Por
Santiago Dapelo - Tras acelerar las negociaciones, el presidente Alberto
Fernández le reclamó al Fondo Monetario Internacional que “antes de cerrar un
nuevo acuerdo haga su ‘evaluación’ de lo que fue el fallido programa
stand-by
por el que se desembolsaron US$44.000 millones” durante el gobierno de Mauricio
Macri.
Así,
en la jornada anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), y dos días antes
del viaje de una misión de equipos técnicos del Ministerio de Economía y el
Banco Central a Washington para avanzar con un entendimiento, el Presidente le
pidió al organismo multilateral de crédito que haga un mea culpa sobre su
actuación. El objetivo del Presidente es que el FMI realice un análisis del
programa de 2018. El gobierno nacional ahora aguardará la respuesta del Fondo.
Sin una prórroga de los pagos, la administración de Fernández carece de los
fondos necesarios para cumplir con los vencimientos del primer trimestre de
2022.
En
medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el
presidente Alberto Fernández le reclamó al Fondo que “antes de cerrar un nuevo
acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa stand-by por el
que se desembolsaron 44.000 millones de dólares” que, según el mandatario, “se
mal utilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales”.
Así,
en la jornada anual de Unión Industrial Argentina (UIA), y días antes del viaje
de una misión de equipos técnicos del Ministerio de Economía y el Banco Central
a Washington para avanzar con un entendimiento, el Presidente le exigió al
organismo multilateral de crédito que haga un mea culpa sobre su actuación con
el gobierno de Mauricio Macri.
El
objetivo del Presidente es que el FMI realice un análisis del programa de 2018.
Es, según advirtieron fuentes oficiales, una condición “necesaria” para
avanzar. El gobierno nacional ahora aguardará la respuesta del Fondo, que
lidera Kristalina Georgieva.
“Eso
nos va a ayudar a terminar de entendernos. Es un paso necesario en este
camino”, remató el jefe del Estado, quien destacó que ese acuerdo “no será a
costa del desarrollo del país ni en base a ningún programa de ajuste”.
El
gobierno necesita un entendimiento con el FMI, ya que las reservas del Banco
Central resultan insuficientes para cumplir con los pagos que se avecinan en el
verano.
Según
Fernández, quien preparó el discurso en la quinta presidencial de Olivos, el
FMI le otorgó a la Argentina en 2018 un préstamo que “es equivalente a toda la
ayuda que ese organismo dio al mundo para sobrellevar los daños causados por la
pandemia”. Más allá del pedido, el Presidente adelantó que afrontará la deuda.
“Buscamos que esa deuda no nos impida llevar adelante el programa plurianual
que queremos implementar para que la Argentina continúe en la senda de la
recuperación con generación de empleo, y para que podamos reducir la
inflación”, explicó Fernández desde Parque Norte.
Sin
dar detalles sobre el plan o definir cuándo lo enviará al Congreso, anunció que
firmará en las próximas semanas un decreto para crear el Plan Productivo 2030,
con el que buscará “potenciar a sectores productivos en los años que se vienen,
para potenciar la generación de empleo, nuestros conocimientos, nuestras
exportaciones y a nuestras industrias”.
Además,
le reclamó al Congreso la aprobación de los proyectos de Hidrocarburos,
Agrobioindustrial, el Compre Argentino, el Cannabis industrial, la movilidad
sustentable y la industria automotriz. “Cada uno de estos procesos es el
resultado del diálogo entre todos los sectores”, graficó, ante la mirada de
empresarios y sindicalistas.
El
Presidente, que leyó su discurso, también defendió el estilo de negociación que
llevó adelante el titular del Palacio de Hacienda y aprovechó la oportunidad
para criticar al expresidente. “Cuando somos enérgicos con nuestros acreedores
demostramos nuestra seriedad. Nada serio puede resolverse en cinco minutos. El
problema de la deuda externa no es un problema del gobierno de Alberto
Fernández, es de la Argentina”, manifestó.
Después
de algunas dudas, el Presidente decidió asistir al encuentro de la UIA pese a
las diferencias que mantiene con su cúpula, en especial con su presidente,
Daniel Funes de
Rioja.
Ante ese foro, llamó a la unidad: “El renacimiento de la Argentina nos necesita
a todos y todas. Sin excepción”. En ese sentido, que el futuro del país
“depende de todos”.
El
jefe del Estado, que estuvo acompañado por el ministro de Desarrollo
Productivo, Matías Kulfas, una señal en medio de la tensión por la salida de su
equipo de Débora Giorgi, resaltó que “a pesar de un escenario tan adverso como
el que nos tocó, la Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación
económica”.
Y
en este punto hizo referencia al problema de la inflación, especialmente del
aumento de los precios de los alimentos. “No es posible que algunos pícaros
aprovechen el momento para obtener ganancias extraordinarias. Seré inflexible
con quienes se abusan en este contexto”, dijo el Presidente, quien relató que,
desde agosto de 2020, se crearon 120.000 empleos formales privados en el
conjunto de la economía.
“Una
de las mejores noticias es que hoy 18 de las 24 provincias tienen más empleo
industrial que en 2019”, dijo Fernández ante un público difícil. Solo hubo un
puñado de aplausos durante su exposición. ß
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