Por Claudio
Zlotnik - Rarezas de la Argentina: en el peor momento del terremoto político en
el Gobierno tras las elecciones del domingo, el Banco Central quedó aislado de
esa crisis. El miércoles, y por cuarta jornada consecutiva, la mesa de
operaciones del BCRA terminó comprando dólares. Hasta la semana pasada, las
ventas en el mercado habían promediado u$s90 millones diarios.
El dato, en el
contexto de la tensión interna en el oficialismo, no deja de ser de
"color", cuando lo que se está jugando es una verdadera parada
política. Concretamente, qué perfil adoptará el gobierno nacional a partir
de ahora.
Ya no se discute si
habrá un giro en la política económica. Sino, más bien, la profundidad de
los cambios en la gestión.
El dato más
relevante tras la explosión de la crisis interna, ocurrida poco después de las
13, sucedió seis horas después, cuando voceros oficiales deslizaron que Cristina Kirchner había
llamado telefónicamente a Martín Guzmán para decirle que no era a él a quien le
reclamaba la renuncia a su cargo.
La comunicación
sorprendió al propio ministro, que estaba al tanto de las críticas que
distintos dirigentes kirchneristas habían lanzado una vez que se contaron los
votos.
La cuestión es
central: el ministro de Economía viene llevando adelante las tediosas
negociaciones con el Fondo Monetario. Su confirmación -en una jornada donde
hubo ocho renuncias de ministros y secretarios de Estado ligados al
kirchnerismo reclamando otras salidas del gabinete- confirma que el Gobierno irá por
el acuerdo con el FMI, más allá del resultado electoral.
Por la noche,
Guzmán envió al Congreso el proyecto de Presupuesto, lo que también convalida
que su idea de la economía que viene -en el que se incluye el acuerdo con el
Fondo- sigue en pie.
El proyecto de
Presupuesto contiene la idea de que la inflación tendrá un suave recorrido
bajista -se prevé un IPC cercano al 35% anual- y un tipo de cambio
"oficial" que no seguirá atrasándose.
Anoche quedaban por
disiparse distintas incógnitas generadas por la crisis. La más
relevante refería a la continuidad de Santiago Cafiero. El jefe de Gabinete
aparece como el más apuntado por el Instituto Patria. Cristina Kirchner es muy
crítica de la gestión oficial, y responsabiliza a Cafiero.
El jefe de Gabinete
es un hombre de extrema confianza del Presidente, y por eso mismo Alberto F. lo
viene respaldando desde las primeras críticas que se escucharon, el año pasado.
Ayer al mediodía,
luego de la presentación del Presidente del proyecto a favor de las inversiones
de hidrocarburos, el Gobierno quedó fracturado.
Renunciaron a su
cargo ocho funcionarios, entre ministros y secretarios de Estado, que responden
directamente a la vicepresidenta. El primer fue el ministro del Interior,
Eduardo de Pedro; luego, en pocos minutos, pusieron su renuncia a disposición
el ministro de Justicia, Martín Soria; el ministro de Ciencia y Tecnología,
Roberto Salvarezza; la titular del PAMI, Luana Volnovich, y la directora de
Anses, Fernanda Raverta; el titular de Medio Ambiente, Juan Cabandié; el
ministro de Cultura, Tristán Bauer y la poderosa secretaria de Comercio
Interior, Paula Español.
Se espera que en
las próximas horas haya una definición sobre la suerte de estos
funcionarios, una vez que se resuelva la crisis política.
Rumbo económico: qué
viene
La cuestión de
fondo es el rumbo económico que le dará Alberto Fernández a su administración.
"No podemos perder el horizonte. La clave es pensar a
dos años. No a dos meses", dijo un
funcionario del equipo económico a iProfesional, uno de los pocos que en la
tarde de ayer aceptó el diálogo, aunque sea en off.
Por eso fue tan
importante la confirmación de Guzmán en su cargo. La salida del ministro, y su
eventual reemplazo por otro economista cercano al Instituto Patria, podría
deparar en mayores turbulencias y en más incertidumbre.
Su ratificación
despeja el horizonte. Aunque sea de cara a la definición de las negociaciones
con el Fondo Monetario.
Por lo pronto, el
ministro presentó el Presupuesto. Y debe definir el paquete de medidas
económicas que mejoren el debilitado consumo popular.
El volumen de ese
paquete -que se iría anunciando de a poco, a medida que se vayan consensuando
puertas adentro de la administración- será clave para evaluar el impacto en la
economía real.
Pero también
las expectativas que pueda generar en el mercado financiero.
De acá hasta fin de
año, el Palacio de Hacienda está obligado a hacer frente a vencimientos por la
friolera de un billón de pesos. ¿Qué sucedería si los inversores particulares,
fondos de inversión y bancos que tienen esos títulos de deuda en su poder desconfían del
horizonte cambiario y monetario y deciden no renovar esas tenencias?
Guzmán, en los
hechos, cree que ése es uno de los principales desafíos para las próximas
semanas. Y que precisa de la calma financiera para pasar los vencimientos sin
sobresaltos. Se sabe: los pesos de la deuda que no se renuevan van corriendo al
dólar.
¿Habrá algún giro en la política económica? La
confirmación de Guzmán pone límites a la profundidad de ese giro.
Pero la presión de
los referentes del kirchnerismo fue elocuente, en el sentido contrario.
Para tomar nota: el
gobernador y economista Axel Kicillof acaba de enunciar que "hay que
relajar la mirada fiscalista". Toda una definición sobre lo que, en su
mirada, debería encarar Guzmán a partir de ahora.
"Es necesario
acelerar la reactivación, dar respuestas y cuidarle el bolsillo a la
ciudadanía", pidió Kicillof quien -se sabe- tiene una influencia muy
grande sobre Cristina K.
Pero no fue la
única voz con peso en el kirchnerismo que salió a pedir cambios en el rumbo.
"La gente le puede perdonar mil cosas al peronismo, pero no que no
recomponga los ingresos. El peronismo tiene que hacer peronismo. Hay que
reperfilar al Frente de Todos; si hay algo que no hay que dejar, es nuestras ideas", dijo hace unas horas el ministro
del Desarrollo de la Comunidad en la provincia de Buenos Aires.
Las próximas horas
serán decisivas. No sólo para los próximos dos meses, hasta las elecciones de
noviembre. Sino para el futuro de los dos años que separan de las próximas
elecciones presidenciales.
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