Sábado 27 - Por Javier Blanco - El Banco Central (BCRA)
habilitó ayer la mayor corrección al alza del tipo de cambio oficial en once
meses, al permitir que el dólar mayorista cierre para la venta a $100,80, en
una jornada que había iniciado a $100,72 tras haber cerrado anteayer a $100,68.
Es
decir, subió 12 centavos, o 0,12%, el doble del ritmo promedio al que se había
deslizado por día en las últimas dos semanas, cuando el BCRA había ralentizado aún
más el ritmo de ajuste de esta variable en un intento por mostrarle al mercado
que no habría una devaluación tras las elecciones.
La
movida fue en el marco del tembladeral de mercados que desató la decisión que
adoptó anoche de ampliar por 14a vez los alcances del cepo cambiario, afectando
esta vez a los pagos por actividad turística en el exterior, en el marco de una
nueva crisis de las reservas, como la verificada hace 13 meses.
El
avance del billete en la plaza oficial de contado es el mayor nominal para una
jornada desde las últimas ruedas cambiarias de 2020. La decisión no debiera
sorprender porque de allí en adelante –por indicación del Gobierno, que buscó
restarle impulso a la inflación– esa variable fue usada como “ancla”, aunque
sin resultado. Así lo demuestra un índice de precios oficial que cumuló un
aumento del 41,8% en apenas diez meses.
Además
se interpreta como un intento de la autoridad monetaria por moderar la sangría
de reservas por intervenciones sobre el mercado de contado, una pérdida que
habría rondado los US$50 millones en la jornada, cifra representativa de poco
menos del 9% sobre los US$588,9 millones operados.
La
conducta oficial no sorprende en momentos en que el BCRA, pese a que ya buscó
aminorar la caída de reservas dejando de intervenir sobre los dólares
financieros (tarea en la que dilapidó unos US$2700 millones en el año hasta
antes de las elecciones), acumula una pérdida de unos US$680 millones sólo por
operaciones en la plaza de contados.
Se
trata de otro dato que confirma que su tenencia propia (estimada en US$6000
millones entre tenencia de oro y remanente de los DEG girados por el FMI hace
unos meses, pero que se esfumarán en un mes si el Gobierno tienen que pagar los
US$1900 millones de cuota a ese organismo) vuelve a mostrar niveles críticos y
la tenencia líquida se acerca a 0,o incluso podría ya ser negativa, como
calculan algunos analistas privados y –de hecho– ya sucedió hace un año.
“Nuestra
estimación indica que las reservas netas líquidas ya son negativas por unos US$1500
millones y todo apunta a que va a empeorar”, dijo el economista Gabriel
Rubinstein, director de la consultora GRA, que hace varias semanas venía
advirtiendo sobre una dinámica insostenible y hasta alertando que ese bache el
BCRA lo estaría cubriendo tomando “prestados” dólares de los encajes. Los
mismos son divisas depositadas en esa entidad, pero como respaldo precautorio
de los depósitos de que los ahorristas tienen en bancos (unos US$15.800
millones).
Otras
estimaciones consideran que la tenencia líquida aún no se esfumó y estaría en
el orden de los US$500 millones a US$600 millones. En ambos casos son cifras
que muestran una capacidad de intervención sobre el mercado exigua y con
tendencia a estrecharse más pese a los múltiples parches agregados al cepo en
los últimos tiempos. La pérdida de reservas de ayer habría rondado los US$50
millones.
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