Por Jorge Herrera - En poco tiempo más llegarán los
nuevos DEG del FMI. Para algunos países,
como Argentina, será sin duda, una bocanada de aire fresco para el stock de
reservas internacionales. Sin embargo, a la hora de tomar los DEG como activo
de reserva surgen pros y contras. En primer lugar, es clave entender que la asignación de DEG es, en esencia, un respaldo de liquidez que
ni implica condicionalidades ni debe ser correspondido. Pero no se trata
de una fuente de riqueza, como no lo es una expansión de la base monetaria. Por
ello, qué porción de los DEG mantendrán los países como reservas precautorias
es una decisión política clave. Por ejemplo, en la última asignación (en 2009
con Strauss-Kahn) cerca del 70% de los países los mantuvieron en las reservas,
o sea, no los usaron. Pero en esta oportunidad, como uno de los objetivos
prioritarios de la nueva asignación es mitigar los impactos económicos y
sociales a corto y mediano plazo de la pandemia, serán las circunstancias de
cada país las que determinarán cómo utilizarán las nuevas reservas de DEG. De
todos modos, incluso si los nuevos DEG se mantienen como reservas,
puede liberar otros activos de reserva y respaldar gasto adicional.
Al respecto, los
economistas de Goldman Sachs, Alberto Ramos y Daniel Moreno, sintetizaron los
beneficios e inconvenientes de un aumento de las reservas vía asignación de
DEG. Así por el lado positivo destacaron que:
-Beneficia a todas
las economías, en particular a aquellas con vulnerabilidades externas (países
con reservas agotadas y/o que enfrentan grandes necesidades de financiación
externa);
-No contribuye a
los desequilibrios globales (creados por grandes superávits en cuenta corriente
o para acumular reservas). De hecho, puede eliminar o, al menos, mitigar las
distorsiones derivadas de la acumulación de reservas precautorias y no
precautorias;
-Como activo de
reserva internacional compuesto de cinco monedas, los DEG son más estables que
los activos de reserva denominados en una sola moneda, son menos costosos que
otras opciones para acumular reservas y no enfrentan riesgo de refinanciamiento
(están continuamente disponibles mientras existen otras formas de acumular
reservas como riesgo de refinanciamiento del endeudamiento externo).
-En general, desde
el punto de vista de las políticas, el aumento de las reservas contribuye a la
resiliencia macroeconómica, ya que permite a las economías que enfrentan
restricciones de liquidez externa suavizar el ajuste externo requerido y, por
lo tanto, puede impedir la adopción forzosa de políticas pro-cíclicas
contractivas abruptas y distorsionantes. Pero también advierten que existen
posibles inconvenientes como ser que:
-La asignación se
realiza en proporción a las cuotas, lo que no refleja las necesidades de
reservas de cada país miembro, por lo tanto, la mayor parte de la asignación se
destina a países que no necesitan reservas;
Muchos países
continúan percibiendo las tenencias de DEG como un sustituto imperfecto de
otras reservas debido a la limitada empleabilidad de los DEG. En ese caso, la
nueva asignación podría tener un impacto limitado en la acumulación
precautoria/excesiva de reservas. Para mitigar este riesgo/estigma, el FMI
trabaja en propuestas para ampliar el uso de los DEG; y
Debido a que los
DEG brindan liquidez incondicional (mientras que los préstamos implican
condicionalidad política y estructural), pueden potencialmente usarse para
acomodar o extender políticas insostenibles. Sin embargo, el FMI no encontró
evidencia significativa de riesgo moral; por ejemplo, la asignación de DEG de
2009 no contribuyó a retrasar el reajuste y reequilibrio macroeconómico necesarios
y no desencadenó políticas expansivas irresponsables. En general, en la gran
mayoría de los casos, la liquidez adicional se utilizó para reforzar el stock
de reservas y suavizar la senda de ajuste macroeconómico.
Vale destacar que
los DEG tienen varios usos alternativos valiosos, como pagar obligaciones del
FMI o cambiarse por monedas de libre uso. La gran mayoría de las transacciones
en DEG se realizan a través de acuerdos comerciales voluntarios (VTA) que son
intermediados por el Fondo. Los VTA son, en esencia, acuerdos entre el Fondo y
un grupo de 31 participantes en DEG y un titular prescrito que han acordado
intercambiar DEG por monedas específicas dentro de los límites de negociación
establecidos (por ejemplo, para pagar importaciones o cumplir con obligaciones
externas). Además, los participantes y los titulares prescritos también pueden
realizar transacciones bilaterales entre ellos. También existe un Mecanismo de
Designación no voluntario, que no se ha utilizado desde los ‘80. El Convenio
Constitutivo otorga al FMI la autoridad para actuar como respaldo financiero al
exigir a los países con posiciones externas sólidas que intercambien monedas de
libre uso por DEG de otros miembros del FMI con necesidades de balanza de
pagos.
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