Por Claudio
Zlotnik - El funcionario, clave en el equipo económico, se lamenta apenas mira
el celular: "Mala suerte. El frío va a seguir durante toda la semana.
Tenía esperanzas de que los días templados de la semana pasada
continuaran un poco más. El frío nos cuesta en dólares: hay que importar
energía", dice. La anécdota refleja lo pendiente que están los economistas
del staff oficial del dólar. No sólo
de la cotización. Si no de la entrada y salida de las divisas.
Antes del fin de
semana, en el equipo habían recibido una información que tranquilizó a los
funcionarios. Las cerealeras exportadoras se comprometieron a liquidar nada
menos que u$s2.700 millones a lo largo de agosto. Se trata de un
volumen 20% superior a las liquidaciones de los últimos años para ese
mismo mes.
El dato luce
tranquilizador, de cara a lo que viene: históricamente en la Argentina, los
meses previos a las elecciones suelen ser perturbadores en el mercado
cambiario. No solamente por el tradicional salto en la demanda de quienes
buscan refugio ante el proceso político sino por la contracción en la oferta de
divisas.
Hay otro dato que tranquilizó a los funcionarios en estas
primeras jornadas del mes: la demanda dolarizadora se frenó, luego de un
mes de julio más nervioso. "No es para cantar victoria pero trae algo de calma", se sincera el
funcionario económico, con poder de decisiones en el elenco oficial.
Algunos números: a
lo largo del mes pasado, el Banco Central debió intervenir con ventas cercanas
a los u$s370/u$s400 millones en el mercado "alternativo"
del dólar (contado con liqui), a través de la compra de bonos en dólares, que
se hacen con reservas.
En cambio, durante
estos primeros días de agosto, la intervención en el CCL fue muy pequeña, ante
la menor demanda de dolarización por parte de inversores y empresas. Una
sorpresa, sin ninguna duda.
Algo parecido
sucedió en el mercado formal. Con la demanda de "dólar ahorro".
De acuerdo a información a la que accedió iProfesional, los bancos vendieron
u$s125 millones a sus clientes, a través del cupo de u$s200 mensuales. Aunque
parezca pequeño en relación a los u$s800 millones que llegaron a
venderse en agosto del año pasado, se trató del mayor volumen desde que se
puso el "súper cepo", a mediados de septiembre de 2020.
Para tener una
idea: en mayo se habían vendido u$s49 millones. En junio pegó un salto hasta
u$s82 millones. Y el mes pasado fueron los mencionados u$s125 millones.
En el Gobierno
creen que ese incremento estuvo motivado por el "efecto aguinaldo"
y por la suba del "blue", que habilitó de nuevo al "puré":
comprar dólares "ahorro" para venderlos -más caros- en el mercado
informal.
De todos modos,
afirman desde el gabinete, la demanda de dólares "ahorro" en los
bancos volvió a caer en la primera semana de agosto. "Igual no es
para conformarse; la verdad es que nos habíamos acostumbrado a una demanda que
se había planchado más cerca de los u$s30 millones mensuales. Quisiéramos que
vuelva a ese nivel", admite el funcionario que dialoga con iProfesional.
Lo que viene
Para explicar la mayor liquidación de las cerealeras, los
funcionarios observan dos cosas: la mejora en el precio internacional de la
soja -hoy arañando los u$s500 por tonelada-, pero también a la actitud de los
chacareros, que están invirtiendo fuerte para la próxima cosecha.
En concreto,
advierten en el staff oficial, se notan mayores inversiones en la compra de
cosechadoras y otros equipamientos, que vienen demorados.
Para hacerlo, los
productores y fondos agrícolas se hacen de pesos y no se dolarizan, lo que
ayuda a quitarle presión al mercado, al menos por ahora.
Para las próximas
semanas, ya de cara a las elecciones, será muy importante monitorear la intervención
del BCRA en los diferentes mercados.
Los meses de
agosto, previos a las elecciones, suelen caracterizarse por una dolarización
notable.
En agosto de 2015
-cepo mediante-, las ventas netas del Banco Central habían sido de u$s1.500
millones. Dos años más tarde, ya con Mauricio Macri en el poder, fueron por
u$s2.500 millones (sin cepo). Y en el año 2019 treparon a u$s2.040 millones.
Mezcla de dolarización pre electoral y fin de la liquidación
de la cosecha, agosto se convierte en un mal mes para estar sentado frente a la mesa
de operaciones del Banco Central.
La economista
Marina Dal Poggeto -directora de la consultora Eco Go- identifica tres variables claves
para monitorear en las próximas semanas:
1. La intervención
del Banco Central "en la brecha". Lo mencionado más arriba, de
los u$s400 millones vendidos para enfriar la tendencia alcista del
"CCL" durante julio, en este inicio de agosto, el escenario lució más
tranquilo. Pero nada es para siempre, En el propio gobierno esperan que la
dinámica se recaliente a medida que pasen los días y se acerquen las
elecciones.
2. Pago de importaciones.
Las compras en el exterior se encuentran en el nivel más elevado de los últimos
siete años. Nada menos. En junio fueron por u$s5.900 millones; y el mes pasado
se acercaron a u$s5.700 millones.
La interpretación
oficial es que se está dando una ola de inversiones, sobre todo en la
industria, que ya recuperó el nivel prepandemia y se encamina a mostrar mejores
registros que antes de la explosión cambiaria de 2018.
Para algunos
economistas, estos números de importaciones no se pueden analizar sólo en ese
contexto.
"Un nivel de
pagos de importaciones de u$s6.000 millones por mes no se condice con el actual
nivel de actividad y es el reflejo de un sobrestockeo por parte de las empresas
que aprovechan el enorme subsidio implícito en un dólar de $97 para alocar parte
de los excedentes de pesos", escribió Dal Poggetto en su último reporte.
En el Gobierno no
desmienten la preocupación por el aprovechamiento de algunas empresas. Pero más
que en el nivel de importaciones, lo que se detectó fue a exportadores que
demoran el ingreso de las divisas una vez que cobran sus ventas en el
extranjero.
Una dinámica que ya
había informado iProfesional. Es probable que el Banco Central tome medidas
específicas en las próximas semanas.
3. Pagos de la
deuda a organismos internacionales. El informe de Eco Go es muy concreto
respecto de esa salida de divisas por el pago de los vencimientos.
"Vencen u$s3.600
millones entre amortizaciones e intereses hasta fin de año sin incluir el
pago al FMI de diciembre, u$s5.500 millones si se incluye. Se estima que
ingresarían desembolsos de los organismos por u$s650 millones hasta
fin de año, por lo que en términos netos las reservas caerían u$s5.000 millones
por este concepto (u$s3.200 millones si se lograra cerrar con el FMI
inmediatamente después de las elecciones del 14 de noviembre y no se incluye el
pago de u$s1.800 millones del 22 de diciembre)".
Lo que parece claro
es que la economía argentina atraviesa por un pasillo muy estrecho, y que
habrá que aguardar hasta el final de las elecciones para saber si ese pasillo
se agranda para evitar un nuevo choque.
El acuerdo con el
FMI debería darle la base a una salida definitiva de la crisis, se entusiasman
en el equipo económico. Aunque ni siquiera los propios funcionarios pueden
asegurar el momento en que ese acuerdo se dará. Ni las condiciones que,
finalmente, tendrá.
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