Por Javier Blanco -
La flexibilización de la meta sobre acumulación de reservas que surgió de la
cuarta revisión del acuerdo con el FMI le vuelve a dar la posibilidad al Banco
Central (BCRA) de cumplir con la cifra prevista para fin de mes, coinciden en
el mercado.
Claro que para
lograr ese objetivo deberá torcer muy pronto el rumbo del mercado dado que
ayer, por séptima rueda consecutiva, cerró la jornada en rojo. Debió sacrificar
unos US$145 millones de lo poco que mantiene en su tenencia para lograr que los
pedidos de compra de divisas que habían superado todos los filtros oficiales
pudieran ser cursados.
Así, ya perdió en
intervenciones sobre el mercado unos US$557 millones en lo que va de marzo,
cifra que escala hasta los US$1640 millones en lo que va del año, un nivel de drenaje
insostenible, que amenaza la estabilidad cambiaria y podría echar más
combustible a la inflación.
Desde el BCRA
sostienen que la mayor venta del mes estuvo emparentada con una nueva
retracción en la oferta de divisas y un empinamiento en la demanda vinculado a
“pagos de importaciones de energía” relacionados con el pico de calor que
mantiene en estrés al sistema eléctrico y desvelados a miles y miles de
usuarios. También hubo compromisos asumidos con algunas automotrices “para que
no tengan que paralizar actividades”.
Pero lo cierto es
que la progresión creciente del drenaje de reservas ya asusta y amenaza en
transformar en una simple utopía la nueva meta de acumulación, aunque fue
nuevamente recortada y de un modo incluso algo mayor a lo esperado.
De lo trascendido
anteayer surge que el objetivo contenido en el acuerdo de contar con reservas
netas por algo menos de US$7800 millones cuando concluya este trimestre queda
ahora reducido para ese horizonte a unos US$4300/US$4500 millones.
No parece una cifra
inalcanzable tomando en cuenta que el BCRA mantiene una tenencia neta en torno
de los US$3700/US$3900 millones.
Sin embargo, es una
cifra que sigue siendo desafiante bajo las condiciones actuales de mercado,
tomando en cuenta que la entidad que conduce Miguel Pesce viene cediendo unos
US$55 millones por rueda en lo que va del mes (promedio que trepó a los
US$102,3 millones en las últimas tres ruedas).
Esto es porque
“necesitaría acumular reservas netas por al menos unos US$500/US$600 millones
en las 12 ruedas cambiarias que restan durante marzo”, calcularon en Facimex
Valores. Significa que debería pasar a comprar al menos unos US$42/US$50
millones en promedio en las ruedas que restan de aquí a fin de mes.
Es una proyección
que tiene en cuenta que tendría que dejar de dilapidar reservas ejecutando el
plan de recompra de deuda, algo que ahora parece descontado porque el FMI
obligó a suspenderlo. “Se acabó el mecanismo de intervención en los paralelos”,
tradujo el economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma.
Desde el BCRA se
excusaron de realizar comentarios al respecto, dado que aún las nuevas metas
deben ser aprobadas por el board del FMI.
En el mercado
entienden que la única forma que el BCRA tendría de lograrlo, sin tener que
apelar nuevamente a un plan de estímulo a las ventas para poder dejar esa carta
para más adelante, es aplicando un nuevo recorte a la demanda.
Es que además de la
demanda que aún queda habilitada, ahora también debe dar curso a los pagos
comprometidos por la deuda comercial que asumieron muchas empresas cuando se
les reprogramó meses atrás –por vía del SIRA– la compra de divisas para honrar
el pago de importaciones.
En el mercado se
evaluó que “el organismo aceptó una flexibilización en la meta de reservas para
brindarle continuidad al programa dados los efectos de la sequía, pero pone
límites al uso de esa tenencia (luego de que el Gobierno gastó unos US$600
millones en intervenciones sobre el mercado de bonos) y exige que la
consolidación fiscal se mantenga a pesar de las tendencias recesivas, una
combinación de políticas que resulta particularmente desafiante de implementar
en un año electoral”, evaluó Delphos Investment.
Lo llamativo del
día fue que el esfuerzo de intervención oficial estuvo otra vez claramente
vinculado a una intención de mantener acotado al dólar oficial. Esto queda a la
vista al observar que el dólar mayorista cerróa $202,07 por unidad para la
venta ( $0,41) aunque tras haber llegado a “tocar máximos de $202,19 por
unidad, oportunidad en que las ventas del BCRA lo bajaron hasta los $202,10
sobre el final de la rueda”, observó Gustavo Quintana de PR Cambios.
Aunque ese
deslizamiento supone una leve aceleración en la tasa de devaluación respecto de
las últimas ruedas, esa tasa en lo que va del mes aún ronda el 5,6%, con lo que
se mantiene rezagada respecto de la inflación. ● |