Por Carlos Keller - Al presidente del Banco
Central, Miguel Pesce, se le armó la cadena de vencimientos. Se trata de
aquellas operaciones de importación que la entidad monetaria "invitó"
a las empresas a pactar a pagar a 180 días con sus proveedores. Las primeras de
2022 se hicieron en abril y el plazo ya pasó. En octubre, este grupo de
importadores ya tiene acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para
poder conseguir las divisas y mandárselas al proveedor del exterior o pagar el
financiamiento que haya podido obtener en los bancos o, en todo caso, recuperar
dólares que haya comprado mediante el mercado bursátil (MEP).
Según pudo
averiguar iProfesional, las empresas que tuvieron vencimientos en la
primera quincena del mes de "SIMI de 180 días" pudieron comprar
dólares sin ningún problema. La señal del Banco Central va en el sentido inverso al de
algunos rumores que indicaban que el Gobierno tenía intenciones de pedir a las
empresas que volvieran a solicitar financiamiento comercial de sus proveedores.
Algo que luce como "una locura", planteó un importador. Lo que está y
vence, se tiene que pagar.
En ese contexto, las cámaras que nuclean a los bancos se reunieron
con Tombolini para plantearle los problemas que les genera el nuevo
Ahora 30 que pretende lanzar el gobierno la semana entrante. Pero allí se
volvió a colar el problema de los "dólares propios".
Tombolini y los bancos conversaron sobre la expansión del mercado de
prefinanciación de importaciones, una operatoria que no está muy extendida en
la Argentina. Con ello se podría evitar que las empresas se vean compelidas a
ir al los dólares financieros para conseguir divisas y girarlas sin problema.
Ese financiamiento todavía estaría en duda mientras persistan los problemas de
incertidumbre de plazos que persisten con el SIRA. Bajo esa modalidad,
los importadores podrían conseguir prestados los dólares de su
entidad financiera y luego, cuando queden habilitados, entrarían al MULC y
luego cancelarían el crédito.
Lo que viene: tensión para el Banco Central
El problema, ahora, es para adelante. Hasta agosto el Banco Central
logró frenar el pago de las importaciones, que no es lo mismo que autorizar,
algo que hace la Aduana. En el primer de los casos se mide el flujo "de
caja" de los dólares y en el segundo el devengado. Si se toman los datos
de los primeros ocho meses del año, el retraso de pagos es de casi
u$s9.400 millones, tan solo hay que comparar el total de importaciones
autorizadas por Aduana (u$s57.527 millones) contra los dólares que el BCRA
vendió a los importadores (u$s48.118 millones).
La cadena está armada y hay que empezar a pagar. En el BCRA, los
directores suelen referirse a ese pisoteo de vencimientos como un "crédito
comercial que le pedimos a las empresas". En rigor, no fue ningún pedido,
sino una exigencia por medio de regulaciones. Con el anterior Sistema Integral
de Monitoreo de Importaciones (SIMI) todos los productos que se pretendía traer
al país que tienen Licencias No Automáticas (LNA) se tenían que pagar a seis
meses, según lo había establecido el BCRA. Se trataba de 4.600 posiciones
arancelarias, casi la mitad del comercio exterior.
Según
estimaciones realizadas por la consultora MegaQm hace un par de
meses, entre noviembre y diciembre se tendrían que ir u$s1.200
millones en vencimientos de "SIMI de 180" pactadas en mayo y
junio. A eso se deberían sumar los u$s6.400 millones promedio que vende el BCRA
mes a mes para pagar importaciones de todo tipo. En rigor, la cuenta no
cierra si se quiere llegar a juntar la cantidad de divisas internacionales
para presentar al FMI en diciembre de este año.
Llega el SIRA para cuidar los dólares
En ese contexto se explica el nuevo Sistema de
Importaciones de la República Argentina (SIRA) que el
Gobierno lanzó para reemplazar a las SIMI. El nuevo esquema profundiza el
"pateo" de vencimientos y es la desazón que generó entre muchos de
los empresarios que se enteraron de las nuevas regulaciones, sobre todo del
Banco Central, durante el 58 Coloquio de IDEA en Mar del Plata.
El SIRA, combinado con la nueva regulación de la entidad monetaria, más
que darle certeza a las empresas sobre cuándo acceder a dólares (como
prometió el ministro Sergio Massa), genera más incertidumbre.
En su última reunión de Junta Directiva, la Unión Industrial Argentina
(UIA) salió con un comunicado
muy crítico: "Los integrantes de la junta manifestaron la
concreta preocupación ante las complicaciones en el acceso a insumos
importados para la producción destinada al mercado interno y a la exportación.
Los representantes de la UIA coincidieron en la necesidad de generar mecanismos
previsibles que eviten discrecionalidades y permitan la planificación de la
producción, quedando claro que es expresa la necesidad de certidumbre que no
queda despejada en este punto con la mecánica dispuesta, lo que será
transmitido a las áreas de Estado que correspondan".
Dicho de otro modo, las
empresas le dijeron no al SIRA. ¿Qué es lo que ocurre? El SIMI establecía
controles sobre productos con los que, mal o bien, los importadores podían
calcular cuánto podían demorar en acceder al MULC de acuerdo a la posición
arancelaria que tenían que tramitar. Ahora, esa estimación no es posible. La
regulación del BCRA determina que el plazo de pago empezará a correr desde el
momento en que mercadería llega al puerto en Argentina. ¿Cuál ese plazo?, el
que disponga la Secretaría de Comercio, que es algo que se desconoce porque
estará determinado por un conjunto de variables.
Tiempos largos para las importaciones
Los importadores estiman que toda la operación de importación puede
demorar ahora cuatro meses por lo menos: unos 30 días que tarda el proveedor en
elaborar el pedido, 60 días más que tarda el barco en llegar (desde Asia) y
otros 30 días que pudiera indicar Matías Tombolini desde Comercio.
Ese último eslabón de la cadena es una gran incógnita, porque la
habilitación de dólares más temprano o más tarde se hará en base
a "la cara" de la empresa. Es decir que el control ya no es más
por producto, sino por importador. Aquellos que alguna vez hicieron algún
reclamo judicial quedarán al final de la cola. Ese nivel de
"discrecionalidad" es lo que menciona la UIA en su comunicado.
El SIMI además, permitía ingresar al MULC para hacer pagos anticipados,
algo que es casi indispensable para importar. El mundo no es como un
supermercado donde uno puede ir a servirse de un producto en góndola y pagarlo.
En el comercio exterior se paga por anticipado, porque el proveedor antes tiene que fabricar lo que se le
piden. En ese contexto, el SIRA permite hacer pagos anticipados solo con
dólares propios. Si una empresa tiene que importar una pieza de u$s30.000,
por ejemplo, y los tiene en su cuenta, podrá disponer de ellos sin ningún
obstáculo.
Agentes del comercio exterior consultados indicaron que la nueva
política del Gobierno es, en definitiva, seguir pateando pagos de
importaciones por, al menos, cuatro meses o en todo caso, dejar la
posibilidad de usar divisa propia, lo que podría llevar a las empresas a
presionar sobre los dólares financieros, que son legales y no afectan a las
reservas. Esto, aunque el costo sea el de una devaluación encubierta, en el que
la mayor parte de los precios internos comienza a ajustar en función de las
cotizaciones paralelas. |