Por
Javier Blanco - Condicionado por una inflación que no da tregua y un acuerdo
con el FMI que lo conmina a dejar de validar rendimientos negativos para los
ahorros en pesos, el Banco Central (BCRA) volvió a subir ayer –por quinta vez
en lo que va del año– la tasa de interés para sus instrumentos de política
monetaria y los depósitos a plazo fijo minoristas.
Algo
más de tres horas después de conocido el índice de inflación del 6% que dejó
abril, la entidad dispuso otro retoque al alza de dos puntos (el menor desde
fines de marzo) en ambas para llevarlas del 47 al 49% y del 46 al 48% nominal
anual.
De
este modo alcanzan, también en ambos casos, el mayor nivel en 26 meses y medio
(hay que remontarse a fines de febrero de 2020, cuando se ajustaban a la baja),
aunque se mantienen atrasadas en relación con la actual inercia inflacionaria
de la economía.
En
la entidad, desde donde dicen no mirar tanto el dato mensual sino las
proyecciones a mediano plazo, aseguran que –de este modo– vuelven a acercar el
rendimiento efectivo de estas colocaciones (si se renuevan periódicamente
incorporando el interés percibido al capital originalmente invertido) a la
proyección de inflación del 65,1 al 65,75% para el presente año que reflejó el
último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).
En
este caso, con las nuevas alzas, esos rendimientos pasan del 58,7 y 57,1% a un
rango que va del 61,8 al 60,1% efectivo anual para las Leliq y los plazos fijos
minoristas (menores a los $10 millones), respectivamente. Para el resto de los
plazos fijos privados la tasa mínima garantizada se estableció en 46% (57,1%
TEA).
El
gradualismo que aplica para este reacomodamiento, creen en el mercado, está más
vinculado con el costo que cada aumento de un punto en las tasas que paga a los
bancos por las Leliq tiene en su muy pesada deuda remunerada, que ya ronda los
$5,5 billones: la incrementa en unos 45.000 millones al año, por lo que en el
transcurso del corriente le está sumando unos $500.000 millones. De allí parte
de su prudencia.
En
el comunicado el BCRA aclaró que las tasas activas (las que se cobran por los
préstamos) se mantendrán en niveles favorables para la inversión y la
producción, y el sector mipyme. “La línea de inversión tiene una tasa nominal
anual de 37% y la de capital de trabajo, de 47,5%”, detalló, y sostuvo que
“seguirá regulando ciertas tasas claves para el consumo de las familias”,
aunque sin dar precisiones al respecto.
El
BCRA venía de subir las tasas hace un mes (el 13 de abril las había retocado en
250 puntos), repitiendo lo hecho el 22 de marzo (las subió en 200 puntos); el
17 de febrero (las elevó también en 250 puntos) y el 6 de enero, cuando
resolvió descongelarlas y subirlas en 220 puntos tras 21 meses de haberlas
mantenido congeladas en torno del 38% para el caso de sus letras de liquidez
(Leliq). Es decir que ya las readecuó en 11 puntos. ¿Alcanzará?
Por
lo pronto hay que aclarar que las previsiones del último REM contemplaban un
IPC del 5,6% para abril, que nuevamente quedó superado por la realidad. Eso
permite suponer que la nueva estimación, por simple recálculo, se volverá a
ajustar al alza. Eso dejaría al nuevo nivel de tasas –que rige desde hoy– otra
vez rezagado.
Pero,
por sobre todas las cosas, deja a la vista el peligroso nivel de nominalidad
con que se maneja ya una economía que no convivía con una inercia inflacionaria
de esta magnitud desde el final del último episodio de hiperinflación, hace 30
años.
“En
un contexto de aceleración inflacionaria, los agregados monetarios en términos
del PBI siguen ajustando a la baja. Equivalen a 6,6% del PBI, en tanto que M2
equivale a 12,2%, acumulando bajas de 1 y 1,4 puntos porcentuales en lo que va
del año, respectivamente. Estamos frente al riesgo de una aceleración aún más
brusca de una inflación ya no derivada del señoreaje, sino de la propia
desconfianza en el poder de compra esperado de nuestra moneda”, advirtió en un
inquietante informe la consultora LCG.
En
su comunicado, en línea con la optimista lectura oficial, destacó la
“desaceleración del nivel general de precios” vista en abril respecto de la
suba del 6,7% de marzo y dijo esperar que la inflación de los próximos meses
“continúe descendiendo gradualmente”. En ese sentido apuntó que el
comportamiento reciente de los mercados de commodities sugiere “que puede
haberse alcanzado cierta estabilidad en esos precios”, que ayudaría a ese
proceso.
Cada
punto que suma la tasa de Leliq sube el costo de su deuda en $45.000 millones |