El Ministerio de Economía superó la primera prueba financiera del mes
ante el mercado local
Por Mariano Boettner - El Ministerio de Economía superó esta tarde
una prueba difícil que tenía ante el mercado de capitales local y consiguió
cubrir más de $750.000 millones de vencimientos de deuda en pesos, a lo
que se suma unos $30.000 millones netos para financiar el déficit. De esta
forma, con una canasta variada de títulos públicos que combinaron bonos y
letras a tasa fija, indexadas y una pequeña parte atada al dólar, despejó la
mayor parte de los vencimientos de un mes exigente como era mayo. De todas
formas, los analistas consideran que el Gobierno pasó el test con lo justo
y que necesitará un nivel de fondeo neto más amplio para que el programa
financiero esté en línea con los objetivos del acuerdo con el FMI.
La Secretaría de Finanzas informó que la colocación de bonos de este
jueves tuvo un monto total de $783.500 millones. Con esa cifra alcanzó para
cubrir todos los vencimientos desde principios de mes hasta el próximo lunes
por unos $753.535 millones. Los restantes $29.964 millones quedaron como
financiamiento neto para el Tesoro, lo que podría evitar la necesidad de mayor
asistencia monetaria desde el Banco Central. Habrá una segunda ronda de
licitación el viernes con un grupo de bancos y fondos de inversión que
participan del programa Creadores de Mercado.
Según se informó oficialmente, se recibieron 1.335 ofertas que
representaron un total de $814.471 millones, de los que se adjudicaron $783.499
millones. El menú de títulos públicos en moneda local que ofreció este jueves
Finanzas a los inversores fue variopinto e incluyó un bono a tasa fija a cinco
años.
En rigor, hubo 7 títulos y dos “canastas”, con vencimientos entre los
años 2022 y 2027. Entre los bonos, se reabrió uno atado a la variación del tipo
de cambio con vencimiento el 30 de abril de 2024 y se emitió un nuevo bono
ajustado por CER (inflación), con vencimiento el 9 de noviembre de 2025 más
otro Boncer, con vencimiento el 9 de noviembre de 2026.
Entre todos los títulos emitidos, el 12% corresponde a instrumentos con
vencimiento en 2022, el 22% en 2023, el 1% al bono dollar linked a
2024, el 5% al que vence en 2025, el 1% al instrumento con vencimiento en 2026
y la mayor parte, el 59%, al instrumento con vencimiento en 2027. Por esa
razón, el 64% del monto adjudicado fue a tasa fija, mientras que el 35% fue en
títulos indexados y apenas el 1% atados a la divisa norteamericana.
El Poder Ejecutivo necesitaría cerca de 1,1 billones de pesos de
financiamiento neto en el mercado local para estar en línea con los objetivos
de emisión monetaria del FMI
Una parte importante del resultado positivo en la colocación de bonos de
este jueves está relacionada con el título que vence a 2027, el Bote 2027, que
es un bono dual (que puede pagar tasa fija o bien CER 1% de tasa extra, lo que
resulte menor) que fue diseñado para que fuera comprado por los bancos,
que pueden utilizar ese tipo de activos del Tesoro como parte de los encajes
que les exige el Banco Central. Así, reemplazó al Bonte 2022, que tenía la
misma finalidad.
Pasado en limpio, del total licitado unos $466.000 millones
correspondieron a ese título dual para los bancos, que vence en 2027. En
segundo lugar le siguió el título indexado, por otros $178.343 millones, una
letra a descuento por $167.861 millones. Más atrás quedó el bono dollar linked,
del que el Tesoro solo vendió en pesos el equivalente a USD 1.278 millones.
Para Santiago López Alfaro, presidente de Patente de Valores, “dadas
las circunstancias es muy buena la licitación. Es verdad que gran parte es
el bono que usaron los bancos para los encajes, cerca del 60%, pero las últimas
licitaciones habían sido flojas”, afirmó ante Infobae.
“En primer trimestre del año había sido muy bueno el contexto
internacional para la Argentina y las licitaciones anduvieron muy bien. Dada
la magnitud es una buena licitación, hay una masa de pesos que necsesita
un roll over y necesita este tipo de instrumentos para que los
fondos sigan operando”, comentó.
