Por
Martín
Kanenguiser - El Gobierno pagará deuda con nueva deuda. En este
sentido, Arabia Saudita le ofreció a la Argentina un crédito por USD 6.500
millones a tres años, que podría servir como fuente para fortalecer las
reservas internacionales, defender al dólar y pagar parte de los fuertes
vencimientos de deuda soberanos.
Calificadas
fuentes oficiales indicaron a Infobae que la semana pasada, durante
su visita a Buenos Aires, el canciller de ese país, el Príncipe Faisal,
dialogó de la cuestión con varios funcionarios del Gobierno. Rusia ofrecería
una suma similar.
Estas
conversaciones reflejan el interés del Gobierno por recuperar líneas de
financiamiento mientras negocia un nuevo acuerdo para refinanciar la deuda con
el Fondo Monetario Internacional (FMI) por USD 44.000 millones. Fuentes
oficiales confían en que antes de fin de año podrán llegar a un acuerdo técnico
con el staff del organismo que conduce Kristalina Georgieva -aunque
luego restará un arduo debate en el directorio-, pero en Washington hay más
cautela sobre los tiempos de la negociación. “Continúan las discusiones
sobre todos los aspectos del programa y no hay un calendario preciso”,
indicaron.
La
semana próxima el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentaría al
Congreso el proyecto “plurianual” con los lineamientos de este preacuerdo, que, pese a la última carta de la vicepresidente Cristina Kirchner, por
ahora no logró calmar a los mercados.
En
particular, en un encuentro con el presidente de la Cámara de
Diputados, Sergio Massa, el canciller árabe le ofreció la
posibilidad de realizar un “Repo” al Banco Central contra bonos soberanos.
Este
instrumento ya fue utilizado durante la gestión de Federico
Sturzenegger en 2016 en el gobierno de Mauricio Macri.
Las
operaciones de pase o repo consisten en una línea de financiamiento bancario,
por el cual una parte les compra a los otros títulos al contado y, en forma
simultánea, arreglan la operación inversa con un plazo y un interés
determinado. El spread entre el precio de compra al contado del título y el
precio de venta a término (futuro) da como resultado la tasa de interés de la
operación.
Tanto
el fondo soberano de Arabia Saudita como el de Rusia están realizando una
campaña proactiva para conseguir clientes en América latina; en particular,
directivos de ambas entidades llegarían a la Argentina la semana
próxima, según las fuentes oficiales.
La
visita será protocolar y “para realizar una propuesta”, que consistiría en dos
tramos de USD 6.500 millones, a tres años.
Un
tema relevante es la tasa de interés, ya que los funcionarios que
escucharon la propuesta les parecieron “muy alta”, en sintonía con el riesgo
país de la Argentina, cercano a los 1.900 puntos básicos.
En
particular, Massa le preguntó al canciller árabe si esta propuesta
financiera contaba con el respaldo pleno de su gobierno y si la relación con el
fondo soberano ruso era fluida.
El
PIF es el fondo de inversión y ahorro del estado de Arabia Saudita, con una
importante fortuna que deriva del petróleo, pero que se ha diversificado, desde
la compra de bonos soberanos hasta clubes de fútbol europeos. En tanto, el
Fondo Nacional de Inversión Ruso, creado en 2011 para financiar el pago de las
jubilaciones en ese país, es gestionado por el Ministerio de Finanzas y el
banco central en Moscú.
Según
la información oficial, este fondo “ha establecido acuerdos estratégicos de
colaboración con destacados coinversores internacionales de 18 países, por un
valor de más de 40 mil millones de dólares”.
Federico
Sturzenegger, primer presidente del BCRA de la gestión Cambiemos (Guille
Llamos)
En
enero de 2016, el Central tomó USD 5000 millones de un repo con siete bancos
internacionales, que canceló a fin de ese año tras la salida del default y el
consiguiente aumento del precio de los bonos soberanos argentinos, que le
permitieron mejorar la situación de las reservas internacionales, hasta la
crisis financiera del 2018 que derivó en el pedido del préstamo al FMI. En
aquel entonces, los bancos HSBC, JP Morgan y Santander aportarán US$ 1000
millones cada uno, mientras que el Deutsche, BBVA, Citi y UBS sumaron USD 500
millones cada uno.
La
tasa acordada equivalía a cerca del 6,76% y el plazo de esta línea REPO era
hasta diciembre de ese año. El rendimiento era similar al que pagaba en aquel
entonces por el Bonar 17 (6,77%) y menor al 8% ofrecido por el Bonar 2020.
Ahora,
con el mercado voluntario cerrado -y los bonos del canje del 2020 en su valor
más bajo desde el cierre de la operación- el Gobierno apuesta a no tener
que pagarle al FMI en 2022 si tiene un nuevo acuerdo y a endeudarse con otros
países y bancos multilaterales.
En
este sentido, el presupuesto 2022 prevé un financiamiento neto de USD
12.000 millones del Banco Mundial (que este año aprobó créditos por USD 2.000
millones), el BID (que aprobó créditos para el país hasta 2023 por USD 11.296
millones) y la CAF (que ya le prestó al país unos USD 3.400 millones).
Esta
estrategia demuestra que en materia financiera, pese a la inflamada retórica
oficial, no existe la grieta.
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