Por Gustavo Ybarra - Con
el recinto semivacío, ya que la oposición se retiró en señal de rechazo, el
oficialismo en el Senado refrendó ayer la decisión de Cristina Kirchner de
insistir en la designación del ultrakirchnerista Martín Doñate como
representante de la Cámara alta en el Consejo de la Magistratura, pese a que la
Corte Suprema de Justicia había dicho que ese lugar le correspondía a la
oposición.
El Frente de Todos logró habilitar la sesión
gracias al aporte de Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Magdalena
Solari Quintana (Frente Renovador de Misiones) y Clara Vega (Hay Futuro-La
Rioja), todos representantes de fuerzas provinciales aliadas del oficialismo.
Así, logró imponer su criterio por unanimidad de los 37 legisladores.
La maniobra fue rechazada por la oposición, que se
ausentó en pleno del debate.
A los 33 senadores de la UCR y Pro se sumó la
peronista disidente Alejandra Vigo (Córdoba), referenciada con el gobernador de
su provincia y esposo, Juan Schiaretti.
En una conferencia de prensa simultánea al debate
en el recinto, los senadores de Juntos por el Cambio acusaron a Cristina
Kirchner de “tensar la institucionalidad hasta romperla con el fin de servir a
sus intereses personales”, y anticiparon que recurrirán a la Justicia para
invalidar la maniobra de la vicepresidenta.
De esta manera, se vuelve a repetir al escenario
registrado en abril último, cuando Cristina Kirchner ordenó dividir en dos el
bloque del Frente de Todos para así poder nombrar a tres de los cuatro
representantes que el Senado debe designar ante el Consejo de la Magistratura.
Esa maniobra fue invalidada la semana pasada por la Corte Suprema de Justicia.
Debido a que Cristina Kirchner se encuentra a cargo
del Poder Ejecutivo por la ausencia de Alberto Fernández en el país, el decreto
que aprobó la Cámara alta esta tarde fue firmado el martes por la presidenta
provisional del Senado, la oficialista Claudia Ledesma (Santiago del Estero).
El documento designa a los senadores oficialistas
María Pilatti (Chaco) y Mariano Recalde (Capital), como representantes del
bloque Nacional y Popular, y a Doñate por la bancada de Unidad Ciudadana. El
cuarto representante es el radical Eduardo Vischi (Corrientes), que, de acuerdo
con la lectura de Cristina Kirchner y refrendada por el Frente de Todos y sus
aliados, ocupa el lugar correspondiente a la segunda minoría.
De esta manera, quedó excluido el cordobés Juez,
que fue propuesto por el bloque Pro para ocupar el sitial correspondiente a la
tercera minoría. La maniobra, declarada inválida por la Corte el martes de la
semana pasada, fue ideada por Cristina Kirchner como respuesta al fallo del
tribunal que, en diciembre, había declarado inconstitucional la ley que
regulaba el funcionamiento del Consejo de la Magistratura y que había sido
sancionada en 2006 a partir de un proyecto de ley redactado por la ahora
vicepresidenta cuando era primera dama y senadora.
Aquel fallo de la Corte, también cuestionado por el
kirchnerismo, retrotrajo la situación a la ley de 1997, cuando el órgano
encargado de seleccionar a los jueces estaba compuesto por 20 integrantes,
siete más que los dispuestos por la norma posterior. Por esta razón, la
representación de cada cámara del Congreso pasó de tres a cuatro legisladores,
dos por la mayoría o primera minoría y uno por cada una de las minorías
siguientes.
Para quedarse con ese escaño extra, la
vicepresidenta ordenó dividir el bloque del Frente de Todos, hasta ese momento
integrado por 35 senadores, en dos bancadas bautizadas Nacional y Popular y
Unidad Ciudadana, compuestos por 21 y 14 miembros, respectivamente. De esta
manera, el oficialismo pudo designar a tres de los cuatro representantes al
Consejo de la Magistratura, ya que, por el nuevo diseño, los flamantes bloques
pasaron a constituirse en la primera y tercera minorías, postergando al bloque
Pro, que, con 9 senadores, pasó a ser la cuarta fuerza de la Cámara alta.
Sin voces disidentes en el recinto, las críticas
del oficialismo a la Corte estuvieron a la orden del día. Así, la bonaerense
Juliana Di Tullio centró sus dardos en la figura del juez Horacio Rosatti, al
que acusó de haberse puesto “de los dos lados del mostrador”, ya que firmó el
fallo que invalidó la designación de Doñate como presidente de la Corte, pero
también es titular del Consejo de la Magistratura.
“El fallo no tiene la tres firmas válidas, porque
Rosatti debió excusarse de firmar porque forma parte del Consejo de la
Magistratura”, se quejó Di Tullio. “Sentí el día que leí el fallo que la Corte
se nos metía por la ventana del Senado y se nos llevaba todas las atribuciones,
todas las obligaciones y todas las prerrogativas que tiene el Congreso como
poder político por excelencia”, agregó.
La legisladora cargó también contra la oposición.
“Me da vergüenza que no estén acá los senadores de la oposición para defender
al Poder Legislativo de la Nación; están en la chiquita en vez de estar dando
esta discusión”, sentenció Di Tullio.
La jugada kirchnerista fue avalada por el
provincial Weretilneck, quien también reivindicó la facultad de los miembros
del Senado de organizarse de acuerdo con sus intereses políticos o
coyunturales. “Las mayorías y las minorías, por más que le pese a la Corte, no
es una cuestión estanca, es una cuestión dinámica; se conforman a partir de
intereses, o de acuerdos o de temas puntuales”, explicó el rionegrino, quien
calificó de “gravísimo” que el tribunal “haya irrumpido” en las facultades de
la Cámara alta.ß
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