Por Florencia Barragan - El
ministro de Economía, Sergio Massa, buscará cerrar 2022 con una inflación por
debajo del 100%, pero su verdadera apuesta está en 2023: aspira a que comience con el número 3 a partir de abril. Para
llegar a ese objetivo, el plan es acudir a acuerdos voluntarios de precios,
reforzar las reservas (como hizo con el swap con China), mantener la tasa de
interés positiva y bajar el gasto público y la emisión monetaria.
Así lo aseguró en una entrevista en radio Futurock, donde reveló que
estuvo sobre la mesa aplicar un plan de estabilización de corte clásico, pero
que lo descartaron por el impacto que generaría el shock. Sin embargo, el mercado
no ve el mismo escenario que Massa: si bien destacan el “vaso medio lleno” de
una baja de la inflación núcleo y mayorista, aseguran que el retraso de
precios regulados hará difícil bajar la inflación al nivel proyectado por el
Gobierno.
Cómo llegar al 3%
Massa contó cuál es la meta que se planteó el equipo económico: “El
objetivo es recorrer un sendero que nos permita bajar cada 60-75 días un punto
la inflación. Arrancamos en 7,5% en julio, en el segundo bimestre la
estacionamos en 6 y el objetivo es llegar a abril con el
número 3 adelante. Por eso en el presupuesto pusimos la meta del
60%, aspiramos a recorrer un camino de reducción”.
De hecho, reveló que el tema estuvo en la reunión con el FMI la semana
pasada en el G20: “Uno de los comentarios por parte de la titular del Fondo fue
el hecho de que le generaba satisfacción ver que desde agosto a hoy ya habíamos
bajado la inflación mensual en un 30%”.
En cuanto al cómo hacerlo, en la entrevista radial detalló: “Estoy
seguro que vamos a seguir bajándola, porque cuando ordenás las cuentas, te
ponés a acumular reservas, ordenás la tasa de interés y la alineás con las
metas de política económica, y recorrés un sendero de acuerdo para lograr
mejores ofertas de los sectores productivos hacia al consumidor, el objetivo
lo lográs”.
En el punto “ordenar las cuentas”, el gasto primario cayó 16,2%
interanual en términos reales en el promedio julio-octubre, período en que
estuvo Silvina Batakis unas semanas y luego asumió Massa, mientras que en el
primer semestre enero-junio el gasto trepaba en forma interanual 12,5%
promedio, durante la gestión del exministro Martín Guzmán, según la Oficina de Presupuesto
del Congreso.
En relación a las reservas, para la consultora Invecq es uno de los
“riesgos latentes”, dado que asegura que el Banco Central cuenta con tan solo
u$s3500 millones, y lleva vendido en lo que va de noviembre u$s969 millones.
Massa aseguró que será la modificación del uso del swap con China lo que
permitirá resolver esta problemática: implicará que de los actuales u$s18.000
millones de swap con China, habrá u$s5000 millones que
pasarán a ser de “libre disponibilidad”. Así, anticipó que 2022 cerrará
con u$s6500 millones de “reservas propias”, y otros u$s5000 millones de libre
disponibilidad a partir del swap.
En cuanto a los acuerdos de precios, según pudo averiguar Ámbito de
fuentes oficiales, esta semana terminará de concretarse la
formalización y la puesta en marcha de Precios Justos, con la señalética
en los supermercados, y las firmas con las 117 empresas. En la Secretaría de
Comercio aseguran que ya se encuentran en las góndolas los casi 1900 productos
que quedarán congelados por meses, “con los precios que fueron acordados”. Para
llegar a los comercios de cercanía, aspiran a que se abastezcan en los mayoristas,
que también tendrán los precios regulados por 120 días.
Las dudas del mercado
El mercado duda de que se pueda cumplir la proyección del Gobierno. En
parte, por cómo se mueve el tipo de cambio: la depreciación de la última semana
estuvo a un ritmo del 6,6% según Ecolatina, por lo que continuar con esta
tendencia, acumulará 13 meses de aceleración del ritmo devaluatorio, y por
tercer mes consecutivo alineado con el ritmo de inflación mensual.
Además, para Delphos Investment, se terminará lo que llaman “el ancla
tarifaria”, con el descongelamiento de los servicios públicos y el transporte.
La inflación viaja a una “velocidad crucero” del 6-7%, un “ritmo nominal
convalidado por paritarias cerradas recientemente, la tasa de interés, el tipo
de cambio nominal, y la suba de los regulados, que se encuentran indexados a la
inflación pasada”.
En la misma línea, Econviews anticipó que tras los ajustes tarifarios
“comenzarán a aparecer los efectos de segunda ronda, y resultará difícil romper
el piso del 6%”. La consultora que lidera Miguel Kiguel detalló: “Desde que asumió Alberto Fernández aumentaron sólo 162,8%, cuando
la inflación núcleo acumulada ya alcanzó un 273,3%. Es decir, aún tienen mucho
margen para subir”. Lo que podría contrarrestar este reacomodamiento
de regulados, según Ecoviews, es “la contracción de la
actividad”.
De hecho, en LCG destacaron que la baja de la inflación mayorista por
segundo mes consecutivo “puede ser visto como un éxito”, pero “gran parte
responde a una caída en los precios de la carne, lo cual actúa como contrapeso
de la dinámica de alimentos, en un contexto de que el consumo está en su punto
más bajo de los últimos 20 años”.
¿Por qué no un plan de shock?
La baja de la inflación tendrá un rol clave en la recuperación de los salarios,
sin una política de ingresos aún definida y con la suma fija prácticamente
descartada. “Aspiramos que la mejora del ingreso no se produzca solo por
mejores paritarias y bonos, sino por una reducción de la inflación. La mayor
deuda que tenemos como gobierno es el poder de compra de los trabajadores, por
eso nuestro mayor enemigo es la inflación y nuestro objetivo más importante
reducirla”, dijo el ministro.
Además, Massa admitió que en los primeros días de agosto estuvo sobre la
mesa de discusión la posibilidad realizar un plan de estabilización de shock.
La semana pasada, Gabriel Rubinstein, secretario de Política Económica, aseguró
que le hubiera gustado aplicarlo, pero que “no hubo consenso”. Massa explicó
por qué no se aplicó, y hasta citó a Máximo Kirchner: “Más importante que hacer
shocks que lastimen a sectores de la sociedad, es recorrer un camino que
consolide los objetivos. Tener orden fiscal no puede ser una cosa de un mes,
recordemos el shock del descuento del 13% a jubilados y cómo terminó ese
gobierno con López Murphy. Los shocks sirven en los power points, pero la
realidad requiere programas con la gente adentro”.
Dicho esto, descartó una devaluación que implique un salto del tipo de
cambio: “Hay que contarle a la gente que hacerle perder valor a la moneda es
empujar a mayor cantidad de gente a la pobreza y destruir un momento de alta
producción”. |