Por Liliana
Franco - El FMI no
niega la preocupación por la escalada de la inflación en el país. “Ciertamente, la inflación es un
tema importante en la Argentina”, señaló el director interino del
Departamento del Hemisferio Occidental, Nigel Chalk, en la
conferencia de prensa que brindó en ocasión de la presentación del
informe “Perspectivas económicas para América Latina y el Caribe”.
Al respecto, en
este informe no se incluye datos macroeconómicos sobre Argentina y lo justifica
con que “las variables fiscales y de inflación están excluidas de la
publicación para 2021-26, ya que en gran medida están vinculadas a
negociaciones del programa aún pendientes”.
Los únicos datos
sobre Argentina fueron consignados en el último informe de Perspectivas
Mundiales (WEO) donde el organismo pronostica un crecimiento del 7,5% para
este año y 2,5% para 2022.
Volviendo al tema
de la inflación, tópico que preocupa también para la región, Chalk indicó
respecto de Argentina que ven “impulsores multicausales de esa inflación y
creemos que las expectativas se han desanclado. Vemos que responder a esa
inflación demandará acciones en varios frentes, dados los diferentes impulsores
de la inflación en el lado macroeconómico, y también vemos que potencialmente
hay un papel para otras políticas, incluidas las políticas de ingresos, para
abordar esa inflación”.
Cabe indicar que la
inflación se ubicó en 3,5% en septiembre y los pronósticos (incluso que
circulan en despachos oficiales) muestran que octubre podría culminar en una
cifra similar.
Ante el aumento de
la inflación en América latina y el Caribe (incluye a la Argentina) el Fondo
rescató que “muchos bancos centrales de la región han reaccionado
correctamente a estas presiones elevando las tasas de interés oficiales y
subrayando su compromiso con sus metas de inflación”, indicó el
funcionario.
Al tiempo advirtió
que “es probable que estos aumentos de las tasas de interés continúen en muchos
países en los próximos meses y, si hay indicios de que las expectativas de
inflación están menos ancladas, los bancos centrales tendrán que reaccionar con
prontitud”, agregó.
En buen romance,
significa subir la tasa de interés algo que por el momento no está en los
planes del BCRA.
Respecto a la
marcha de las negociaciones con Argentina, Chalk no fue muy explícito y repitió
la frase de siempre en el sentido de que se continúan las reuniones.
Si bien se excusó
de entrar en detalles, fue llamativa su respuesta a la pregunta de si era
posible que una misión técnica viajase este año a la Argentina. “Habrá que ver si hace falta ese viaje y si sería productivo en
las negociaciones”.
Algunos economistas
tanto locales como del exterior, ya están haciendo escenarios sin un eventual
acuerdo con el FMI. Es que los tiempos se alargan, las dificultades aumentan y
se observa que el peso político tanto del gobierno nacional como de Kristalina Georgieva, la directora del organismo, en
se han debilitado para lograr un consenso amplio.
Más superávit
Uno de los
argumentos que explicarían la demora en lograr un acuerdo radicaría en el nivel
de superávit al cual debe converger Argentina.
Una modificación
que se conoció a principio de este año, a través del Informe “Nuevo marco de
trabajo para la Sustentabilidad de la Deuda” (Review of The Debt Sustainability
Framework For Market Access Countries), plantea que el Fondo contemplará
también el déficit cuasi fiscal en el análisis de la deuda de los países.
En este
sentido Ambito le preguntó a Nigel Chalk si “el FMI iba a incorporar el déficit cuasi fiscal del BCRA en el
nuevo acuerdo”.
Chalk aseveró que “Es uno de los temas en los que se ha trabajado durante la discusión
con los argentinos, no quiero anticipar a lo conversado, pero es algo que
estamos viendo”.
Antes de conocerse
esta modificación, en el análisis del Fondo los trabajos sobre Argentina
estimaban que se debía converger en un determinado tiempo a un superávit de
1,5%, pero esta meta era sin incluir el déficit cuasi fiscal del BCRA.
El punto no es
menor porque al incluir la deuda del BCRA esto implica un aumento del
desequilibrio. Para tener una idea de la magnitud, según cálculos de Ecolatina
el déficit cuasi fiscal representa un 3% del PIB. Cabe señalar que la deuda
entre Leliqs y Pases Activos es de 4,4 billones de pesos.
“El stock de deuda
en pasivos no remunerados del Banco Central crece licitación tras licitación, y
ya representa el 140% de la base monetaria. Con ello, aumenta la carga de
intereses, que treparía más de 70% en 2021”, dice el trabajo de Ecolatina.
Agrega que el tema
es preocupante ya que “aunque el alza del gasto fuera solo transitoria y el
primero de los desbalances se corrigiera, el incremento de los pasivos del BCRA
no se desandaría, generando un aumento del déficit cuasi fiscal de forma
permanente”.
“El FMI va a mirar
lo que ocurre con el Banco Central” sostiene un analista internacional, “porque es la manera de controlar
el gasto del Tesoro”.
Otro especialista
indicaba: “Aún no se conoce el plan económico del rumbo de Argentina” y
recordaba que los números del plan de sustentabilidad de la deuda (privada) que
se presentó en abril del 2020 elaborado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, no tienen nada que ver con los actuales. “La
deuda argentina hoy es menos sustentable que en ese momento”, concluía.
En el Gobierno
insisten en que no está en discusión lograr un acuerdo con el FMI. Es más, en
la reunión con los empresarios el propio Presidente les comentó que esperan
cerrar un nuevo programa con el Fondo en el transcurso del primer trimestre del
2022.
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