Por
Francisco Jueguen - En medio de
la falta de dólares y de las limitaciones para importar, un hombre clave
encargado de aprobar las autorizaciones oficiales para que las empresas puedan
comprar piezas y productos en el exterior deja su cargo. Guillermo Bormioli,
director nacional de Gestión Comercial en el Ministerio de Desarrollo
Productivo, un hombre muy ligado a Paula Español, secretaria de Comercio
Interior, se va por “temas personales”, según confirmaron dos fuentes oficiales
a la nacion. En sectores empresarios no descartan que la presión industrial
haya influido en su salida.
Todavía no tiene
reemplazante designado, pero cerca del secretario de Industria, Ariel Schale,
descontaron que ese nombre llegará de parte del equipo que trabaja en la
administración del comercio. Fuentes empresariales dijeron a este medio que
creen que el futuro encargado de esa dirección será Lucas Sasso, actual
director de Importaciones.
“Bormioli tenía un
peso importante en las decisiones”, dijeron ejecutivos ligados a la actividad
importadora, pese a que en el Gobierno minimizaron su figura. “Era alguien más
bien operativo”, contaron cerca del ministro Matías Kulfas.
Quienes lo conocen
desde el mundo privado afirman que es un hombre que había participado en la
gestión previa de Español, con Augusto Costa como secretario de Comercio,
durante la última gestión de Cristina Kirchner. Entonces se encargaba de las
declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI). “Bormioli se encargaba
de aprobar licencias automáticas y no automáticas y de autorizar cupos de
importaciones para todo el año, con el agravante de que los cupos no se
cumplen”, contó un empresario.
“Bormioli era el
que te pedía un Excel con las proyecciones de importaciones, las analizaban y
después te llamaba un pibito muy joven para informarte el cupo, que no podías
discutir”, relató el hombre, que pidió anonimato y que además contó que ese
funcionario tenía poco trato directo con las empresas, salvo alguna de las
grandes. “Yo creo que lo hicieron renunciar por presión de los sectores
industriales. Está todo muy frenado”, concluyó el empresario.
Semanas atrás, el
presidente de Renault, Pablo Sibilla, dijo que había tenido que reducir las
estimaciones de producción y de contratación de personal en el país por la
incertidumbre sobre las importaciones.
Dúo con un viejo conocido
Bormioli trabajaba
codo a codo con Alejandro Barrios en la administración del Sistema Integral de
Monitoreo de Importaciones (SIMI) para planificar las necesidades de las
empresas –sobre todo de insumosdel exterior en base a los dólares disponibles
en las reservas del Banco Central (BCRA).
Barrios es un
economista del auba que fue director del Indec en 2007 en tiempos del entonces
secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Debió renunciar en medio del
escándalo de la manipulación de las estadísticas públicas. Lo reemplazó Ana
María Edwin. A Barrios, fuentes de las empresas lo calificaron como “muy
agresivo con los empresarios y con las instituciones”.
“Bormioli era un
tipo muy complicado”, dijeron en una importante cámara empresaria. “Nosotros
mucho no lo tratamos porque hablamos con Schale”, confiaron. “Es del equipo de
Paula”, indicaron. “Es poco amigable y no contestaba nunca nada. Barrios tiene
más calle”, contaron en una empresa multinacional que trata directamente con el
secretario de Industria para intentar destrabar importaciones.
Desde el comienzo
de la gestión de Alberto Fernández, el Ministerio de Desarrollo Productivo puso
a la administración de comercio como una herramienta clave para controlar lo
que consideran como un déficit estructural de dólares en la economía. En ese
sentido, se pidió a las empresas enviar sus proyecciones anuales de importación
y se negociaron cupos en base también a otros pedidos de información, como
datos sobre empleo, inversiones y producción previstos.
Según fuentes del
mercado financiero, las ventas de dólares que tuvo que hacer el BCRA la semana
pasada estuvieron ligadas a la apertura del grifo de importaciones, luego de
que la entidad que dirige Miguel Pesce las hubiera pisado previamente. Esa
apertura coincide con una mejora de la industria en junio y julio, según las
estimaciones de Desarrollo Productivo, después de que en mayo la actividad
mostrara una caída por las restricciones por el Covid.
|