado al oficialismo reconoció: “Cayó muy mal todo. (La frase del Presidente) es una descortesía, para adentro y para afuera”. En el Frente de Todos hubo un silencio piadoso.