Por Juan Strasnoy
Peyre
- El Ministerio de Economía comenzó diciembre con un importante
colchón de financiamiento neto
vía deuda en
pesos, superior a los $100.000 millones. Con ese plafón, el equipo financiero
de Martín Guzmán ya prepara la última licitación del año pautada para el 29 de
diciembre. Allí, buscará renovar vencimientos de distintos títulos
por un total de $284.220 millones. Con sólo dos semanas por delante, en el
Palacio de Hacienda apuntan a cerrar el año con un rollover
acumulado de los compromisos en moneda local cercano al 120% y trabajan
con un ojo puesto en el programa financiero de 2022, que estará marcado por la
negociación con el Fondo Monetario Internacional y la búsqueda de reducir la
emisión monetaria.
La
Secretaría de Finanzas, que encabezan Rafael Brigo y Ramiro Tosi, había colocado el lunes $129.111 millones
en la primera vuelta de la primera licitación del mes. Como los pagos de deuda
semanales apenas superaban los $29.000 millones, el fondeo neto cosechado fue
de casi $100.100 millones. La segunda vuelta de la subasta, de la que
participaron los 13 bancos y sociedades de bolsa que actúan como aspirantes a
creadores de mercado, aportó ayer un plus de $4.912 millones y estiró el
endeudamiento extra a $105.000 millones. “Fue un resultado positivo”, valoraron
fuentes oficiales.
En
los últimos meses, en Economía habían señalado que el objetivo era cerrar el
año con un financiamiento neto acumulado por encima de los $600.000 millones y
un rollover de los vencimientos anuales en pesos de entre el 115% y el 120%.
Así, luego de un comienzo de semestre marcado por las elecciones y el
crecimiento del peso de la emisión en el fondeo del fisco, la intención era
acercarse lo más posible a la pauta presupuestada de cubrir el 60% del déficit
fiscal de 2021 con asistencia directa del Banco Central y 40% con nuevo
endeudamiento.
El
resultado final terminará de verse en la última colocación del año y de acuerdo
también a los pedidos de adelantos transitorios que Hacienda le haga al BCRA en
lo que resta del mes. Según supo Ámbito, la programación financiera de Economía
para diciembre era, en un escenario prudente, renovar el 110% de los
vencimientos del mes y terminar el año en torno al 118% de rollover acumulado.
Aunque, con lo conseguido en la primera licitación, el número podría ubicarse
algo por encima. Si en la última licitación logra renovar más del 90% de los
pagos pendientes (o sea, si coloca más de $255.798 millones), el rollover anual
se acercará al 120%.
De
concretarse, esto equivaldría a terminar 2021 con un endeudamiento neto en
pesos cercano a los $650.000 millones, el doble de lo conseguido el año pasado.
Aun así, será difícil que se cumpla la meta original de cosechar el mencionado
mix de financiamiento del 60-40%. Es que en los primeros días de diciembre ya
hubo un giro del Central al Tesoro de $120.000 millones, que elevó la
asistencia monetaria anual a $1,56 billones o $1,13 billones si se contabiliza
la precancelación de adelantos realizada a partir del ingreso de los derechos
especiales de giro del Indec.
FMI
y 2022
Con
todo, el equipo económico ya trabaja con la mira en el programa
monetario y financiero de 2022. Se trata de uno de los ejes claves de
discusión con el FMI de cara a la elaboración del plan plurianual. El Gobierno
apunta a avanzar en un ordenamiento gradual de las cuentas públicas, que
asegura que se hará sin ajuste, y el Fondo reclama un cierre acelerado del
financiamiento monetario del déficit, acorde a su habitual recetario contra la
inflación. La declaración del staff del organismo al cabo de la visita de la
delegación de Economía y el BCRA a Washington planteó que para atacar la suba
de precios se requiere “una reducción del financiamiento monetario del déficit
fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y
una coordinación de precios y salarios”.
La
exposición de Guzmán en el Congreso sobre el Presupuesto dejó algunas
señales al respecto. Por primera vez, incluyó explícitamente a los
factores monetarios entre las causas que determinaron una inflación por encima
de sus expectativas este año. También anunció un ancla para la
expansión monetaria en 2022 y dijo que la base se mantendrá estable en relación
al PBI, con el objetivo de anclar las expectativas sobre la nominalidad junto a
un acuerdo de precios que reemplace al actual congelamiento. En paralelo, el
equipo económico analiza un eventual cambio de la tasa de referencia del BCRA,
que permaneció todo el año en 38% nominal y 45,4% efectiva anual, para
adecuarla al ritmo de depreciación que se seguirá el próximo año (más cercano a
la inflación).
En
cuanto al programa financiero, se plantea reducir la asistencia monetaria al
Tesoro de más de 3% del PBI este año al 1,8% en 2022. Para ello, se contemplan
fondos netos de organismos multilaterales o entes bilaterales por 1,1% del PBI.
El resto de las necesidades financieras (4,9% del PBI) se cubrirían con
endeudamiento en pesos por 2% del PBI o $1,2 billones. Será un objetivo
desafiante ya que los vencimientos en moneda local del próximo año superan los
$3,7 billones.
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