El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene
la misma postura que ha cosechado a lo largo de los años. Pese a que la llegada
de Kristalina Georgieva en los primeros años del gobierno
de Alberto Fernández, hubo una relación más amena en busca de avanzar en el
acuerdo, la deslucida imagen que mantiene hoy la Directora Gerente generó una
demora inesperada.
El
Gobierno argentino busca destrabar las negociaciones con el Fondo por dos vías:
en primer lugar, buscando el apoyo de otros países - muchos de ellos, miembros
del Directorio- incluyendo a EEUU que mantiene su poder de veto. En segundo
lugar, remarcando la necesidad de que es necesario que el acuerdo, esta vez,
sea excepcional.
El
argumento es el siguiente: el préstamo otorgado en 2018 por el Fondo Monetario
representó el préstamo más grande que alguna vez tomó el organismo. Era de
u$s57.000 millones pero finalmente llegaron a entregar u$s44.000 millones.
Si
bien el Fondo reconoció a través del último comunicado que "no se llegó a
los objetivos" buscados y que el déficit en la balanza de pagos, no logró
una solución consistente, mantiene su postura inflexible: para el FMI, un acuerdo excepcional podría sentar un precedente
para el resto de los países que también mantienen deuda con el organismo y para
los futuros que quieran hacerlo.
Los puntos claves del ajuste
Reducción
del déficit fiscal: el gobierno argentino y el Fondo Monetario están de acuerdo en que
es necesario ir hacia un equilibrio en las cuentas. Sin embargo, la diferencia
radical es en la velocidad: el FMI pide un ajuste en cuatro años para llegar a
déficit cero, mientras que la Argentina pide seis años. Algunos guiños estuvo
otorgando el Ministerio de economía: el déficit primario acumulado a noviembre
fue de 911.298 millones de pesos (8.516 millones de dólares) -lo que equivale
al 2,1% del PIB.
El
Fondo puntualizó que “hubo un entendimiento
general" sobre la necesidad de mejorar de manera gradual y
sostenible las finanzas públicas para que se pueda avanzar en las
inversiones en infraestructura, tecnología y gasto social focalizado”, con lo
que se deduce que aún falta negociar para llegar a un acuerdo total sobre el
tema.
Recorte
de subsidios: El
FMI dijo que se avanzó en las medidas para desarrollar el mercado de capitales
interno, "fortalecer la efectividad del gasto público y mejorar las
operaciones de política monetaria".
El
organismo no especificó de qué manera se lograría "más efectividad del
gasto público". El Gobierno busca hacerlo de manera gradual y el Fondo
quiere un ritmo más acelerado, con reducción de subsidios y reformas
estructurales que considera necesarias. El Estado nacional gasta en dos rubros
principales: el pago de jubilaciones, los planes sociales y los subsidios en la
energía. Sin contar con los ingresos del 2022, el Ministerio de Economía ya
admitió la necesidad de acomodar los gastos en base a los ingresos disponibles.
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