Por María
Julieta Rumi - Conocido el
resultado adverso para el Gobierno en las primarias
obligatorias, la
pregunta del millón es qué va a hacer en materia
económica. Es decir, si continúa y refuerza la
senda de medidas pro consumo o si toma un camino de mayor ortodoxia debido
a que aún resta la mitad del mandato. En este sentido, la opinión de los
economistas es que, en el corto plazo, podría radicalizarse, pero,
en el largo, no hay margen para hacerlo.
Entre quienes creen
que quemará las naves se encuentra Camilo Tiscornia, director de C&T
Asesores Económicos. “Uno puede pensar que el Gobierno salió debilitado y se ve
forzado a lograr un acuerdo con la oposición para poder transitar mejor estos
dos años. Esa sería una alternativa que parece muy racional y que creo que
sería sumamente beneficiosa para el país. Ahora, ¿es la más probable? No lo sé,
porque también está la variante de quienes dicen que ‘esto nos pasó porque no
fuimos lo suficientemente a fondo’, representada por Cristina Kirchner y la
gente que la sigue. ¿Qué va a pasar? Es muy difícil saberlo. Tiendo a pensar que el Gobierno va más por la segunda
opción”, opinó en diálogo con LA NACION.
“Van a intentar seguir por el mismo camino que
hasta ahora y reforzando eso. Llegar con el Estado hasta donde puedan ampliando
derechos y con medidas pro consumo. Es el mismo tipo de política que vienen haciendo hasta ahora y los
resultados deberían ser similares: inflación, presión sobre los tipos de cambio
y no mucho resultado duradero en materia de consumo. Así que, a la larga, no
creo que sea bueno lamentablemente”, agregó.
Para Federico Moll,
de Ecolatina, desde el punto de visto económico, el giro hacia más gasto -una
profundización del modelo -va a estar, la duda es si acompañado por un discurso
anticapitalista o moderado. “Asumimos que va a haber
bonos para jubilados, para AUH, algún tipo de transferencia para otros
sectores. Esto podría tener como respuesta en el mercado cambiario algún tipo
de problema en términos de brecha con el blue. Pero, en lo que
refiere a los dos meses que quedan, creo que los efectos negativos son
acotados. El tema es que te complica para 2022. Van a reducir más la
inflación en los próximos meses, pero sube la vara del año próximo″, explicó.
En igual sentido,
el socio en FMyA, Fernando Marull, consideró que, de acá a noviembre, van a
seguir por el mismo camino con más fuerza, pero que después de las elecciones “no hay plata para radicalizarse”.
“Mi escenario de
acá a noviembre es que van a transitar el mismo camino, solamente que van a
hacerlo con más fuerza. Si hay paritarias, más paritarias. Si hay ayudas
sociales, más ayuda, más bonos para jubilados y Ahora 12. Tienen para gastar 3 puntos del PBI, obviamente con sus
consecuencias. Pero después de las elecciones aparece la urgencia: el
22 de diciembre tenés que pagarle al Fondo Monetario Internacional y ahí vamos
a ver si se radicaliza o no. Mi lectura es que no, porque no tienen plata para
radicalizarse. Si se radicalizan, no llegan a 2023. Va a explotar todo
antes”, advirtió.
Para el economista,
si eventualmente el Gobierno quiere que Sergio Massa, Axel Kicillof o Máximo
Kirchner tengan chances en 2023, el camino no sería
radicalizarse, porque implicaría defaultear al FMI, una brecha
creciente entre el dólar oficial y el paralelo, bonos cotizando para abajo,
entre otras cosas.
“Las chances de
radicalizarse siempre están, pero no hay billetera. Una cosa es populismo con plata y otro populismo sin plata. Ahora
no hay reservas en el Banco Central como en 2013. No hay que hacer grandes
ajustes. Hay que arreglar con el Fondo y tener una meta fiscal. Eso le suma
chances al gobierno para las próximas elecciones”, aseguró.
En tanto, el
exdirector del Banco Central, Enrique Szewach, también coincidió en que no hay
dólares para radicalizarse, lo que no quita que el Gobierno no lo
intente. “Si lo hace, subirá la inflación y la brecha, y, después
de eso, va a tener que converger en un acuerdo con el Fondo, porque no puede
sobrevivir dos años así”, afirmó.
“Hoy, el tema
central es si logra revertir el resultado en las provincias en que hay
senadores que puede perder. No
es que está tratando de ganar una presidencial. Puede haber algún gasto
adicional en un esquema para mejorar el bolsillo de la gente. Pero me parece
que el margen de maniobra es menor y que ganaron espacio en la coalición los
más racionales entre comillas, como Massa y los gobernadores. Si pierden el Congreso, no tienen dólares y hay que acordar con el
Fondo, radicalizarse parece difícil”, cerró.
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