El Ministerio de Economía
continúa la negociación técnica con el organismo y busca alcanzar un consenso
político con la oposición
Por
Mariano
Boettner - El Gobierno puso en marcha esta semana el último
tramo de negociaciones técnicas con el Fondo Monetario Internacional para
llegar en los próximos días a un entendimiento que pueda ser discutido,
durante diciembre, en el Congreso nacional. en ese sentido, el Poder Ejecutivo
espera poder enmarcar ese consenso con el staff del organismo sobre
las proyecciones económicas plurianuales con un apoyo parlamentario de la
oposición y también de empresarios y gremios.
Además,
hoy la secretaria de relaciones económicas internacionales de la
Cancillería, Cecilia Todesca, ratificó que en diciembre se le pagará al
organismo multilateral la cuota de capital de USD 1900 millones con las
reservas internacionales del BCRA.
El
Ministerio de Economía abrió desde hace quince días, tras el resultado
electoral de las legislativas y el anuncio de Alberto Fernández de
una aceleración en las negociaciones con el FMI, una ventana de diálogo de
algunas semanas para afinar la letra chica de ese sendero económico acordado
con los técnicos del organismo, y que incluirán elementos decisivos como
el déficit fiscal, el financiamiento monetario del Banco Central al Tesoro y el
crecimiento del PBI, entre otros.
La
secuencia que se planteó como hoja de ruta el equipo económico es cerrar en los
próximos días un entendimiento con el staff, enviar el contenido de
ese acuerdo preliminar al Congreso para su debate parlamentario y una vez
cumplido ese paso, que el Fondo Monetario discuta ese consenso en el
directorio, que es el instrumento principal de decisión del organismo. Con ese
aval final, el nuevo programa financiero estaría a la firma.
La
aspiración de máxima del equipo económico es poder tener concretado un
entendimiento con el staff y haber completado su tratamiento legislativo antes
de fin de año. Los contactos actuales son de carácter técnico y virtual y aún
no está en la agenda una misión oficial de los funcionarios del organismo a
Buenos Aires.
Anoche,
en un evento organizado por la organización de políticas publicas Cippec, Infobae fue
testigo de una charla informal durante una media hora entre el ministro del
Interior Eduardo “Wado” de Pedro con el todavía economista residente
del FMI en la Argentina, Trevor Alleyne, quien de todas formas está a
punto de finalizar sus funciones ya que será reemplazado a fin de año por el
inglés Ben Kelmanson. El economista jamaiquino fue uno de los hombres más
consultados por empresarios presentes, aunque su involucramiento en la
negociación en marcha es menor.
A
grandes rasgos, la preocupación principal para la Argentina es reestructurar lo
antes posible un calendario de vencimientos de deuda abultado –previsto en el
acuerdo firmado en 2018– que cada vez está más cerca. En 2022 y 2023 el
país debería repagar al Fondo cerca de USD 20.000 millones cada año, una cifra
que es considerada por el Gobierno y el sector privado como imposible con el
nivel de reservas que tiene actualmente el Banco Central.
El Gobierno ajusta los
últimos términos del entendimiento técnico con el Fondo Monetario antes de
presentar el proyecto de ley para su discusión en el Congreso
En
los últimos días, además, comenzó un juego de señales por parte del Poder
Ejecutivo, que pueden preparar el terreno para un entendimiento técnico y
que apuntan, centralmente, a solucionar tres cuestiones que preocupan al Fondo
Monetario: la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, el nivel de
reservas y el atraso cambiario.
Esa
lectura incluye algunas de las últimas medidas tomadas por el Banco Central. En
primer lugar aparece en ese listado el corrimiento de la autoridad
monetaria del mercado del dólar financiero, más específicamente por el dólar
Bolsa o MEP. En ese sentido, desde el día después de las elecciones
parlamentarias el BCRA interrumpió su intervención a través de venta de bonos
en ese mercado, lo que aceleró su precio por encima de los 200 pesos, mientras
antes de los comicios del 14 de noviembre cotizaba en un precio cercano a los
185 pesos.
También
con el objetivo de preservar el colchón de reservas internacionales del
organismo anunció la semana pasada que prohibirá el financiamiento en
cuotas con tarjetas de crédito de gastos en dólares en el exterior. Tal como
reflejó Infobae, los gastos con tarjeta por viajes y turismo habían
llegado en septiembre pasado a unos USD 240 millones en todo el mes, lo que representa una
cifra muy baja en comparación con salidas que, por ejemplo, llegaron a los USD
1.567 millones en enero de 2018.
Otra
decisión del Banco Central fue la que determinó flexibilizar una de las últimas
medidas de política regulatoria hacia los bancos, que había ajustado un mes
antes. A través de una resolución, volvió a dar margen a las entidades
financieras para contar con dólares propios en sus tesoros, por fuera de los
encajes que tienen de los depósitos en moneda extranjera de sus clientes. El
BCRA salió este lunes a desmentir que sea una medida que impacte en las tenencias de los usuarios bancarios.
