Por
Martín Kanenguiser - El ámbito fue la casa de Massa en Tigre, con la presencia
del ex presidente del Banco Central, Martín Redrado; el
vicepresidente del BICE y ex ministro de Economía, Miguel Peirano; el
director del Indec, Marco Lavagna; los socios del estudio Equilibra, Diego
Bossio y Martín Rapetti; y el Lisandro Cleri, subdirector
ejecutivo de Operaciones del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) en
Anses. Por un compromiso familiar faltó a la cena uno de los principales
asesores de Massa, Guillermo Mitchell, su mano derecha en cuestiones
tributarias.
Luego
de dos años sin este tipo de reuniones por la pandemia, el líder del Frente
Renovador decidió que era el momento de dialogar en persona para debatir lo que
ocurre y pensar en 2023; no fue un debate ordenado, sino un intercambio de
ideas, matizado con asado y ensalada, tal como indicó el periodista Pablo de
León en Clarín.
Según
precisaron a Infobae asistentes al encuentro, Massa estaba tranquilo
pese a que en forma constante La Cámpora quiere instalarlo como sucesor del
ministro Martín Guzmán y él se siente muy cómodo al frente de la
Cámara Baja, desde donde tuvo participaciones claves tanto en el cierre del
acuerdo con los bonistas en 2020 como con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) en marzo pasado, al actuar de “puente” entre Alberto Fernández y Cristina
Kirchner y entre el Gobierno y sus interlocutores en la administración Biden.
“Yo estoy feliz con mi trabajo”, les dijo Massa a sus invitados, cuando lo
consultaron por esta cuestión.
Con
el partido de Boca-Defensa y Justicia de fondo (Massa felicitó a su amigo Román
Riquelme cuando Boca pasó a semifinales, a diferencia de lo que ocurrió con
River Plate con su querido Tigre, un día después, según comentaban risueños
tras el encuentro), se llegó a la conclusión de que difícilmente se pueda
reemplazar a Guzmán si no hay condiciones de mayor respaldo dentro de la
coalición oficial y mientras el Palacio de Hacienda mantenga tan poco poder en
un gabinete económico tan fragmentado. Este es el mismo motivo por el que ya
declinaron esa posibilidad tanto Redrado como el ex viceministro Emmanuel Álvarez
Agis, entre otros.
Además,
consideraron que el ministro todavía tiene, pese a los peligros por la alta
inflación y las tensiones cambiarias que se registrarán en el segundo semestre
del año, cierto apalancamiento por su buen de diálogo con el FMI, al menos
mientras pueda cumplir con las metas trimestrales, un objetivo difícil según
Equilibra hacia fin de este año, ya que se avizora más inflación, menos
dólares y menor crecimiento económico.
Desde
las 21 y hasta las 2 am, Massa preguntó, dejó hablar y, sobre todo, mostró que
quería tener a varios de los economistas con los que formó el Frente Renovador
en 2013 y con los que suele hablar por separado, en un encuentro que tuvo
sentido por el diálogo pero también como símbolo, mientras otros referentes del
oficialismo y de la oposición comienzan a mostrar sus propios equipos
económicos. El paso siguiente será plantear “Diez ideas para seguir
creciendo”, en las próximas semanas; todavía nadie lo plantea como un programa
de gobierno, sino como alternativas para salir de la actual coyuntura cargada
de problemas.
Pese
al pesimismo imperante por los problemas agudos de corto plazo –políticos y
económicos- los economistas al menos plantearon que hay algunos ejes para
pensar en un escenario mejor si la coyuntura se transita sin caer al barranco
que plantea el kirchnerismo duro sin un acuerdo con el FMI.
En
este sentido, expresaron que hay empresarios muy interesados en invertir en
alimentos, minería –litio en particular- y economía del conocimiento, si hay
señales contundentes y no bicéfalas de “ordenamiento de las reglas” a partir
del próximo gobierno que asumirá a fines de 2023.
Al
respecto, afirmaron que es posible que los dólares que con tanto énfasis
reclama la vicepresidente Cristina Kirchner aparezcan si se alienta a
los sectores que quieren invertir, sin más cepo a la entrada y salida de
capitales de mediano plazo, ni trabas a la radicación de nuevas empresas en el
país, como las que, se indicó, plantea la conducción de la Inspección General
de Justicia (IGJ).
En
el corto plazo, también indicaron que el avance del gasoducto Néstor
Kirchner desde Vaca Muerte puede ser una llave para destrabar un mayor
caudal de exportaciones. “Más allá de la obra, rellenar el gasoducto va a
requerir de unos USD 7900 millones y para alentar esa inversión hay que
adelantar amortizaciones y dividendos, porque eso te cambia la ecuación de
dólares en el país”, indicaron en la reunión.
También,
destacaron el proyecto de alivio fiscal, leyes como la de hidrocarburos, la
promoción a la industria del cannabis, el nuevo blanqueo para la construcción y
la nanotecnología como motor de empleo.
En
suma, fue un evento social y político, para plantar bandera como una tercera
posición dentro del oficialismo y mostrar, como le comentó Román a Massa, que
hay equipo. |