Por Gabriel
Rubinstein (Secretario de Política Económica del Ministerio de Economía) - El
jueves 9 de marzo se concretó un exitoso canje de deuda en pesos, que permitió
extender vencimientos de meses próximos por unos $4,3 billones, y que vencerán
entonces en 2024 y 2025. De esa manera, empezamos a “disolver las torres” de
vencimientos preelectorales que tanta inquietud estaban generando. Inversores,
empresarios, gobiernos de otros países, grandes ahorristas, digamos, “el
mercado” en general, recibió muy bien este logro.
Suponía, con
bastante ingenuidad, que mis colegas de Juntos por el Cambio, a quienes conozco
desde hace años, reconocerían también el éxito de esta medida y empezarían a
cambiar de discurso, colocándose en una postura más colaborativa. No para
“ayudar” al actual gobierno, sino para sacar de la mesa de la discusión cosas
que solo hacen daño al país y a todas las fuerzas políticas. Si ellos ganan,
¿acaso quieren que los ahorristas e inversores tengan miedo de tener bonos
estatales? ¿Y que los depositantes tengan miedo de que los bancos tengan bonos
del Estado? Como me suena bastante insensato, supuse que podíamos empezar a
“levantar la vara” de la discusión pública. Y que nos pondríamos a dialogar y
discutir sobre cosas más importantes, como ser: ¿qué podemos hacer para
eliminar el déficit fiscal, así el Estado no debe aumentar su endeudamiento?
Pero no. Vía
comunicado y vía tuits de Hernán Lacunza, Guido Sandleris y Luciano Laspina,
Juntos por el Cambio volvió a mostrar su rostro más intempestivo.
Repasemos y
comentemos un poco lo que han dicho:
“Una operación vil
y ruinosa”. Un canje con mayor plazo, a tasas razonables, voluntario, ¿ruinoso
para quién? Ciertamente, no para el Estado (¿o es menos ruinoso acaso
defaultear?). ¿Vil? Que significa hecha con maldad, una acción despreciable.
¿Este es el adjetivo para un canje voluntario de deuda? Muchachos…
“Violaría el
artículo 19 de la Carta Orgánica del BCRA”: ¿por qué creen esto, si el BCRA no
garantiza los bonos?
“Violaría la ley de
administración financiera” ¿Por qué dicen eso, si el Estado logra extender
plazos y a tasas más bajas que las vigentes en el mercado? (¿Les gustarían
tasas más bajas? ¿Qué tal si dejan de decir que una deuda inferior al 10% del
PBI es insostenible y ayudan de esa manera a que las tasas largas sean cada vez
más bajas?).
“La deuda pasaría a
vencer diariamente”, por el mal llamado “put”. Es raro que no entiendan que,
con o sin seguro explícito, cuando un banco invierte en activos a mediano plazo
(por ejemplo, 2 o 3 años) y sus pasivos son a 30 días (o menos), requiere
alguna ventanilla de liquidez que pueda proveerle el BCRA (redescuentos de
iliquidez o, en este caso, el llamado “put”). Los bancos ya tienen un put sobre
la deuda pública (es decir, el canje no “agrava” la situación), y simplemente
no lo usan porque hay que pagar por ese put, y a la hora de usarlo deben vender
los bonos al BCRA a un valor más bajo que el de mercado. Solo en caso de
“corrida” les convendría usarlo masivamente. ¿Qué caso podría ser este? Por
ejemplo, que Juntos por el Cambio ganara las elecciones en 2023 y un influyente
economista del Gobierno le dijera al Presidente: “Sr. Presidente, he llegado a
la conclusión de que sobran muchos pesos”. A lo que Presidente preguntaría: “¿Y
usted qué sugiere?”. A lo que el economista respondería: “Reperfilar la deuda”.
