Por Florencia
Barragan - El sector empresarial ve con preocupación la decisión
de Uruguay de avanzar en un acuerdo comercial con
China, por fuera del Mercosur. Aunque las inquietudes varían según cada
actividad. La industria teme que este “precedente” derive en mayores
aperturas, con un impacto “muy grave” en la producción nacional, cuyas
exportaciones tienen en el Mercosur el mayor destino. Por el contrario, desde
el agro ven con “simpatía” un bloque más abierto e “internacionalizado”, pero
les preocupa que, si los países cierran por separado, se pierde la potencia
negociadora del Mercosur. La coincidencia radica en fortalecer el
bloque.
“La preocupación en
el empresariado existe, no tanto por lo que haga Uruguay, sino por el impacto
que tenga en el futuro del Mercosur. Si termina afectando la vigencia hace
ruido, porque tenés 3000 empresas que exportan a Brasil en el marco del bloque,
ahí si genera miedo”, aseguró a Ámbito Marcelo Elizondo, director de la Cámara
Argentina de Comercio (CAC).
En cuanto a la
decisión específica de Uruguay, Elizondo planteó que hay distintas posturas.
“El sector industrial tradicional es más partidario del proteccionismo, pero el
agroindustrial lo ve con más simpatía. El 70% de las exportaciones del Mercosur
son agroindustriales, claramente quieren una mejora en el acceso a mercados
externos como el asiático, en donde tienen que pagar aranceles de dos dígitos
en un continente que explica el 32% de todas las importaciones mundiales,
mientras que Latinoamérica explica solo el 3%”, detalló.
Cuestionamiento
Así, la
preocupación del sector agroindustrial no pasa por la decisión específica de
Uruguay, la cual avalan, sino por realizarla por fuera del bloque. “Para los
organismos internacionales, en el 2030 el Mercosur podría significar el 50% de
los commodities mundiales, cualquier país va a tener miedo de negociar con
nosotros, por lo que no podemos dejar de abrirnos cuando podemos ser una
potencia”, aseguró a Ámbito Gustavo Idígoras, presidente de la cámara argentina
de la industria aceitera y miembro del Consejo Agroindustrial.
Para Idígoras, el primer paso es “cerrar las negociaciones
actuales” con la Unión Europea, Canadá, Singapur y Corea del Sur, y luego abrir
negociaciones con otros “mercados de interés”, como son India, Rusia,
Sudáfrica, Marruecos, Centroamérica, y China. “Necesitamos tener una actitud
más ofensiva”, enfatizó. Sobre el impacto que esta mayor apertura podría tener,
detalló: “Calculamos 40 mil millones de exportaciones incrementales anuales
para el sector, de las cuales 15 mil millones serían para Argentina”.
Desde el sector
industrial, la postura es bien distinta. La Unión Industrial
Argentina (UIA) planteó que el objetivo debería ser “fortalecer” el
Mercosur. “Como bloque vamos a funcionar, porque hay potencias hegemónicas que,
si no harán prevalecer sus reglas de juego”, aseguró el presidente de UIA,
Daniel Funes de Rioja, en un acto de industriales bonaerenses. “Nuestro desafío
es unirnos en un modelo competitivo y eficiente, sobran argentinos si no hay
industria”, agregó.
Acerca de la decisión
de Uruguay de avanzar en acuerdos comerciales con China, desde la asociación de metalúrgicos (Adimra) plantearon que la preocupación pasa por el
debilitamiento del Mercosur como bloque, pero también el desvelo es por los
posibles bienes que podrían ingresar a Uruguay. “Las exportaciones industriales
argentinas tienen como principal destino Brasil, pero en Uruguay también hay
muchos rubros, que podrían ser reemplazados por chinos, con otros precios que
es difícil de competir. Podría también darse una triangulación de importaciones
chinas desde Uruguay y hacia Argentina y el Mercosur”, aseguró a este diario
Aldo Costa, coordinador del departamento de negociaciones internacionales de
Adimra.
“Si esto sienta un
precedente, es muy grave para la industria nacional. Nadie habla de cerrarse al
mundo, sino de buscar criterios entre todos los países para abrirse”, concluyó
Costa.
La coincidencia
entre agro e industria pasa por buscar la negociación conjunta. Con
participación activa en los foros empresariales del Mercosur, Idígoras alienta
por una estrategia “agresiva” del Mercosur para abrir mercados, “de manera
conjunta”. Consultado acerca de las distintas posturas entre el agro y la
industria, planteó: “Entendemos quienes no tienen capacidad de competitividad,
pero estas negociaciones duran años, se pueden fijar cuotas para productos
sensibles, hay herramientas es una alarma innecesaria impedir una negociación”.
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