Por Claudio Zlotnik - "Para nosotros es una buena noticia. Les
va a caer muy mal a los que especulan contra el Banco Central. A los que están
todo el tiempo especulando si el Gobierno tiene los dólares o no los
tiene". Desde Indonesia, donde se lleva a cabo la cumbre del G-20,
a Sergio Massa se lo notaba con evidentes signos de cansancio por el
cambio horario, pero no demoró el anuncio del acuerdo al que se había llegado
con el presidente de China, Xi Xinping, para
agrandar el swap de monedas con ese país.
Serán u$s5.000 millones adicionales de libre disponibilidad, que
deberían utilizarse para afrontar el déficit comercial con China.
Este año, el
rojo comercial con ese país trepará a los u$s8.000 millones. La
utilización del equivalente a u$s5.000 millones
(en yuanes), que el Gobierno podría utilizar para pagar importaciones desde
China aliviarán la carga sobre las reservas
del BCRA en los próximos meses. Esa es la clave del acuerdo rubricado entre
Alberto Fernández y Xi Xinping.
La apuesta del ministro de Economía es que aquellos u$s5.000 millones
sean un verdadero puente hasta la próxima cosecha de soja, cuya
liquidación debería comenzar en abril.
El dólar y la pulseada de Massa con el
mercado
El anuncio oficial no evitó un recalentamiento del mercado cambiario,
que ya se había insinuado en las jornadas previas.
Las cotizaciones de todos los
dólares financieros volvieron a estacionarse por encima de los $300. El CCL
cerró el martes en $318 mientras que el MEP trepó a $304. El blue llegó a $302,
máximo nivel desde finales de julio.
De todas
formas, son cotizaciones que siguen por detrás de la inflación acumulada
en este 2022: suben entre 52% y 57%
contra un IPC del 76,6% entre enero y octubre.
En el mercado son mayoría los que piensan que la brecha cambiaria no
tiene margen para achicarse. Y que con ese diagnóstico, hay grandes jugadores
que empezaron a dolarizar sus inversiones.
La clave de esta dinámica hay que encontrarla en lo que está sucediendo
con las reservas del Banco Central.
La sangría de dólares del BCRA
Desde que terminó la liquidación por el "dólar soja" -el 5 de
octubre último-, el Banco Central ya vendió un neto de u$s1.403 millones.
Es decir, se le fueron el 27,5% de los dólares que pudo comprar durante
la liquidación récord que hicieron las cerealeras. Durante septiembre, el BCRA
compró un neto de u$s5.100 millones.
Esta es la dinámica que observan con lupa desde fondos de inversión
internacionales y los inversores locales: que
si el Gobierno no logra frenar este rojo, no hay chance de evitar un colapso.
Por ahora, el sistema de control sobre las importaciones no logra impedir
la salida de divisas. "Se está trabajando para que el SIRA (Sistema
de Importaciones de la República Argentina) funcione lo mejor posible, sabiendo
que todos quieren dólares y que hay empresas que se stockearon para ocho a 10
años, y no las condeno", dijo ayer Gabriel Rubinstein, viceministro de
Economía.
Luego graficó: "Es como eran los hospitales en la época del Covid.
Había un stress por la cantidad de pacientes que ingresaban y había que ir
dividiéndolos entre los que iban a terapia, los que quedaban internados y los
que volvían a la casa".
La dolarización tan temida
El "mercado" sabe a la perfección que esta dinámica es
insostenible; y que el Gobierno debe dar vuelta la situación en el
cortísimo plazo. Que no alcanza ningún acuerdo con China para mejorar las
expectativas.
Desde la otra mirada, tampoco hay chances visibles de que el Gobierno
logre el ingreso de divisas desde alguna fuente. La entrada de dólares por
parte de organismos de crédito internacionales suele servir para
repagar vencimientos de esos mismos organismos, más allá de que en algún
momento puede quedar un pequeño saldo a favor. No son dólares que sirvan
para enfrentar al mercado.
Respecto de la visión entre operadores, la otra cuestión refiere a lo
sucedido la semana pasada, cuando el Gobierno sólo pudo refinanciar
vencimientos de deuda gracias a la presentación de los organismos
del Estado, sin que pudiera convocar a los inversores particulares.
La especulación
que ayer hacían en el mercado era que esos inversores
estarían dolarizando sus posiciones, lo que presionaba
sobre las cotizaciones de los dólares financieros.
Daniel Marx, asesor del Gobierno en temas de la deuda, dio cuenta ayer
de las expectativas negativas de parte de los inversores. Durante una
exposición ante el IAEF (Ejecutivos de Finanzas), el ex secretario de Finanzas
dijo que "bajo las actuales condiciones, yo creo que son más los
(inversores) que quieren salir que los que quieren entrar y eso significaría
una depreciación superior del peso. Entonces entre las condiciones hay que ver
qué incentivos, qué razones le damos a que la gente para que quiera entrar más
que salir. Me refiero no solo a lo comercial, sino a los portafolios".
Y, encima, la inflación
El dato de inflación de octubre, del 6,3% difundido ayer por el INDEC,
no sorprendió. Pero eso no quita que el problema sea indomable.
El mercado hace sus apuestas:
cuánto podría subir el dólar en los próximos meses, con una inflación de 3
dígitos
Massa tomó como una verdadera "política de Estado" evitar
una devaluación. El ministro está convencido de que Ese es su límite; que una
devaluación en estas condiciones -con escasas reservas en el Banco Central- y
un Gobierno que hace rato cayó en el descrédito significaría un desbande total
de las expectativas. Y un final inimaginable. |