En diálogo con LA
NACION, el Presidente resaltó que aún resta definir un tema clave para el
Gobierno: las sobretasas que debe pagar la Argentina por el monto del crédito
Por Santiago
Dapelo - El
presidente Alberto Fernández se toma unos segundos antes de
responder y baja el tono de su voz para centralizar la atención en sus
palabras. “Estamos cerca”, dice a LA NACION el jefe
del Estado sobre la negociación con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) por la deuda con el organismo de alrededor de US$45.000 millones.
Los tiempos se
agotan para cerrar un acuerdo, por ese motivo el Presidente elige sus palabras
con cuidado. Solo resta debatir un punto, uno que para el gobierno nacional
es clave: las sobretasas que la Argentina tiene que pagar por el monto del
crédito.
“Para nosotros es una condición sine
qua non”, advierte el
Presidente sobre el costo extra que el organismo multilateral cobra a los
países miembro que reciben un crédito mayor al que les corresponde por la cuota
que tienen en el FMI.
Si bien el
organismo multilateral de crédito ya anticipó que analizará el pedido de
Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, para
obtener una quita en los intereses que paga la Argentina, la directora
gerente, Kristalina Georgieva, defendió hace cinco meses la
tasa vigente al indicar que sirve, fundamentalmente, para proteger los recursos
del Fondo.
El gobierno
nacional aspira a conseguir una quita en la tasa de interés que la Argentina le
paga al Fondo, algo que Fernández y Guzmán plantearon en diferentes foros,
entre ellos el G20. Uno de los argumentos centrales que utilizaron para
defender la solicitud es que, en el actual escenario de pandemia, las
sobretasas actúan como un “castigo” para los países de economía intermedias
como la Argentina.
Más allá de los
reclamos, lo cierto es que hoy avanza una solución intermedia: suspender
el cobro de las sobretasas durante el tiempo que dure la pandemia. El tema,
según fuentes oficiales, está en la lista de asuntos que tratará el FMI en la
próxima reunión de directorio en octubre. Más allá de esto, la entidad tenía
previsto evaluar cambios en la política de tasas como parte de una revisión
periódica.
El resto de los
temas troncales de un posible acuerdo están avanzados, según pudo saber LA NACION. El Gobierno aspira a refinanciar la deuda
que tomó el expresidente Mauricio Macri transformando
el Acuerdo Stand-By de 2018 en un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, según
sus siglas en inglés), la línea de crédito más larga que ofrece el Fondo,
diseñada para un programa a diez años que incluye un período de gracia inicial
de cuatro años. Pese a los reclamos públicos de la vicepresidenta Cristina Kirchner y su hijo, Máximo, para lograr una
extensión del plazo, no hay margen para lograrlo.
Sí, en
cambio, la Casa Rosada pretende imponer un artículo en el acuerdo con una
cláusula gatillo para que si en los próximos años el FMI genera un nuevo
programa de asistencia con mejores condiciones el país automáticamente acceda a
esos beneficios.
En las próximas
semanas el país cumplirá con el primero de los pagos de capital que tiene que
abonar al FMI por unos 3800 millones de dólares. Para eso utilizará gran parte
de los 4300 millones de dólares que recibió en concepto de derechos
especiales de giro, una
asignación extra por la crisis económica internacional que provocó la pandemia
del coronavirus.
Pero cerca del
Presidente se entusiasman con la posibilidad de sellar un pacto que permita
esquivar el segundo desembolso, de uno 2000 millones de dólares, para volcarlos
en la maltrecha economía local. Hoy
las posibilidades de alcanzar un principio de acuerdo antes de marzo de 2022,
cuando finaliza la tregua con el Club de París, son escasas.
Antes, el Gobierno
debe concluir las discusiones técnicas con Julie Kozack y Luis Cubeddu, los dos funcionarios del Fondo que
llevan el caso argentino. Una vez cerrado el acuerdo técnico, el Gobierno
deberá ir al Congreso para ungirlo de apoyo político, algo que, según confían
en la Casa Rosada, lograrán sin dificultades. El paso final será la aprobación
del Directorio Ejecutivo del FMI. El Gobierno se comprometió con el Club de
París a tener cerrado el nuevo acuerdo antes del próximo 31 de marzo.
Con la colaboración
de Rafael Mathus Ruiz, corresponsal en Estados Unidos
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