Por Gustavo Marangoni - Basta con leer cualquiera de las muchas
encuestas que circulan para percibir el enojo de buena parte de la
opinión pública con la dirigencia política. Asimismo, cualquier
portal, red social, canal de noticias, radio, etc. nos mantiene actualizados en
tiempo real sobre la distancia entre el tipo de cambio oficial y el resto
de los dólares
alternativos. Y para comprender la crítica situación social basta con
revisar los informes del INDEC o los que brinda, entre otros, el Observatorio
de la UCA sobre la cuestión.
Esas son las
tres brechas que se mantienen abiertas y en crecimiento con consecuencias
ingratas para la vida cotidiana de los argentinos. Sin duda, cada una de ellas
depende de las otras para su resolución. Como hace tiempo que la relación se
retroalimenta negativamente, se resienten las expectativas de la sociedad.
De acuerdo a un estudio de opinión pública realizado por la organización
iberoamericana "Mucho en común" durante la segunda quincena de
octubre (2100 casos) el 79% de los argentinos cree que el país va en la
dirección equivocada y le atribuye el error a los partidos y sus conducciones.
Enorme será el desafío para los dirigentes de las dos coaliciones
que se presenten a disputar el voto popular el año que viene: cerrar la brecha
entre gobernantes y gobernados después de experiencias fallidas de gestión.
Sino tendrán que bancarse que algún político blue se favorezca con la corrida
contra los políticos oficiales.
El dólar, otra vez en el centro de las miradas
Mientras tanto, las urgencias se dan en el terreno de la economía.
Durante las últimas semanas semana volvieron a subir las brechas
cambiarias y el BCRA no pudo sostener el precario freno en la sangría
de dólares que marca un noviembre con ventas netas por algo más de
u$s1.100 millones. Los riesgos se intensifican cada vez más, con desequilibrios
que comienzan a preocupar (tanto en el mercado de pesos como de dólares) y que
se reflejan en la dinámica financiera.
La brecha cambiaria volvió a pegar un salto y el CCL se ubicó un 107%
por encima del oficial, quebrando la tendencia a la baja que mostraba desde el
fin de la corrida en julio.
Lamentablemente, las malas noticias no se detienen allí. Adicionalmente,
se conocieron las nuevas proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario
respecto a la futura producción triguera (11,8 millones de
toneladas), que auguran la menor cosecha de las últimas 7 campañas.
Perspectivas sombrías que también se extienden a los rendimientos de la soja y
el maíz, poniendo más presión a las ya muy alicaídas reservas netas.
Los anuncios de un aumento
del swap con China no hicieron mella en un mercado que
profundiza la desconfianza por la falta de dólares y sus previsibles
consecuencias en más cepos, proliferación de tipos de cambios selectivos y
trabas adicionales a las importaciones bajo un sistema (SIRA) que recoge rechazos
y críticas. Esto último también disparó las dudas en cuanto a las divisas
necesarias para el puente entre diciembre y abril/mayo, momento a partir del
cual debieran comenzar a liquidarse las exportaciones de la cosecha gruesa.
Crece la tensión por la deuda en pesos
El anteúltimo mes del año trajo también un mayor estrés de la deuda
en pesos, con el BCRA interviniendo casi a diario en la curva con vencimientos
a 2024. Hasta el momento lleva comprados unos $270.000 en una táctica que no
pasa inadvertida para los auditores del FMI y para los actores del mercado.
Crecen las dudas sobre la actitud que podrían manifestar referentes económicos
de la oposición durante la campaña electoral en términos de empujar la
inestabilidad en el mercado para bloquear definitivamente la capacidad de roll
over del Tesoro en nombre de impedir la herencia de "la bomba" por la
mega emisión.
En materia de vencimientos, el muro a pasar parece estar cada vez más
cerca. Hace dos semanas el Ministerio de Economía tuvo un mal resultado en el
canje por bonos duales: 61% de aceptación
cuando casi el 55% era sector público (BCRA FGS Bancos
Públicos). Luego, apenas pudo renovar lo que vencía y siempre pagando
tasas altísimas y colocando a corto plazo.
Este estrés vivido en el mercado de moneda doméstica en los últimos días
comienza a ser un aviso de un proceso de dolarización que puede
venirse más adelante. Toda esta incertidumbre no colabora en la desaceleración
de los precios que, más allá de justos o injustos, no parecen muy dispuestos a
ceder por debajo del 6% mensual. La inflación del segundo semestre impactará en
la tercera brecha, la social, consolidando los niveles de pobreza
alrededor del durísimo 40%.
Las buenas noticias las esperábamos de la selección, pero el debut con
Arabia Saudita nos dejó un gusto amargo. Así que, al menos para mitigar la
ansiedad hasta el partido con México, mejor hablemos de política. |