Por Claudio Zlotnik - La última previsión de Martín
Guzmán es que la
inflación de este año tendrá un tope del 62%. Casi el doble de lo que había
anunciado en el proyecto de Presupuesto que envió al Congreso en septiembre del
año pasado, y que el Congreso nunca votó. Pero esa no es la cuestión ahora. ¿Es
posible, en todo caso, que pueda cumplirse esa flamante proyección oficial?
La conclusión es que resulta muy difícil. Por no decir imposible. Una aproximación:
para que la inflación de este año sea del 70% (8 puntos por encima de lo que
dice Guzmán), el IPC de acá a fin de año debería ubicarse en el 4%
mensual.
Está claro que resulta muy complicado que, aun en un caso de descenso de
la dinámica inflacionaria, el índice pueda llegar a ese nivel
mensual.
De hecho, para este mismo mes, las principales consultoras que miden la
evolución de la inflación semana tras semana prevén que el IPC rondará,
otra vez, el 5% en junio. Básicamente porque, además de las subas en los
alimentos, habrá que contabilizar los nuevos ajustes en las tarifas de los
servicios públicos.
La apuesta oficial
El Gobierno está jugado a que baje el índice inflacionario. Apunta
a que la inflación de junio empiece con "4", y deje atrás la zaga de
índices que en marzo y abril tuvieron un número "6" por delante -6,4%
y 6,0% respectivamente- y un "5" en mayo (5,1%).
Martín Guzmán y Miguel Pesce están convencidos de que necesitan dar
una señal de que la dinámica inflacionaria no se estabilizó por encima del 5%.
Sino, más bien, que muestra una tendencia clara a la baja.
"Es muy importante para nosotros demostrar que la inflación va para
abajo. Después hablamos de la velocidad que logremos, en medio de una guerra y
un alza de la inflación mundial", argumenta un funcionario clave del
gabinete económico a iProfesional.
Dos razones
El ministro Guzmán y el titular del BCRA, Miguel Pesce, creen
que es posible una desaceleración inflacionaria. Y que hay dos razones para que
este mes vuelva a mostrar una baja:
Desaceleración de la inflación de los alimentos. El Gobierno tiene la
información que en las primeras dos semanas del mes, los incrementos en los
precios de los productos de la canasta básica se han enfriado. Que son
inferiores a los de semanas previas, a partir de que estalló la guerra en
Ucrania.
De ser así, esta realidad sería clave para mostrar un incremento más
bajo en el costo de la canasta básica alimentaria, clave en la
medición de la pobreza y en la indigencia. En las próximas horas, el Indec
informará que el costo de la canasta básica total sobrepasará los $100.000. Un
monto al que gran parte de las familias argentinas no alcanzan a ganar cada
mes.
La segunda cuestión se vincula con las sucesivas alzas de las tasas
de interés que aplicó el Banco Central.
En el gabinete económico suponen que esas alzas en el costo
del dinero "no serán inocuas en el corto plazo". Básicamente porque
creen que "la gente a la que le queman los pesos en las manos y los gastan
por la elevada inflación, van a poner ese ahorro en los bancos", dice
convencido un funcionario clave del equipo económico. |