Desde
el Banco Central confían en que la buena cosecha de trigo, más los
elevados precios internacionales para el cereal, permitirán que la entidad
monetaria se posicione como comprador neto de divisas en el
mercado mayorista en el corto plazo, tras un mes de noviembre que arrojó
un resultado negativo próximo a los USD 900 millones.
En
relación a esto, el economista Jorge Carrera, vicepresidente segundo del
Banco Central, precisó a través de su cuenta de Twitter que “las compras netas
de divisas del BCRA en noviembre estuvieron en línea con el ciclo estilizado
anual, sea versión completa 2012-19″ o “sea versión 2012-15″, mientras que
“desde noviembre 2020 ha estado por arriba de los dos ciclos casi todos los
meses”.
“Para los próximos meses se espera una
gradual recuperación en las compras netas, consolidada por la liquidación de
la cosecha fina con buenos rindes y precios. Se estima una cosecha de
20,3 millones de toneladas”, agregó Carrera.
Este
jueves, el bushel de trigo cotiza con alza de 3%, a USD 8,16, unos USD
299,83 por tonelada, cerca de máximos en nueve años. Como la mayor parte del
cereal producido en Argentina es exportado, los ingresos por las ventas
externas este verano podrían alcanzar fácilmente los 3.500
millones de dólares.
Ante
la comparación interanual, el precio internacional del trigo creció un 40 por
ciento. Por lo tanto, la liquidación de divisas por este concepto debería
ser mayor que un año atrás en los meses de diciembre de 2021 y enero de
2022.
En
diciembre del año pasado el BCRA concluyó su intervención cambiaria con saldo positivo
de USD 608 millones, y en enero de 2021 se alzó con 157 millones de dólares.
Abona
a esta visión que el ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en los
once meses del año alcanzó los USD 30.129,6
millones, un récord histórico, apuntalado por precios
internacionales en máximos. Asimismo, el ingreso de divisas de los primeros
once meses del año refleja un incremento del 62,1% con respecto al
mismo período del año pasado.
De
todos modos, las compras netas que puede efectuar la autoridad monetaria en el
mercado no son una garantía de crecimiento para las
reservas internacionales, pues por otros circuitos del mercado pueden
escaparse las divisas.
En
el transcurso de 2021 el Banco Central sostiene un destacado nivel
de compras netas en la plaza cambiara por unos USD 5.540 millones, aunque
la cifra no es del todo contundente si se toma en cuenta esa liquidación récord
de las exportaciones del agro en el último año.
De
hecho, las reservas brutas de la entidad aumentaron poco más de USD 2.100
millones en lo que va del año, de USD 39.409 millones a USD 41.540
millones el 1 de diciembre, un saldo pobre si se consideran los ingresos
extraordinarios por USD 4.300 millones por la ampliación de los DEG del FMI en
agosto.
El
economista Diego Giacomini explicó que “desde que Alberto Fernández
es Presidente y hay mega cepo, que atenta contra la propiedad privada y la
libertad, el Banco Central perdió USD 5.861 millones de reservas. En el segundo
semestre 2021 se van USD 4.513 millones, y en noviembre, USD 888 millones, todo
sin el dibujo de los DEG”.
Sin
ir más lejos, fuentes oficiales confirmaron que Argentina realizará el
próximo 22 de diciembre el pago de unos USD 1.880 millones al
Fondo Monetario Internacional, que provendrán de los DEG (Derechos
Especiales de Giro) que el propio organismo había transferido meses atrás. Por
ello, será difícil que las reservas puedan superar los USD 40.000 millones
hacia fin de año.
José
María Segura, economista Jefe de PwC Argentina, señaló que “la existencia
del cepo, que se ha ido reforzando con el correr de los meses a medida
que las reservas iban cediendo, hace que se restrinja la salida de divisas
pero, más importante aún, genera un desincentivo a que ingresen. Por este
motivo, se esperaba alguna forma de corrección en el tipo de
cambio oficial -sea de aceleración del crawling peg o con
algún salto discreto, similar a lo ocurrido en 2014-, que permitiera contener
la brecha y la pérdida de reservas del BCRA vía precio, y no por
restricciones cuantitativas, por ejemplo, con más cepo”.
“Sin embargo, las recientes medidas cambiarias
insisten por el camino cuantitativo, a riesgo de incrementar aún más la
desconfianza y desencadenar procesos difíciles de controlar”, acotó
Segura.
En
la contabilidad de las reservas brutas, además de las compras o ventas
netas que pueda efectuar la autoridad monetaria en el mercado, hay otros
números a seguir, como los pagos por consumos turísticos en el
exterior (que registran un pico estacional en enero) y la
eventual reducción de los depósitos en dólares en el sistema, pues la
mayor parte de ellos se cuenta como reservas.
En
ese aspecto, en los últimos dos meses salieron de los bancos unos USD 800
millones y los depósitos privados en dólares, en efectivo, descendieron el
pasado lunes 29 de noviembre a 15.562 millones de dólares.
El
ex presidente del BCRA Martín Redrado afirmó que “en
Argentina no hay dólares para el sector público, el sector privado no se
los quiere liquidar y hay una crisis de confianza. Hay que incrementar la
oferta de divisas en el corto plazo”. Y apuntó que “hay 200.000 millones
de dólares físicos en la Argentina, nuestro país es el segundo país fuera
de los EEUU (el primero es Rusia) con mayor tenencia de billetes de dólar. Hay
que generar confianza para que esos dólares regresen y contribuyan a
la producción y al consumo”.
“Argentina
no tiene que esperar nada del FMI, tiene que esperar de nosotros, En los
distintos programas se cometió el error de pensar que se podía comprar
credibilidad a a través de los programas. La clave para la Argentina es
generar un programa sólido de estabilización y crecimiento económico a la
vez, lo cual es un desafío para la profesión económica. Tenemos que lograr en
forma simultánea estabilización y crecimiento con un programa hecho por la
Argentina y convalidado por leyes y, en último caso, monitoreado por el FMI”,
indicó en diálogo con A24.
En
cuanto al turismo, esta actividad impacta en la cuenta de servicios, con un
déficit con el exterior que en enero de 2020 (con fuerte devaluación, pero sin
restricciones por el COVID-19) alcanzó un rojo de USD 221 millones, según el
Balance Cambiario del Banco Central, y en enero de 2019 (sin control de
capitales) arrojó un déficit de 651 millones de dólares.
|