Por Daniel Aprile
- En los próximos días la Mesa de Enlace mantendrá
encuentros con dirigentes rurales de
distintas localidades de la zona centro. Buscará el apoyo de diversos sectores de la economía para organizar una
protesta luego de las elecciones de medio término. El próximo viernes será un
día clave ya que los dirigentes viajarán a Jesús María (Córdoba) para reunirse
con productores y referentes locales.
Según fuentes
consultadas, en el sector agropecuario es vox populi que el conflicto sería
inevitable tras la ratificación del Gobierno de la teoría de la baja de precios
gracias a las restricciones en las exportaciones puesto que eso implicaría que
no se flexibilizarían las ventas al exterior en el corto plazo.
Javier Rotondo, Presidente de la Confederación de
Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (CARTEZ) participó de la última
asamblea de productores en Río Cuarto y aseguró a Ámbito que “este tipo de
gobiernos necesitan un enemigo de turno para tapar sus propios errores. Ese
enemigo somos nosotros”. Rotondo forma parte de quienes ven un conflicto
inminente.
Por ahora no se
descartó la realización de una jornada de protesta, que de realizarse incluiría
manifestaciones a la vera de la ruta en localidades emblemáticas para los
reclamos del campo, tales como
Ceibas en Entre Ríos, San Nicolás en Buenos Aires, Rosario en Santa Fe y Río
Cuarto en Córdoba, entre otras. Un ala dura del campo impulsaría además un cese
de comercialización de entre 7 y 14 días que incluiría hacienda y granos y
sumaría nuevamente a otros sectores damnificados de la economía.
Se trataría de una
jugada fuerte del agro porque no sólo no hay aceptación social para apoyar el
reclamo de un sector que si bien tiene problemas, goza de buena salud si lo
comparamos con otras actividades, sino porque además dentro de la agroindustria
hay poco quórum para llevar adelante una medida que perjudicaría a
consignatarios, frigoríficos y demás actores del negocio. Nicolás Pino, titular
de la SRA, propone no llegar a aun lockout y aseguró a Ámbito que “si nos
quejamos de la repetición del error del Gobierno por el cierre de las
exportaciones, nosotros no podemos tener la misma reacción que en aquél
entonces”.
Todo esto ocurre
mientras el Consejo Agroindustrial Argentino y la industria frigorífica
intentan por todos los medios dialogar e insistir con pedidos de audiencia a
los funcionarios de los Ministerios de Agricultura y de Desarrollo Productivo,
con la idea de que se puedan flexibilizar las restricciones que rigen para
exportar carne.
Dentro de ese plan
desentonaron los dichos de Daniel Roa, referente del sindicato de la carne en
la provincia de Santa Fe, quien sugirió que habían comenzado los despidos en
las plantas frigoríficas de la zona. La respuesta de la industria no tardó en
llegar. Javier Peralta, Secretario de la Federación de Industrias Frigoríficas
Regionales Argentinas (FIFRA), aseguró a Ámbito que "es totalmente falso
que se hayan producido despidos como consecuencia de las medidas adoptadas y
prorrogadas. Sí es cierto que los trabajadores de los frigoríficos exportadores
cobran un 40% respecto de lo que venían percibiendo antes de la prohibición y
esto se debe a la baja productividad que tienen las plantas”.
Las restricciones a
la exportación de carne competen a todos los actores de la cadena pero un cese
de comercialización de hacienda no le conviene a prácticamente a nadie, porque
frenaría la dinámica de un negocio que aún funciona y castigaría la cadena de
pagos. Por otra parte, la
experiencia indica que las medidas de protesta en el campo se sabe cuándo comienzan
pero no cuándo ni cómo terminan y ese es un riesgo que por ahora nadie en la
dirigencia rural esta disputado a correr.
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