Por Claudio Zlotnik - Un funcionario del equipo
económico lo define con total crudeza: "Estamos ante el peor de los mundos. Una sequía de las más crueles de la
historia con el
agravante de que no afectó a Brasil, con lo cual caen abruptamente nuestras
cantidades exportables y con los precios que no compensan para nada".
El funcionario no
puede ocultar la angustia. Se le nota en el tono de la voz. En su diálogo con
iProfesional, admite que en las últimas jornadas el escenario
económico se agravó todavía más. Lo
que debió ser un fin de semana positivo tras el cierre del canje de la deuda en
pesos, ahora se complicó por los últimos recortes de la cosecha de
soja y maíz.
A la economía le
faltarán no menos de u$s15.000 millones de exportaciones, pero los expertos
agrícolas creen que en las próximas semanas habrá ajustes adicionales por la
última ola de calor; todos a la baja. Y que la merma alcanzaría, finalmente, los
u$s20.000 millones.
Nuevos temores para la economía
En el quinto piso del Palacio de Hacienda, se desataron
los fantasmas. La posibilidad de que la economía
ingrese en un ciclo recesivo está a la vista. La cuestión, ahora,
será esperar que sea lo más leve posible.
El shock climático
implicará también una aceleración de la inflación, una tendencia que se
verificó en las últimas tres semanas, y que ahora ya empezó a generar problemas
adicionales. Hace un mes, nada más, Sergio Massa anunciaba y se esperanzaba en
lograr una inflación por debajo del 4% mensual a partir de abril.
Nunca lo diría en
público, pero ahora se contentaría si el índice de precios no salta por arriba
del 6%.
La mayor suba de
los precios provocará seguramente mayores tensiones entre el Gobierno y las
empresas que hace un mes acordaron el relanzamiento del programa "Precios
Justos", con un tope de incrementos mensual del 3,2%. Como viene contando iProfesional, ese
acuerdo ya empezó a crujir.
La falta de dólares
implicará una nueva vuelta a las trabas a las importaciones. Hasta acá,
Economía quiso evitarlo, y de hecho venía cumpliendo en la fluidez de las
divisas hacia los importadores de alimentos, bebidas y de otros rubros
esenciales. Pero esa situación cambió en las últimas dos semanas. Las empresas
líderes ya desfilaron por el despacho de Matías Tombolini dejando sus
advertencias por la imposibilidad de continuar con el plan firmado.
Dólar: el Gobierno busca evitar la devaluación
En el gabinete
económico no esconden el temor ante el nuevo cuadro económico. Cerca de Massa
creen que el súper cepo, con todas las restricciones que existen en el acceso
al dólar, será clave para evitar una devaluación en el año
electoral.
El ministro ya dio
por terminado el debate de un posible ajuste cambiario a poco de asumir en el
Ministerio. Ahora se trata de evitar ese desplazamiento como una verdadera
cuestión de Estado.
Lo que en el Gobierno admiten es que, dado el
agravamiento de la sequía, no podrán evitar una mayor
dolarización de los inversores y empresas a través de los canales alternativos,
vía un desarme de sus posiciones en pesos.
Esa dinámica complicaría la brecha cambiaria, que de
por sí ya luce insostenible para una
dinámica normal de la economía. Si el dólar contado con liquidación y el
MEP se vuelven a escapar -algo
que se percibió antes del fin de semana-, la situación de la macro se
complicaría también.
"Un aumento de
la brecha nos obligaría a acelerar el crawling peg (en el mercado oficial) y la
presión inflacionaria también nos afectaría demasiado", dice el
funcionario.
La percepción del
ministro es que un salto del tipo de cambio oficial, en este contexto de súper
cepo, es "una decisión de política económica. Aunque es cierto que cada
vez te vas quedando con menos herramientas para sostenerlo".
En las últimas
jornadas de la semana última, las ventas del BCRA en el mercado se hicieron más
voluminosas. El viernes, por caso, terminó con ventas netas por u$s75 millones,
el nivel más elevado del mes. En lo que va de marzo, el Banco
Central ya debió vender u$s317 millones para evitar una devaluación
abrupta.
¿Rumbo a la recesión?
El nuevo cuadro por
culpa de la sequía está obligando a las principales consultoras económicas
a revisar sus pronósticos para el PIB
de este año.
La situación es
clave rumbo a la campaña electoral que se avecina.
La consultora Eco
Go estima que la caída del PIB sería comparable con la que la Argentina
registró en 2009, en aquel momento por culpa de la "seca" y también
por la crisis financiera global.
La contracción, de acuerdo a la consultora dirigida por
Marina Dal Poggetto, podría llegar al 4,8% este año. Para tomar en cuenta:
en 2009, la baja fue del 5,9% por impacto de ambos efectos mencionados (sequía y terremoto
internacional).
"La caída de
la cosecha es de 34%, parecida al 37% de 2008/09, cuando la economía retrocedió
5,9%", dijo a iProfesional el economista jefe de la consultora, Sebastián
Menescaldi.
"Estimamos que
por cada 10% de retroceso de la campaña, el PIB cae 0,8% en el año (u$s5.300
millones), incorporando los efectos sobre el transporte y el comercio (no
incluye los de la industria alimenticia)", agregó Menescaldi.
"Este efecto
no contempla un efecto de segunda ronda que presiona más sobre las
importaciones por la falta de divisas", concluyó el economista jefe de Eco
Go, ante la consulta de iProfesional.
Las próximas
semanas serán determinantes para saber el movimiento de las principales
variables. La economía 2023 -que ya venía complicada- será muy difícil de
gestionar.
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