“No fue tan positiva como se cree. Ese roll over vino
explicado por el financiamiento de los bancos”, dijo Juan Ignacio
Paolicchi, de Empiria. “Aunque el mercado pidió tasas y el Gobierno lo
convalidó, excluyendo los bonos de los encajes, no logró renovar todo, me
parece un dato preocupante. Hacia adelante: si vos no indexás la deuda y acortás
plazos, no vas a poder rollear, y si lo hacés acumulás un problema de
sostenibilidad de la deuda que es complicado de manejar”, comentó.
Por su parte, Martín Przybylski, Portfolio Manager de Consultatio
Financial Services, consideró que “la licitación no fue ni demasiado buena
ni mala”. “Se logró cubrir la totalidad de los vencimientos, sin embargo no hay
que olvidarse de que el Gobierno necesita rollear (cubrir) un
30% extra de lo que vence todos los meses. Hoy fue 103%, queda una
licitación más antes de fin de mes para intentar alcanzar ese número”, aseguró
ante este medio.
“La demanda estuvo concentrada en bonos en CER y cortos. Los precios de
corte estuvieron por debajo del mercado secundario y el Gobierno entregó algo
de ‘premio’, y aún así solo logró renovar lo que vencía y un poquito más,
por lo que deja algún sabor amargo”, consideró Przybylski.
En el primer cuatrimestre, la Secretaría de Finanzas que encabeza Rafael
Brigo consiguió financiamiento neto por $572.940 millones. Con el resultado de
este jueves, ese número superó los $600.000 millones
Ese 130% de porcentaje de refinanciación al que refirió fue
prácticamente el número de roll over de los primeros cuatro
meses del año en conjunto. De acuerdo a datos de la Secretaría de
Finanzas, en el primer cuatrimestre el financiamiento neto fue de $572.940
millones, con un ratio de 129 por ciento. Con el resultado de este jueves, ese
número superó los $600.000 millones.
Un informe reciente de la consultora Equilibra planteó: “Para lo que
resta de 2022, vencen unos 4,4 billones de pesos, sin contar la nueva deuda que
se emita en las próximas licitaciones a cancelar este mismo año calendario. El
Tesoro debería alcanzar un financiamiento neto de 1,1 billones para lograr
sumar 1,7 billones en todo el año (2,2% del PBI), compatible con la meta de
asistencia del BCRA al Tesoro de 1,0% del PBI”, explicaron.
El mes pasado el Ministerio de Economía cubrió el 90% de los
vencimientos de deuda en pesos. No alcanzar el 100% era algo que no le
sucedía a la Secretaría de Finanzas desde agosto pasado. De todas formas,
aseguran desde ese área, descartada esa posibilidad, la prioridad del mes
pasado fue la extensión de los plazos de los títulos de deuda. Entre los
primeros cuatro meses del año el financiamiento neto fue de $572.000
millones.
En los últimos meses, por la aceleración inflacionaria, ganó peso
en el esquema de financiamiento en moneda local que lleva adelante Finanzas, la
deuda indexada. En marzo, el mes de inflación mensual récord en los últimos 20
años, el 77% de los títulos emitidos fueron con el índice CER que sigue a la
suba de precios. En abril, según los últimos datos oficiales, esa proporción
volvió a niveles anteriores a ese pico. Los títulos atados a la inflación representaron
el 49% del total colocado ese mes, un número incluso menor al 55% de febrero.
Dentro del arco de oferta habitual, un 38% de los instrumentos licitados fueron
a tasa fija, un 10% a bonos atados a la variación del tipo de cambio y el
restante 3% a instrumentos a tasa variable.
En el stock total de deuda en pesos, aquella que está indexada sigue
representando la mayor parte del total, con mucha diferencia. En abril llegó a
ser de 83,6%, una cifra incluso superior a la de marzo, cuando había sido de
82,7 por ciento, según el último informe de deuda en pesos de la Secretaría de
Finanzas.
La importancia de los resultados que consiga el Gobierno en las
licitaciones de deuda en pesos en el mercado local marcarán la posibilidad de
cumplimiento de una de los compromisos centrales que asumió con el Fondo
Monetario Internacional: la reducción de la emisión monetaria. Por
definición, los pesos que Economía no consiga en el mercado, debería pedírselos
al Banco Central. De esa forma, resultados magros ante la plaza financiera
doméstica significarían presiones adicionales a esa meta exigible por el FMI. |