Por Sofía Diamante - El aumento de subsidios a la energía y de las
importaciones en ese sector pone en riesgo el cumplimiento de dos de las tres
metas anuales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), además de
afectar las reservas del Banco Central.
Los subsidios crecieron 60% en mayo, respecto del mismo mes de 2021, y
130% en lo que va de este año, con transferencias por $572.982 millones. Y se
importaron US$1601 millones en combustibles y lubricantes, un 227% más que en
2021.
Los números que se conocieron esta semana sobre las importaciones de
energía y los subsidios que se le destinan al sector alarmaron a más de un
analista económico, pese a que se esperaba un impacto significativo en las
cuentas fiscales (que reflejan los gastos e ingresos del Estado) y en la
balanza comercial (exportaciones e importaciones). De continuar con esta
dinámica, el sector energético podría hacer incumplibles dos de las tres metas
anuales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que afecta la
reducción del déficit fiscal e impide la acumulación de reservas del Banco
Central.
En relación con los subsidios a la energía, en mayo aumentaron “solo”
60%, en línea con la inflación: de $83.307 millones, que representaron en el
mismo mes del año pasado, a los actuales $133.325 millones.
Sin embargo, en lo que va del año acumulan un incremento de un 130%, con
$572.982 millones desembolsados en transferencias. En el mismo período de 2021,
las erogaciones para la energía habían representado casi la mitad: $248.755 millones.
De esta manera, los subsidios energéticos ya explican un 14% del total
del gasto del Estado, solo detrás del 29% que significan las jubilaciones, por
arriba del 11% que implica el pago de salarios públicos y el doble del 7% que
se destina a asignaciones familiares, según cálculos de la consultora LCG. El
gasto en capital (las obras públicas), por citar un caso, en lo que va del año
representa un 6% del total.
La segmentación de tarifas que anunció el Gobierno busca, por lo menos,
desacelerar el crecimiento de los subsidios a la energía, aunque todavía no se
puso en práctica. Sin embargo, su éxito para reducir el gasto está en duda, ya
que para el 90% de los usuarios (a los que no se les quitará el subsidio) se
fijó un incremento de tarifas inferior a la variación salarial del año
anterior; es decir, siempre aumentarán por debajo de la inflación.
“Frente a la escalada de costos de la energía, la subindexación de las
tarifas va a llevar a un aumento significativo de los subsidios. Frente a ello,
el Gobierno tiene tres caminos: aumentar la indexación, cosa que es difícil o
imposible por razones regulatorias y de anuncios de aumentos tarifarios;
ampliar el grupo de hogares que van a ser segmentados para excluirlos de los
subsidios, que es lo que aparentemente están haciendo ahora; y empezar a mover
a los subsidios a suma fija con subindexación de ese monto”, analizó el
economista Fernando Navajas, de la fundación FIEL.
Importación de energía
Por el lado de las importaciones, la necesidad de comprar gas y gasoil
del exterior está exigiendo más de la cuenta las reservas del Banco Central
(BCRA). Solo el mes pasado se importaron US$1601 millones en combustibles y
lubricantes, lo que implicó un aumento de 227%, US$1111 millones más que un año
atrás.
Esta suba se explicó principalmente por el aumento de los precios
internacionales en un 115,5%, ya que las cantidades importadas tuvieron un alza
menor de 51,3%, lo que “contribuyó directamente a impulsar las importaciones
totales a valores récords”, dice el informe del Indec.
En lo que va del año, por su parte, las importaciones de energía
acumularon un total de US$4641 millones, lo que implica un incremento de 205%,
ya que el año pasado habían representado en el mismo período US$1520 millones,
según consignó el Indec, que incluye en la cuenta a lubricantes y otros
productos. De acuerdo con datos de LCG, en solo cinco meses ya se importó el
79% del total del año pasado y un 104% de todo 2019.
“Las importaciones de combustibles representaron en mayo un 20% del
total importado en el mes. Una dinámica similar no se observaba desde el año
2014, cuando también hubo precios internacionales elevados del petróleo”,
dijeron a la nacion en la consultora que dirige Guido Lorenzo.
La empresa estatal Enarsa, encargada de las compras de gas natural
licuado (GNL), confirmó que se habían contratado 41 buques, de los cuales 27
están destinados a la terminal de Escobar (que tiene una capacidad de
regasificación mayor) y 14 a la terminal de Bahía Blanca. Las primeras
licitaciones se cerraron con precios de US$42 el millón de BTU (medida inglesa
que se utiliza en el sector) y en la última consiguieron valores más cercanos a
US$24 en promedio. Al momento, el costo es de US$2925 millones, aunque el pago
de los buques se realiza a medida que llegan a la Argentina.
La necesidad de comprar gas y gasoil del exterior está exigiendo más de
la cuenta a las reservas
Los subsidios energéticos ya explican un 14% del gasto del Estado
Alrededor del 30% de los combustibles son importados
Gasoil
Otra dinámica tiene el gasoil, que es adquirido por Cammesa, la compañía
que compra energía mayorista controlada por el Estado, para abastecer a las
centrales térmicas. Además, las refinadoras (YPF, Raízen y Trafigura) también
tuvieron que aumentar sus compras de gasoil para abastecer la demanda interna
de combustibles. Según datos del mercado, alrededor del 30% de lo que se
consume en el país es importado.
En concreto, en los primeros cinco meses del año el país destinó US$760
millones al GNL, US$1950 millones al gasoil y US$530 millones al gas que se
importa de Bolivia. Es decir, en total fueron US$3240 millones, según datos del
economista Julián Rojo, del Instituto Argentino de Energía Gral. Mosconi.ß
|