Por
Mariana Reinke - Al día
siguiente de que el Gobierno anunciara la extensión del cepo a las
exportaciones de carne –que consiste en un cupo del 50% de lo embarcado al
exterior en 2020– hasta el 31 de octubre próximo, un gremio de trabajadores de
la industria frigorífica denunció el despido de 150 obreros de diferentes
establecimientos de Santa
Fe. En esa
provincia se concentra el 40% del volumen de cortes vacunos que se destinan a
la exportación.
“Tenemos 150
despidos formalizados, con trabajadores que ya no pudieron ingresar a las
plantas”, dijo Daniel Roa, secretario general del Sindicato de la Carne de
Santa Fe. En tanto, el Consejo Agroindustrial
Argentino le envió
una carta al presidente Alberto Fernández en la que le solicitó la revisión de
la prolongación del cepo a la exportación. El Consejo, donde confluyen 64
entidades representativas de la cadena agroindustrial, pidió crear “espacios de
diálogo” y “soluciones rápidas” al problema.
Luego de que el
Gobierno prorrogara el cepo a la exportación de carne vacuna, ayer se
conocieron más de 150 despidos en la industria frigorífica de Santa Fe, según
informó a Daniel Roa, titular la nacion del Sindicato de la Carne en esa
provincia.
Santa Fe es
responsable del 40% de los embarques de carne vacuna y hay unos 10.000
empleados vinculados con la actividad. Tras conocerse anteayer la continuidad
de la restricción a la exportación, desde el Consorcio de Exportadores de
Carnes Argentinas (ABC) ya habían alertado: “La prolongación de las
limitaciones impactará sobre los puestos de trabajo, el nivel de remuneraciones
de los trabajadores, el capital de trabajo y la capacidad de compra, con consecuencias
sobre el mercado ganadero y toda la cadena en su conjunto, incluido el sector
de la industria frigorífica que atiende al mercado local”.
En rigor, los
empleados de los frigoríficos están muy preocupados por su fuente laboral y
temen volver a vivir lo mismo que ocurrió desde 2006, cuando el kirchnerismo
llevó adelante una política de intervención en el mercado de la carne que hizo
perder miles de empleos.
El titular del
Sindicato de la Carne de Santa Fe señaló que, a la espera de una apertura de
las exportaciones, habían llegado a un acuerdo con los empresarios frigoríficos
para que se mantenga el empleo a pesar de la merma de la faena. La situación no
se pudo sostener.
“El convenio venció
el 31 de agosto, día que pensábamos que el Gobierno iba a abrir las ventas al
exterior de carne vacuna. Hoy [por ayer] ya tenemos 150 despidos formalizados,
con trabajadores que ya no pudieron ingresar en las plantas. Si no se levanta
la medida, esta lista irá creciendo día a día por dos meses. Los frigoríficos
nos explican que tienen que desarmar turnos porque sus cámaras están repletas
de carne y no tienen manera de seguir almacenando. Los turnos que estaban
suspendidos hasta ayer ahora ya no existen”, dijo a la nacion. Según precisó,
este panorama con respecto a la pérdida de empleos se dio en varios
frigoríficos de la provincia.
Para Roa, el
Gobierno insistió en una medida desacertada. “Nos decían que anunciábamos un
mensaje apocalíptico pero a la larga la realidad nos dio la razón: no bajó el
precio de la carne en el mercado interno ni tampoco hay más oferta; cada vez se
cierran más turnos de trabajo y se pierden empleos y se perdieron mercados
internacionales”, lamentó.
“Plantearon un
programa que fracasó. No solo se tiene que rever esta medida, sino que deben
dar un paso al costado los que firmaron esta resolución y que vengan funcionarios
que propongan una política económica que genere fuentes de trabajo y
productividad”, enfatizó.
En este contexto,
señaló que, a modo de protesta, los trabajadores se declararon en estado de
alerta y movilización, con asambleas permanentes a los costados de las rutas
donde están las empresas.
“Situación grave”
Por su parte,
Gabriel Vallejos, secretario general de la Federación de Sindicatos de
Trabajadores de la Carne y Afines de la República Argentina (Fesitcara),
expresó que la situación es “grave”. Si bien por ahora, según indicó, no hay
despidos masivos, se empezó con una suerte de “goteo permanente”.
“Es una medida muy
dañina la que prorrogó el Gobierno. La gente tiene incertidumbre por su fuente
de trabajo y mucho malestar por el poder adquisitivo que está perdiendo su
salario”, dijo.
“Contratos que no
se renuevan, trabajadores que quedan cesantes, vacaciones anticipadas y una
garantía horaria de 70 horas quincenales que no llega a 23.000 pesos. Se redujo
el salario de los trabajadores cerca del 50%. El Gobierno no contempló la
situación de los trabajadores y no cuidó la fuente de trabajo que tanto
necesita el país”, añadió.
El titular del
gremio, que tiene más de 20.000 afiliados, remarcó que el escenario se vuelve
aún más severo en los pueblos del interior, donde, por ejemplo, una planta que
tiene 400 empleados genera una importante actividad económica indirecta. “Lo
que pasa en el interior es lapidario. No se tuvo en cuenta el difícil momento
que atraviesa el país”, indicó. La entidad agrupa a sindicatos de Santa Fe,
Tucumán, Entre Ríos, Buenos Aires y la Capital Federal.
A mediados de julio
pasado, el sindicato realizó asambleas en las distintas plantas del país para
ver cuál era el humor de los trabajadores con el propósito de impulsar un plan
de lucha con movilizaciones.
Si bien en esas
asambleas los trabajadores dieron al Consejo Directivo potestad para ejecutar
el plan de lucha cuando lo estimara conveniente, el sindicato prefirió esperar
una señal del Gobierno y ser convocado a la mesa de diálogo, algo que nunca
sucedió.
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