Por Francisco Jueguen - Tras las críticas de Cristina Kirchner la semana
pasada, y con el a val del equipo económico, el Banco Central (BCRA) tomará hoy
varias medidas que tendrán como objetivo principal que las empresas financien
sus importaciones con dólares propios –sea a través de créditos en el exterior
o aportes de sus casas matrices– y sumará normas para restringir las
importaciones “especulativas”. Su objetivo es detener la constante caída de
reservas.
La entidad que dirige Miguel Pesce pretende que las importaciones sean
financiadas por divisas conseguidas en el exterior hasta que pase el momento
más agudo de las importaciones de energía. Esto sería hasta la próxima
primavera. Algo había anticipado Pesce el viernes en un almuerzo en el
Ministerio de Economía con las empresas más grandes de consumo masivo y
alimentos.
Entonces en el Banco Central decían: “Desde la pandemia, cayó US$4000
millones el crédito comercial. El BCRA viene trabajando para recuperar ese
crédito. Desde marzo se logró que se financien unos US$1800 millones de
importaciones. Se trabaja para que ese financiamiento crezca”.
“Todo lleva a evitar importaciones especulativas. Son varias
modificaciones que vienen”, adelantaron a la nacion sobre nuevas medidas.
También se mencionó la posibilidad de sumar más productos al esquema de
financiación a 180 días. Se trata de las llamadas SIMI “B” (permisos de
importación). Para los importadores, es una posibilidad que los deja
directamente fuera del mercado de comercio exterior. Es un cierre de
importaciones.
Ayer este medio anticipó que la entidad que dirige Pesce, que viene
manteniendo encuentros con Martín Guzmán y Daniel Scioli, establecerá un nuevo
esquema para las compras al exterior que priorizará insumos industriales,
compras de energía y fertilizantes. Algo ya había adelantado Scioli en un
encuentro con la Unión Industrial Argentina (UIA) la semana pasada en un raid
empresario tras el pedido de Cristina Kirchner. La justificación la escucharon
las empresas de alimentos y consumo masivo la semana pasada en un encuentro con
Pesce y Guzmán en el Palacio de Hacienda.
“No hubo una mención específica a que no habrá más dólares para
importar, pero lo que sí existió fue un pedido de Pesce para que las empresas
que lograron desendeudarse utilicen los dólares propios para pagar
importaciones”, contó un empresario que participó del almuerzo con Guzmán y
Pesce.
Pese a que ayer en el Ministerio de Economía y en el de Desarrollo
Productivo no daban precisiones de un posible anuncio hoy, en el BCRA no lo
desmentían, abonando la posibilidad de ajustar nuevamente el cepo. “No puede
ser que se financie la compra de perfumes, whisky y cigarrillos en el free shop
de Ezeiza a dólar oficial. Hay escasez de dólares y estos se van a priorizar”,
recalcaban cerca de Sergio Massa en la semana.
“Mañana salen con novedades para el pago de importaciones. Saldrán con
los botines de punta”, contaban en una empresa multinacional argentina. Allí
hablaban de medidas contra la sobrefacturación de compras externas y ponían el
ojo en Tierra del Fuego. Hace semanas que el Gobierno habla de “importaciones
especulativas”. Se refiere a las compras en el exterior anticipadas para
acumular stocks pagando un dólar oficial más bajo del que se espera para los
próximos meses.
“Creemos que puede ser una profundización de la Circular 7466 (la que
estableció una categorización de SIMI y ahondó el cepo)”, dijeron en otra
compañía. “Esperemos que no discriminen a ningún sector y que se focalicen en
el sector productivo para que pueda seguir girando la rueda”, agregaron.
El viernes pasado el BCRA tuvo que vender US$95 millones; en la semana
perdió US$250 millones y en el mes acumula pérdidas por US$600 millones de sus
reservas. Todo en tiempos de liquidación de la cosecha gruesa, de ahí la
preocupación por qué sucederá cuando el ingreso de divisas entre en fase de
letargo.
La semana pasada, la vicepresidenta Cristina Kirchner había advertido
sobre un “festival de importaciones” y había instado al presidente Alberto
Fernández a “usar la lapicera” para frenarlo. No obstante, los propios datos
del Ministerio de Desarrollo Productivo desmienten a la expresidenta. Las
importaciones con relación al PBI están en un 24,2%, prácticamente el mismo
nivel que tenían entre 2014 y 2015, según la cartera que dirige Scioli, y en
cantidades, los niveles de importación en lo que va del año resultan 5,4%
inferiores al promedio de 2017 y similares a los de 2011, según datos que
maneja Abeceb, la consultora de Dante Sica, ministro de Producción de la
gestión de Mauricio Macri.
Sin embargo, las importaciones de energía saltaron en mayo pasado, según
el Indec, un 226,7%, afectadas principalmente por las alzas de precios
internacionales tras la invasión de Rusia a Ucrania. Esto determinó que en ese
mes las compras al exterior marcaran el récord histórico de US$7870 millones.
Pese a la liquidación récord del campo y al precio altísimo de las
materias primas que exporta la Argentina (se prevé este año llegar a un pico
máximo a fin de año), el BCRA no puede acumular reservas en tiempos que,
estacionalmente, deberían ser proclives a eso. De hecho, el Ministerio de
Economía debió acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un cambio de
las metas del segundo trimestre, entre ellas, la de acumulación de dólares en
las cuentas del Central. Además modificó el sendero fiscal. En el Gobierno,
según el decreto por el que se modificó el presupuesto, se prevé mantener los
objetivos anuales del programa.
La inestabilidad financiera de los últimos días, el salto del dólar (y
la brecha) y la situación de las reservas llevarán al Gobierno a ajustar el
cepo, lo que puede provocar, en el mediano plazo, un freno de la recuperación
económica. Para este año, se prevé un crecimiento del PBI de 4% (gran parte por
arrastre). ● |