Viernes 24 – Por Claudio
Zlotnik - El miércoles a media mañana de la argentina se acabaron las
especulaciones. El Gobierno activó el pago del vencimiento de u$s1.892
millones al Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese momento se terminaron las
especulaciones. Horas antes, un grupo de dirigentes afines al oficialismo,
entre los que se encontraba el director del Banco Nación, Claudio Lozano, se
había presentado a la Justicia para impedir ese pago.
La
presentación provocó tensión en el mercado cambiario, algo que se reflejó
en las últimas horas. Para los operadores, resulta indescifrable si movidas de
ese tipo cuentan con el respaldo de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Tras
esa transferencia, las reservas líquidas del Banco Central quedaron
por debajo de los u$s2.500 millones, según coinciden las consultoras
económicas. Si hay algo que queda claro tras la decisión es que Alberto
Fernández no piensa en un default con el organismo.
Es
un verdadero "fondo de la olla". Ese monto no cubre ni siquiera medio
mes de importaciones de la Argentina, lo que pone blanco sobre negro la
situación delicada por la que atraviesa la economía del país.
Esa
realidad plantea desafíos muy claros para el país: con muy pocas reservas y
habiéndose pagado todos los compromisos al FMI, el Gobierno manda la
señal de que busca el acuerdo con el organismo.
Sin
reservas y en default, la dinámica se complicaría a tal punto que
provocaría ya no una crisis cambiaria como la actual sino, más bien, un
tembladeral bancario y económico.
El
escenario, así como está, pone en serias dudas la posibilidad de que
la economía pueda sostener la recuperación, por la sencilla razón de
que sin dólares es imposible mantener la expansión.
Ese
debate -el posible crecimiento para los próximos meses-, incluso, da por
sentado lo que viene pregonando el ministro: que el acuerdo con el Fondo
Monetario se va a dar más temprano que tarde.
¿Cuándo
se firma el acuerdo?
Guzmán
dice que el acuerdo podría rubricarse a comienzos de febrero. Es lo que
necesitaría para que se cumplan los tiempos burocráticos: la Argentina tiene
que pagar un vencimiento de casi u$s2.900 millones hacia la segunda quincena de
marzo.
Está
claro que ya no tiene dólares para cumplir. Antes, en enero y
febrero, habría que abonar otros u$s1.000 millones.
Guzmán
tiene la palabra de Kristalina Georgieva de que los vencimientos que
se pagaron con esos DEGs (entre septiembre y el próximo fin de año, por unos
u$s4.500 millones) serán reintegrados por el Fondo a la Argentina en algún
momento del año que viene, a medida que se vaya cumpliendo el acuerdo.
La
Casa Rosada confía en que este acuerdo será clave para estabilizar las
expectativas: ante la incertidumbre cambiaria y el ensanchamiento de la brecha,
el Banco Central viene perdiendo divisas.
Esa
es la clave para entender el motivo de este apuro (ahora sí) por cerrar trato
con el Fondo lo antes posible.
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