Por Pablo Sieira - El apoyo del presidente Alberto
Fernández al ministro de Economía, Martín Guzmán, en la
disputa interna
del Frente de Todos se vio justificado con la caída de
la inflación de mayo pero la presión política sobre el
funcionario se mantiene con Cristina Kirchner y Sergio
Massa como principales promotores de un recambio en el equipo
económico y un plazo que sigue corriendo y se agotaría entre
septiembre y octubre.
El clima de inestabilidad financiera de los últimos días, con
el derrumbe de los bonos en pesos ajustados por inflación (CER) de la
semana pasada y el reciente salto del dólar blue (que tocó el techo
de $224 el martes antes de voolver a bajar) y de los dólares
financieros ($240 el "contado con liqui" y $232 el MEP) volvió a
poner todas las miradas sobre Guzmán.
Si bien el ministro logró
recuperar algo de oxígeno político luego de que el índice de inflación de
mayo marcara un 5,1% contra el 6% de abril y de la
exitosa licitación de deuda en pesos con la que recoolectó de $21.587
millones, la tensión que se generó en los mercados lo dejó en la mira y
sus rivales internos le hacen ahora "marca personal".
Nadie en el Frente de Todos olvida que a principios de junio trascendió
que Alberto Fernández le había puesto un plazo al ministro de unos 90
días para bajar la inflación. "Se
supone que ese reloj todavía está corriendo", deslizó una fuente del
oficialismo consultada sobre el tema por iProfesional, al tiempo que destacó la
baja de mayo.
En ese contexto, septiembre podría ser un momento bisagra para
la situación de Guzmán dentro del Gobierno. No obstante, la eventual baja
de la inflación sería un elemento central solo para el apoyo que
Fernández le da al ministro, la presión de Cristina Kirchner no
aflojaría ni siquiera con eso. Y es que en el duro
discurso que pronunció el pasado lunes en Avellaneda, la
vicepresidenta afirmó que "el déficit no necesariamente es el causante de
los desmadres económicos y de la súper inflación". Así, apuntó contra el
corazón mismo del plan de Guzmánque es la reducción del déficit fiscal.
Guzmán: la inflación, el plazo de Alberto
Fernández y los riesgos
En la reunión de Gabinete del pasado 1 de junio Guzmán
buscó el apoyo de sus pares para resistir las presiones del kirchnerismo.
Les ratificó la promesa que horas antes le había hecho al Presidente en una
reunión en Olivos: que la inflación irá bajando paulatinamente en los
próximos meses.
El ministro consiguió ese apoyo. Un día después de la reunión, el jefe de
Gabinete, Juan Manzur, defendió su plan ante el Senado: "Los
pilares de esta estrategia gradual de desinflación tienen que ver con
una paulatina y muy, muy progresiva reducción del déficit fiscal, junto a
la reducción gradual y muy progresiva del financiamiento del
Banco Central al Tesoro, reconstrucción del mercado de deuda en moneda
doméstica", afirmó.
Por eso en la cartera económica festejaron la caída de un
punto en el índice de precios de mayo como el inicio de una tendencia
decreciente que fortalecerá a Guzmán puertas adentro y, en consecuencia, a
Fernández. Y es que tras el apoyo explícito que le dio a su ministro en el peor
momento político, el Presidente necesita que su plan funcione para que su
gobierno llegue con buena salud a las elecciones de 2023.
Pero para que Guzmán pueda respirar tranquilo el descenso de
la inflación de mayo deberá mantenerse. En el Gobierno reconocen que si no
se observan resultados claros en ese sentido durante el segundo
semestre (con septiembre u octubre a más tardar como momentos
clave) el ministro quedaría debilitado internamente.
En ese marco, los riesgos más graves que enfrenta Guzmán están en
el recorte de subsidios a los servicios que, a pesar de la
segmentación, acusarán un impacto en las tarifas y la suba del
gasoil del 12% definida el último viernes, que puede repercutir en los
precios al consumidor. Todo ello asoma como un escollo para el camino descendente
de la inflación que promete el ministro.
Cristina Kirchner y Massa, al acecho del
ministro y con Pesce en la mira
Guzmán no está solo en el blanco. Junto a él se encuentra el
presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Ambos están
"marcados" tanto por Cristina Kirchner como por Massa,
que días atrás aprovechó su viaje a Estados Unidos junto a Alberto Fernández
para pedirle
"repensar el Gobierno", un eufemismo para plantear una reorganización
que pone la lupa en el equipo económico.
Al titular de la máxima autoridad monetaria le endilgan
"incapacidad" para fortalecer las reservas en
dólares. Cristina Kirchner se lo dejó en claro públicamente a
Fernández durante el acto que compartieron en Tecnopolis, donde le advirtió que
"hay un deporte nacional por apoderarse de las reservas del Central".
La vicepresidenta reforzó ese planteo en Avellaneda el pasado lunes, al
criticar el "festival de importaciones" y reclamarle al
Presidente que piense "cómo articular más adecuadamente"
al Banco Central, Ministerio de la Producción y la AFIP.
Si bien en su entorno relativizan que haya un reclamo sobre cambio
"de nombres", Massa salió en los últimos días a remarcar la
"obligación de pelear contra la inflación" y se puso al frente
de la disputa por la economía con un agenda propia: suba del "piso"
del Impuesto a las Ganancias y "alivio fiscal"
para monotributistas.
Según supo iProfesional, el
presidente de la Cámara de Diputados y tercer socio del Frente de Todos ya
trabaja con un "equipo económico" que oficiaría como una suerte de
"banco de suplentes".
Allí están el hoy titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior
(BICE), José Ignacio de Mendiguren, y el ex titular del Banco Central, Martín
Redrado, que suena hace meses como posible reemplazo de Guzmán. El economista
también es hombre de consulta de Cristina Kirchner.
Alberto Fernández evita por el momento tomar una decisión sobre el
planteo de Massa. Espera a ver los resultados del plan de Guzmán,
principalmente en materia de precios, donde le cargó toda la responsabilidad
con el traspaso de la Secretaría de Comercio a su órbita y el ingreso de
Guillermo Hang. El plazo sigue corriendo.
Inflación y reservas: factores clave para el
futuro del equipo económico
Otro nombre "ministeriable" que se repite desde hace algunos
meses es el del ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis. En los
últimos días, el ex número dos de Axel Kicillof durante el gobierno de Cristina
Kirchner sostuvo que es la misma pelea interna del Gobierno la que complica la
situación económica y dificulta prever la inflación de este año.
En una entrevista radia, Álvarez Agis sostuvo que el Banco
Central no consigue aumentar las reservas debido a la brecha. "Si hay una
jauría de perros hambrientos, en la otra esquina está lleno de alimentos para
perros y en el medio estamos vos y yo: eso es lo que ocurre, porque con una brecha del 80%: todo el mundo está
tratando de conseguir dólares oficiales para poder venderlos al paralelo",
ejemplificó.
El economista señaló que "el incentivo para sacarle las reservas al
Banco Central es muy alto porque si lográs comprar a $120 y lo conseguís bajo
la forma de mercadería que tenés en un depósito, o subfacturando exportaciones
o sobrefacturando importaciones para acceder al paralelo, es el mejor negocio
del mundo".
Y, respecto de la inflación a la cual aparece atado el futuro político
de Guzmán, Álvarez Agis advirtió que el acuerdo con el FMI que orienta el plan económico
no tiene "absolutamente nada" que "permita reducir la inflación,
que es el principal problema de la Argentina". |