Por Carlos Keller - En el Palacio de Hacienda no tienen todavía
definido claramente si van a ir por una
segunda ronda de "dólar soja". Podría ser una solución para
sumar algunas divisas más a las reservas del Banco Central -que se están yendo
más rápido de lo esperado-, pero tiene problemas colaterales que conspiran
contra el nuevo objetivo que fijó el ministro de Economía, Sergio Massa,
de reducir la inflación para abril del 2023 a un nivel de un número que
"empiece con 3".
Según señaló el
propio Massa en una reciente entrevista, las chances de una vuelta a un
tipo de cambio especial para el sector sojero se analizan "semana a
semana". En el combo de variables que se toman en cuenta casi a diario aparecen los
precios internacionales, la demanda global e inclusive la posibilidad de
eventos disruptivos en el escenario internacional. Pero la realidad pasa por
cuestiones mucho más vinculadas con el mercado local antes que por el contexto
mundial.
Problemas de un nuevo "dólar soja"
De acuerdo con una estimación de la consultora Porfolio Personal
Inversiones (PPI), si el Gobierno quisiera apurar una nueva liquidación de
divisas, apelando al tipo de cambio diferenciado, tendría que volver a
hacer una emisión de pesos fastuosa.
"Ante un nuevo esquema de incentivo exportador surge el
interrogante sobre el daño colateral que implicaría la emisión monetaria
inherente. Estimamos que para sumar u$s2.700 millones a sus reservas, el BCRA
debería emitir 1% del PBI sólo en diciembre", advierte la consultora. PPI
considera además que "en octubre retornaron las compras de la autoridad
monetaria para sostener la deuda en pesos, aunque en un monto muy inferior al
de junio/julio (0,2% vs 1,5% del PBI)".
"Un rescate de la deuda en pesos por una magnitud superior en algún
momento del verano más la potencial emisión por dólar "soja", ponen
nuevamente de manifiesto que la meta monetaria (que solo limita la asistencia
monetaria directa del BCRA al Tesoro) carece de sentido", dice el reporte.
El trabajo, además, indica que "se suman los intereses de la deuda
del BCRA, que, por las mayores tasas nominales y la emisión del dólar soja
original y del rescate de la deuda en pesos de junio/julio, se volvieron el
principal factor de expansión de la base monetaria". Si a ello se añade
que hay una fuerte caída de demanda de moneda de parte del público, se
desdibuja el objetivo de reducir la inflación hacia un número que arranque
con 3 (podría ser 3,99% lo que es lo mismo que 4%).
Dólares para las reservas: el camino elegido
por Massa
En Economía están apostando, entonces, a sumar reservas por
vía de créditos de organismos y del swap de monedas con China, porque saben que la reedición del
"programa de incentivo a las exportaciones" podría implicar el
sacrificio de la prometida reducción de la inflación en un año electoral.
n el primero de los casos esperan que lleguen unos u$s1.000 millones de
desembolsos de organismos como el BID o la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Además, una misión de funcionarios argentinos está en Washington negociando la
aprobación de las metas del tercer trimestre y el desembolso de u$s5.800
millones. Por otro lado, se espera que la operación con China permita
acceder a otros u$s3.000 millones más.
¿Cómo podría resolver el problema de la falta de dólares el Palacio de
Hacienda? Una pista la puede dar la reciente promesa de Sergio Massa para las
empresas de economías regionales que se sumen al programa
de Precios Justos. El pasado 7 de noviembre, el ministro prometió que iba
a reeditar un tipo de cambio especial para este sector. Pero en rigor, en
Economía afirman que ese dólar especial podría ser otra cosa. Otras opciones
están en el menú, entre ellas: reducción de retenciones, beneficios fiscales o
créditos. De alguna manera, una reducción de los derechos de exportación es una
mejora indirecta del tipo de cambio.
En otras palabras, las opciones destinadas a ofrecer dólares
diferenciados para distintos generadores de dólares podrían quedar de
lado si el costo de política monetaria es alto.
Dólar soja 2.0: expectativas y efectos
El otro
problema es que ya está generada la expectativa de que podría volver el dólar
soja y los productores nuevamente se
sientan sobre sus granos a esperar a que el Gobierno tome la medida, lo cual
genera, a su vez, demoras en la liquidación.
El economista y consultor Salvador Di Stefano advirtió al respecto que
"se habla de un dólar soja para diciembre, pero personalmente creo que
sería un gran error". Y agregó: "Un nuevo dólar soja obligaría al
Gobierno a emitir más pesos, para pagar la diferencia entre el dólar oficial y
el nuevo tipo de cambio. Encarecerían los costos de la ganadería y el sector
lácteo".
La duda que queda es si la Argentina está en condiciones de alcanzar
la meta acordada con el FMI de acumulación de reservas para
diciembre de este año. Según la última revisión, este año el BCRA debería
juntar u$s5.000 millones, de los cuales al 17 de noviembre ya tenía u$s1.200
millones. Para alcanzar, le faltarían u$s3.800 millones, que debería nsalir a
los diferentes desembolsos, y tendría que seguir
pisando los pagos de importaciones como lo ha venido haciendo hasta ahora, según
plantea la consultora Inveqc.
El reporte privado estima, entonces, que serían necesarios sumar unos
u$s1200 millones en los días que quedan de 2023. Algo muy difícil de conseguir
si el Banco Central sigue perdiendo dólares como lo vienen haciendo hasta
ahora. |