Por Javier Blanco - Forzado por la
aceleración que registra la inflación y por el recordatorio del compromiso
asumido para mantener “tasas reales positivas” que le repitió el FMI en la
última revisión del acuerdo, el Banco Central (BCRA) no tuvo más remedio que
volver a subir en 300 puntos básicos las tasas de interés referenciales para la
economía.
Las elevó del 75 al
78% nominal anual, tanto para los depósitos a plazo fijo realizados por hasta
$10 millones como para las inversiones que toma de los bancos (para retirar
parte de los pesos que emitió de más) vendiéndoles sus letras de liquidez
(Leliq). Estos niveles, que comenzarán a regir desde hoy, apuntan además a
morigerar la tendencia a una renovada dolarización de carteras que se observa
en el mercado en las últimas semanas.
Significan
rendimientos del 6,42% mensual o 113% anual a nivel efectivo en los casos en
los que el inversor renueve la colocación cada mes durante todo el año y vaya
sumando al capital depositado originalmente el interés percibido. Es decir, que
ni llegan a cubrir totalmente la nominalidad de la economía...
El Central, sin
embargo, mantuvo inalterada en el 72% nominal anual la tasa de pases pasivos a
1 día, e hizo lo propio con la del 77% que los bancos aplican a los consumos
con tarjeta de crédito que son financiados o las líneas de crédito para
mipymes, en un intento por no sumar más presiones recesivas a la economía en
este contexto. A su vez, quedó en el 69,5% anual la tasa para el resto de los
plazos fijos.
En el comunicado
con el que oficializó su decisión dijo que “continuará monitoreando la
evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de
El peso de las
evidencias
La entidad se vio
conminada a mover las tasas tras seis meses de tenerlas quietas. Hay que
recordar que luego del dato de inflación de enero las había mantenido (aunque
el IPC ya llevaba tres meses moviéndose al alza) porque la medición núcleo de
la inflación (que excluye los movimientos de productos cuyos valores pueden
estar influenciados por factores estacionales o cuestiones externas a la
política monetaria) no explicaba la mayor parte de la aceleración respecto de
diciembre.
Claro que este
fenómeno sí se dio en febrero (el IPC núcleo superó en 1,1 puntos al índice
general), lo que lo dejó sin excusas.
El mercado esperaba
un alza de al menos 500 puntos que las recolocara en niveles “positivos” en
términos reales. Sin embargo, el sobrecosto que la entidad debe enfrentar para
mantener regularizada la deuda remunerada que asumió por más de $11,7 billones
habría convencido a su conducción de ser más prudente al respecto. Por mantener
ese pasivo, el Central ya está obligado a emitir unos $700.000 millones por
mes.
La suba de tasas lo
obligó además a apurar el ritmo de deslizamiento del dólar oficial, que había
bajado al 5,6% mensualizado semanas atrás y ahora elevó al 6,5% promedio en las
últimas dos ruedas. Se verificó también ayer con el aumento de $202,55 a
$202,94 que permitió para el dólar mayorista,
La decisión se dio
en medio del drenaje de reservas netas desde comienzos de año que ahora lleva
nueva ruedas sin pausa. Ayer cedió otros US$96 millones en intervenciones,
aunque sus voceros aclararon que el grueso de la venta (unos US$86 millones)
obedeció a pagos de deuda de Mendoza (US$60 millones) y Santa Fe (US$26
millones). Pero lo que inquieta es que ya lleva sacrificados unos US$735
millones sólo en lo que va del mes y algo más de US$1800 millones en el año.●
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