Porn Virginia Porcella - Aunque
no todos en el mercado coinciden en que el resultado de las elecciones
primarias del domingo generará un efecto decisivo, sí hay coincidencia en que
los inversores apuestan a una pelea reñida entre el Gobierno y la oposición, lo
que implicaría un deterioro del desempeño electoral del Gobierno respecto de
hace 2 años y mejoraría el clima financiero.
Sin embargo, los
votos del domingo no son definitivos. Y una nueva especulación empieza a
sobrevolar en la plaza: ante un resultado adverso, ¿cuánto margen de
maniobra tiene el Gobierno en términos económicos para mejorar su performance
de cara a las elecciones definitivas de noviembre? Dicho en otros términos, se
trata de cuánto más dinero puede disponer para estimular la demanda y
amortiguar la pérdida de poder adquisitivo.
El último informe
semanal de Econviews intenta responder esta pregunta y advierte que, si a pesar
de la mejora económica relativa respecto del año pasado no le alcanza al
Gobierno para ganar con comodidad las PASO, el foco debe ponerse en qué medidas
económicas podrían tomarse para mejorar las chances hacia noviembre. “En los
dos meses entre las PASO y las generales podría volcar una mayor cantidad de
recursos, es decir, ampliar el déficit fiscal, que tenemos como base en 3,5%
del PBI. Esto implicaría que presionará aún más al financiamiento monetario del
BCRA”, prevé la consultora, que calcula en un gasto adicional de $100.000
millones el monto del que podría hacer uso el Gobierno.
“Según nuestros
cálculos, la entidad presidida por Miguel Pesce le puede girar hasta
$935.000 millones en lo que queda de 2021. De girar todos esos recursos, el
déficit se ampliaría, en hasta $ 100.000 millones. Si hace falta más, habrá que
recurrir a la contabilidad creativa”, afirma.
Dicho en otros
términos, a peor resultado electoral el domingo para el oficialismo, mayor
sería el nivel de déficit fiscal, financiado con emisión monetaria, hacia fin
de año. “El FdT tiene la expectativa de ganar por al menos 5 puntos en la
provincia de Buenos Aires, por lo que un resultado por debajo de ese nivel
provocaría que se active el botón rojo, ese que tiene la etiqueta de actívese
sólo en caso de emergencia”.
Nada indica que eso
le permita al Gobierno, eventualmente, mejorar sus números en noviembre. “Yo
creo que la situación económica influye. Y una mejora de acá a noviembre sólo
aporta un resultado marginal”, opinó Andrés Borenstein, economista
asociado de Econviews.
En pos de definir qué
tan relevante puede ser ese aporte, en el informe también se hace un repaso
sobre las últimas 6 elecciones, con el foco puesto en la situación de la
economía en cada una de ellas. Asumiendo como válida la presunción de
sociólogos y encuestadores que resaltan la memoria del votante respecto del
último año y no de la elección anterior, una primera conclusión es que la
economía es un factor clave pero no siempre el de mayor peso. En este
sentido, de acuerdo a la retrospectiva de la consultora, tanto las elecciones
de 2009 como la de 2011, 2017 y 2019, estuvieron en gran medida influenciadas
por la evolución durante el año anterior de los indicadores de actividad
económica, inflación, empleo y poder adquisitivo de los salarios, para bien y
para mal del oficialismo en los respectivos escenarios. Sin embargo, en
2013 y 2015, hubo otros factores ajenos a la economía que incidieron en la
derrota del oficialismo. La pregunta pertinente para el actual proceso en
marcha, entonces, es qué tan decisivo será el contexto económico, que exhibe
algunas claras mejoras respecto del cimbronazo que significó el cierre de la
actividad por la pandemia, pero que pueden resultar insuficientes.
“La cuarentena
significó un antes y después en la memoria de los ciudadanos. Así, parte de
los indicadores económicos en el corto plazo muestran una mejora. Y si bien es
producto del rebote luego de una caída estrepitosa, alguna sensación de mejora
se colará en el imaginario social”, asegura Econviews.
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