Por
último, el organismo que preside Miguel Pesce permitió en los últimos
días un nivel de depreciación mayor del tipo de cambio mayorista que
administra al ritmo que tenía antes de las elecciones legislativas. A lo largo
del año el dólar de referencia para el comercio exterior tuvo una actualización
menor a la que tuvo la inflación. Según la estimación presupuestaria, el
mayorista podría avanzar hasta los $102,4, es decir un peso y medio más en
comparación con los niveles actuales. Para algunos analistas, un crawling-peg (ritmo
de depreciación) por encima de la inflación ayudaría a recortar la brecha “por
abajo” sin necesidad de un salto devaluatorio.
Las
reservas del Banco Central, en la mira. Maria Amasanti/Bloomberg
Justamente,
la resolución del problema de la brecha cambiaria en un contexto de reservas
cada vez más escasas también aparece en la mesa de negociación con el
Fondo Monetario Internacional. En ese punto se abren distintas alternativas
para que el próximo programa financiero que firme el país con el organismo
contenga algún consenso sobre qué tipo de medidas tomar.
Un
informe de la consultora PxQ, que dirige el ex viceministro de Economía del
último gobierno de Cristina Kirchner, Emmanuel Álvarez Agis, recopiló
distintos trabajos realizados por el Fondo Monetario para conocer qué postura
expresó en los últimos años el staff técnico del organismo sobre cómo debería
ser una política cambiaria, lo que podría preanunciar qué salida negocian
el Poder Ejecutivo y el FMI en estas últimas semanas antes de que se inicie el
debate legislativo.
La
consultora fundada por Álvarez Agis concluyó que considerando los últimos 6
años de análisis del FMI acerca del sector externo argentino hay tres ejes que
se desprenden. Por un lado, que el FMI considera que las medidas de
control de capitales “son necesarias en el corto plazo para evitar salida
de capitales, pero que tienen que ser eliminadas de forma gradual una vez que
se logre estabilizar la economía”.
Por
otro, que la evaluación de tipo de cambio real de equilibrio “no es
necesariamente un factor que determine las recomendaciones de política
económica, esto queda en evidencia tras las conclusiones del Artículo IV en
2016 y 2017″. Y en tercer lugar, que “la política suele ser un factor
determinante para las recomendaciones del FMI, por encima de lo que diga
el staff técnico. Esto queda demostrado en las consideraciones que tuvo el
organismo en 2017 y 2018″.
PxQ
consideró, en ese sentido, que “es posible pensar que el programa con el FMI
podría no implicar un salto brusco del tipo de cambio y en cambio
modificar la política cambiaria para tener un crawling-peg por
encima de la inflación”.
Para
el economista y ex secretario de Hacienda entre 1996 y 1999, Pablo
Guidotti, existe el riesgo de que el Gobierno y el FMI lleguen a un
acuerdo “light”, sin mayores condicionamientos de política económica para
la Argentina y que solo persiga el objetivo de refinanciar los vencimientos
para los próximos años.
“Esto
sería desastroso tanto para Argentina como para el FMI. Por un lado, con
un programa light, Argentina permanecería aislada de los mercados internacionales
de capital, lo que aumentaría significativamente la probabilidad de un default
en 2024″, mencionó Guidotti.
“Por
otro lado, el FMI tendría que salir en apoyo de políticas populistas y
eventualmente enfrentar el fracaso del programa al no restaurar la confianza de
los inversores. Esto dañaría gravemente la reputación del FMI, que sigue siendo
su activo más importante. Además, un programa ligero sentaría un precedente
terrible para otras economías de mercados emergentes, donde los responsables de
la formulación de políticas luchan por conseguir apoyo político para políticas
económicas coherentes”, concluyó.
En
medio de la negociación, la mirada está puesta en la fragilidad de las reservas
del Banco Central, cuando se aproximan vencimientos de deuda relevantes para
los próximos meses. La secretaria de Relaciones Económicas
Internacionales Cecilia Todesca adelantó este martes que el
Gobierno pagará el último compromiso financiero del año con el FMI, que será de
casi USD 1.900 millones.
En
una mirada más amplia, según una estimación de la consultora Equilibra, para
los próximos meses habría obligaciones de pago de deuda por USD 7.600
millones en caso de que el Gobierno no pudiera reestructurarlos a tiempo. En
ese cálculo se incluyen repagos al FMI y otros organismos internacionales, la
segunda cuota del “puente” de tiempo acordado con el Club de París y cupones a
bonistas privados.
El
Gobierno buscará, además de un consenso político con la oposición a través del
debate parlamentario del consenso con el staff técnico del Fondo, un apoyo de
sectores empresarios y gremios. El secretario de Política
Tributaria Roberto Arias apuntó en ese sentido: “Necesitamos que
todos los factores de poder de la Argentina apoyen la estrategia y la propuesta
de negociación con el FMI para que tengamos condiciones que no ahoguen las
posibilidades de darle continuidad al proceso de recuperación económica”. Este
miércoles, por lo pronto, el ministro Martín Guzmán se reunirá con la
plana mayor de la CGT.
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