Y el Presidente diría: “Bien. Procedamos”. Pánico en el mercado. Tenedores de
bonos pugnando por vender. Y allí, el BCRA comprando la deuda, seguramente en
medio de una corrida de depósitos. Corrida mucho más probable aún si se viera
que el BCRA no actúa, con los bancos con muchos bonos a punto de ser
defaulteados. Los depositantes tendrían sobradas razones para salir corriendo.
Todo por la insensatez del Gobierno.
“Si la opción se
ejerce, podría gatillar un nuevo salto de la inflación que ningún banquero
central responsable podría admitir”. Siguiendo el razonamiento anterior, lo
responsable para ellos sería: “Dado que el BCRA no debería comprar bonos,
deberían quedarse en los bancos así los podemos reperfilar. Y si los
depositantes se asustan, y bueno… deberemos prohibirle retirar depósitos
(corralito, corralón, plan Bonex, etc.)”. Porque lo “sagrado” es que el BCRA no
emita para frenar la corrida (causada por el propio Gobierno). Es decir, la
conducta responsable sería ir de default (bonistas) en default (depositantes).
Y la conducta irresponsable, la que estamos desarrollando nosotros, buscando
evitar todo esto. ¡¡¡Miren ustedes!!!
“Les dan a los
bancos una opción que ningún inversor tiene” (put). Como si dijera, los bancos
tienen acceso a redescuentos por iliquidez, pases contra bonos, etc., que los
inversores individuales no tienen. Justamente, porque son bancos, y resguardar
la seguridad de los depositantes es una función básica del BCRA.
“La deuda que
vencía cada tres meses ahora vencerá diariamente”. Como se explicó, es falso,
ya que el “put” existe ahora y eso no ha cambiado.
“Esta acción
(canje) podría generar serios problemas a la gestión presente y futura”. Les
diría: no se preocupen tanto por la gestión presente. Para nosotros es una muy
buena medida. Y en cuanto al futuro: si administrar el rolleo de una deuda
inferior al 10% del PBI, con vencimientos ahora más esparcidos en el tiempo, lo
ven como un desafío demasiado exigente, ¿no creen que deberían revisar si se
sienten en condiciones de ejercer el gobierno? Miren que está lleno de
problemas más difíciles que este.
Pero bueno. Es lo
que hay. Y las fuerzas políticas deben seguir buscando la forma de entenderse y
resolver los problemas de los argentinos.
By the way, los
meses pasan y habrá que acordar un presupuesto para 2024. Y hete aquí que este
ministerio es proclive a alcanzar un equilibrio fiscal primario cuanto antes (y
luego superávit fiscal primario). Y “un pajarito” nos contó que Juntos por el
Cambio, aparentemente, también acuerda con tal objetivo.
¿Qué tal, entonces,
si dejamos toda esta “pavada” de lado y empezamos discusiones técnico-políticas
desde ahora, a ver si en 2024, en lugar del 0,9% de déficit (acordado con el
FMI), ya con una economía más pujante (sin sequía, gasoducto NK1 completado,
nuevo gobierno, etc.), nos animamos a procurar un presupuesto equilibrado? ¿Qué
gastos bajaríamos? ¿Qué exenciones impositivas podríamos dejar de lado?
¿Alguien propone subir impuestos? Mucho para discutir. Y quién sabe, tal vez
nos podríamos poner de acuerdo.
Y ya empezaríamos a
dejar fuera de la discusión política también este tema: el de la necesidad de
equilibrar las cuentas públicas.
Y miren ustedes: en
una de esas, casi sin pensarlo, estaríamos logrando:
a) Dejar de
proponer el default como herramienta de política económica.
b) Dejar de
discutir sobre la necesidad del equilibrio fiscal y centrar la discusión en el
“cómo lograrlo” (cuánto de baja de gastos, cuánto de suba de impuestos).
No sería poco
avance. Pueden llamar a la Secretaría de Política Económica y, si quieren, desde
hoy podemos empezar a conversar.ß |