Por Melisa Reinhold
- En el primer mes del año, los tipos de cambio paralelos marcaron nuevos
máximos nominales históricos y afianzaron el recorrido alcista que habían
empezado a transitar en diciembre. Por eso, analistas consultados por la nacion
advirtieron que estos pondrán más presión a un índice de precios que apunta a
superar el 6%. En líneas generales, los precios de la economía ajustan por el
dólar oficial. No obstante, por el cepo y la incertidumbre, más sectores
empiezan a guiarse por las cotizaciones libres.
En enero, la
inflación volvió a acelerarse. Cuando faltan 15 días para que se conozca el
índice de precios al consumidor (IPC), las estimaciones de los analistas se
encuentran por arriba del 6%, cifra que no se observaba desde octubre pasado.
Impactaron las subas de la carne, las verduras, las prepagas, el transporte y
las naftas. Pero también podría verse reflejado un factor inflacionario
adicional: la escalada de los dólares libres.
En el primer mes
del año, los tipos de cambio paralelos marcaron nuevos máximos nominales
históricos y afianzaron el recorrido alcista que habían empezado a transitar en
diciembre, tras casi cuatro meses sin movimientos. Un día antes de que cierre
enero, el blue avanzó hasta ayer $37, un 10,7%. Los financieros, pese a que el
Gobierno puso en marcha todas las herramientas para empezar a intervenirlos y
que no se escapen tanto, también subieron. El MEP pegó un salto de $26 (7,9%) y
el contado con liquidación (CCL), de $24,71 (7,1%).
En líneas
generales, los precios de la economía ajustan por el tipo de cambio oficial.
Actualmente aparece en pantallas a $186,56 y, a través de microdevaluaciones
diarias, en los últimos meses intentó seguirle al ritmo a la inflación (acumula
5,3% en enero). No obstante, frente a un cepo cambiario que en los últimos
cuatro años se ha vuelto cada vez más restrictivo, más bienes y servicios
comienzan a observar al resto de las cotizaciones libres.
“La excesiva
liquidez se vuelve un problema. Es una demanda potencial para el dólar libre,
que actualmente está al alza y creemos que difícilmente pueda retroceder. Parte
de este aumento se verá reflejado en la inflación por el mayor costo de
reposición que implica para importadores o directamente para quienes importan
al dólar libre. Esa aceleración de la inflación ya la registramos desde la
medición de alta frecuencia que realizamos desde la consultora”, afirmó Guido
Lorenzo, director de LCG, quien estima que la inflación de este mes rondaría el
6%.
Para el economista,
la suba de los tipos de cambio paralelos impacta por dos vías. Por un lado,
porque la cotización sirve de referencia para fijar precios hacia adelante y
los comerciantes se cubren con un costo de reposición más alto. Por el otro,
porque hay mucha actividad informal y toman esos dólares de referencia, ya que
no pueden importar al oficial. “Es difícil saber el impacto que tendrá sobre la
inflación, pero en enero evidenciamos una aceleración con respecto a los meses
previos, cuando los dólares estaban planchados”, agregó.
En la misma línea
apuntó María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, quien
destacó que a lo largo de la historia argentina el dólar es “un termómetro de
la credibilidad de nuestra moneda”. En los períodos donde se dan saltos muy
marcados, hay un impacto en la cotización (porque más gente los demanda) y se
deterioran las expectativas de inflación.
“Son el termómetro
de que algo no está funcionando bien con nuestra moneda y pueden impactar en
ciertos precios. Hoy, con el cepo y las trabas que tienen los importadores para
traer productos al país, no saben a qué precio van a pagar las importaciones
porque no lo pueden hacer en el momento. Incluso, algunos terminan haciendo las
operaciones financieras para hacerse de los dólares. Es difícil saber qué
precios de la economía indexan por ese valor, pero tienen efecto. Por eso el
Gobierno se enfoca en contenerlos, no con mucho éxito”, dijo. Para C&T
Asesores Económicos, la inflación de enero será del 6,3% por el salto
estacional del turismo y una aceleración de alimentos y bebidas no alcohólicas.
En las últimas
semanas, se conocieron un par de estrategias del Ministerio de Economía para
contener los dólares financieros. Primero, se anunció la recompra de bonos, una
iniciativa que le permite al Banco Central (BCRA) intervenir sobre las
cotizaciones y hacer bajar los precios. “Pero está limitado. Es una manera que
tienen para intervenir sin romper el acuerdo con el FMI”, añadió Castiglioni.
En tanto, la semana pasada, anunció una suba de tasas de interés.
De acuerdo con un
estudio que realizó Claudio Caprarulo, director de Analytica Consultora,
todavía el 57% de los precios de la economía siguen al tipo de cambio oficial.
Esto se debe a que los sectores que más influyen dentro del IPC ajustan por el
mayorista, sobre todo el de bebidas alcohólicas, viviendas y servicios,
equipamientos del hogar, alimentos y bebidas y salud.
No obstante, poco a
poco, más rubros empiezan a mirar el tipo de cambio paralelo. Entre ellos se
destacan el de prendas y vestir y calzado, transporte, educación, recreación y
cultura, restaurantes y hoteles. En todos estos casos, la participación que
tienen en la canasta de consumo es menor.
“La variación del
tipo de cambio oficial continúa siendo el principal horizonte de referencia.
Pero en los períodos en los que la brecha pega saltos abruptos, es esperable
que haya correcciones de precios que tengan mayor relación con el tipo de
cambio informal o financiero, teniendo en cuenta que aumentan las expectativas
de devaluación”, finalizó Caprarulo, quien pronosticó una inflación que cerrará
en torno del 5,8% para este mes. ß |