Domingo 23 - Por Mara Laudonia -
Las negociaciones entre la Argentina y el FMI mantienen
en vilo a analistas, que analizan las pistas de los acontecimientos recientes
pero esperan aún mayores señales de ambas partes para vaticinar la concreción
de un acuerdo hacia fines de marzo.
De
un modo u otro el tema es mencionado todos los días, y ayer el ministro de
Economía, Martín Guzmán, afirmó
que la "Argentina necesita más tiempo para pagar y quiere llegar a un
acuerdo (con el FMI), que es necesario para ambas partes", al tiempo que
admitió que existen diferencias con el organismo sobre los tiempos de
consolidación fiscal y las combinaciones entre gastos e ingresos.
"La
diferencia que tenemos con el FMI es la velocidad de consolidación fiscal y las
combinaciones entre gastos e ingresos. No queremos penalizar la demanda cuando
la economía se está recuperando", dijo Guzmán en una entrevista con el diario francés Le Figaro.
Respecto
de la marcha de las negociaciones, Guillermo Oglietti, doctor
en Economía de la Universidad de Barcelona y director del Centro Estratégico
Latinoamericano de Geopolítica, analizó los resultados del encuentro entre el
canciller argentino, Santiago Cafiero, y el secretario
de Estado de EEUU, Antony Blinken, y evaluó que un
mismo mensaje de los Estados Unidos puede ser interpretado de manera diferente
si viene de parte del Tesoro o del Departamento de Estado.
Por
un lado, consideró que la "similitud entre las declaraciones del
Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado refleja un nado
sincronizado de una política sin fisuras hacia Argentina; con esto, podemos
inferir que Blinken y Yellen coinciden, pero no podemos arriesgar si es para
rechazar o aceptar la propuesta argentina".
Oglietti
comparó el encuentro de Cafiero-Blinken con aquel que tuvo lugar en Venecia,
seis meses antes, en la cumbre del G20, entre Guzmán, y la titular del Tesoro,
Yanet Yellen, el primero donde el Gobierno argentino trató oficialmente la
negociación del FMI con EEUU.
La
declaración que dio pie al Gobierno a interpretar un resultado favorable de la
visita de Cafiero a EEUU dice lo siguiente: "El secretario discutió la
negociación de Argentina con el FMI y alentó a Argentina a presentar un marco
de política económica sólido que devuelva el crecimiento al país" .
Esta
declaración, continuó Oglietti, es idéntica a la que el número dos de Yellen,
Wally Adeyem, le dio a Guzmán a mediados del año pasado, al decir que "un
marco sólido de política económica para Argentina que brinde una visión para el
crecimiento del empleo en el sector privado tendría el apoyo de EEUU".
Pero
Oglietti advierte que en el encuentro de Venecia también asistió David Lipton, quien fue el máximo representante
estadounidense en el FMI cuando el gobierno de Donald Trump facilitó
las gestiones para el préstamo al gobierno de Mauricio Macri, y
actualmente trabaja como asesor sobre asuntos latinoamericanos de Yellen.
"Sospechamos
que a Lipton no le gusta la propuesta argentina porque implicaría reconocer su
mala praxis, y también tomamos en cuenta que el representante norteamericano en
la junta de gobernadores del FMI ha sido uno de los pocos que no valoró
positivamente la evaluación del desempeño ex post del acuerdo Stand By firmado
por Macri. Esto nos permite anticipar una predisposición negativa de parte del
Tesoro a aceptar la propuesta argentina, que implica un trato excepcional y
heterodoxo para los estándares del FMI", se explayó.
Sin
embargo, aclaró que, por el lado del Departamento de Estado, "vemos que la
cancillería norteamericana está muy distraída apuntando al frente chino y ruso,
que representan desafíos geopolíticos mayores a los que implica la débil
situación económica argentina que supieron conseguir".
En
ese sentido, continuó: "Uno de los escenarios probables es que en medio de
tantas distracciones geopolíticas relevantes y de una Latinoamérica en
convulsión e insatisfecha, que ha cambiado de signo en Perú, Bolivia, Chile,
Argentina y México y que cambiaria en Brasil y Colombia, es que EEUU acepte la
propuesta argentina, no tanto para evitar el aislamiento y el sufrimiento de
los argentinos, sino para no agitar más su patio trasero ni empujarnos a manos
de uno de sus grandes adversarios geopolíticos, como China", dijo.
En
tanto, desde una visión más económica, el exviceministro de Economía de la
gestión de Cristina Kirchner, Emmanuel Álvarez Agis,
manifestó: "Si hace seis meses me preguntaban si habría un acuerdo me
inclinaba porque había; hoy la probabilidad de que no haya un acuerdo no es
cero", justificó a la luz de los acontecimientos recientes.
Para
Agis, "los únicos que saben si la reunión fue buena o mala para la
Argentina son Cafiero y Blinken. Aun falta más información para poder
pronunciarnos por si habrá finalmente un acuerdo", dijo en declaraciones
radiales.
Según
este economista, la discusión meramente técnica, si es por la vía del sendero
fiscal, no es tan difícil de cerrar, desde el punto de vista de que el Tesoro
le pediría a la Argentina 1% de reducción de déficit fiscal por año, mientras
que la Argentina lo haría en 0,7%.
Para
los estándares de negociación con el FMI esta diferencia es menor; "el
plano económico del acuerdo, el menos conflictivo", aseveró.
Pero
advirtió las complicaciones en el plano político. "Tradicionalmente se
discute la posición de un país y del FMI; en cambio acá se abren tres
discusiones más: una discusión al interior del Frente de Todos, otra discusión
del acuerdo con la oposición, y otra entre las palomas y halcones" de los
Estados Unidos, ironizó.
Con
este panorama, se suma una visión jurídica del tema con fundamentos desde el
derecho público internacional que está tomando vuelo, y que sostiene que el
acuerdo con el FMI debería considerarse nulo, debido a que "fracasó en
todos sus objetivos centrales, viola los fines fundamentales del FMI según su
Convenio Constitutivo y, por tanto, constituye un acto 'ultra vire' ".
Así
lo sostienen Karina Patricio Ferreira Lima, abogada
e investigadora de la Universidad de Leeds, junto con Chris Marsh, un consultor y exfuncionario del FMI.
Esa
nulidad implica que se abriría una nueva instancia. "No sería un nuevo
acuerdo con el FMI como el que se está negociando ahora, porque se caería el
Stand By; el origen de la obligación de restitución ya no sería el Memorándum
de Entendimiento ni ningún mecanismo previsto por el derecho del Fondo
Monetario, sino otro tipo de obligación que pueda proveer el Derecho Internacional
Público", dijo Patricio Ferreira Lima durante una reciente entrevista..
"La
negociación se sustrae del ámbito del FMI y se traslada al campo general del
Derecho Internacional Público, que tiene reglas diferentes", afirmó.
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