Domingo 19 - Por Liliana Franco - En momentos en que las reservas
se encuentran en un nivel crítico, la mayor preocupación de corto plazo del
ministro Sergio Massa es lograr que el próximo 31 de
marzo el Fondo Monetario Internacional gire USD 5.400 millones y que el informe
que acompañe ese desembolso sea lo menos crítico posible.
Cabe recordar que
los informes del staff report del organismo si bien analizan el desempeño del
trimestre pasado (el que se evalúa que en este caso es el último trimestre
2022), también advierten cómo ven el desempeño más reciente de la economía. Y
en lo que va del año los números de la Argentina se han deteriorado, por la
suba del gasto público y la menor acumulación de reservas, entre otros
aspectos.
En el Palacio de
Hacienda se está estudiando qué hacer con el tipo de cambio, a la luz de los desastrosos datos de la
cosecha. Fuentes oficiales descartaron a Ámbito la
posibilidad de un nuevo dólar soja y señalaron que evalúan mecanismos para logar una mejora en la paridad para las
exportaciones – o al menos para productos clave –que también implicaría un
encarecimiento de las importaciones.
En medios privados
se especula con que el ajuste rondaría entre el 20 y el 30%. Una
corrección superior se considera insostenible por la delicada situación social
en momentos en que los precios de los alimentos ya están registrando fuertes
subas.
A medida que pasan
los días se siguen reduciendo las estimaciones de cosecha en medio de lo que ya
es la peor sequía del siglo.
Las últimas
estimaciones realizadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires prevén
que la producción de los tres principales cultivos - soja, maíz y
trigo- caería cerca de 38% respecto a la campaña anterior.
De esta forma, la cosecha valorizada a precios promedio de exportación (FOB) para
estos cultivos se hundiría en más de USD 18.000 millones, e incluso podría
alcanzar los USD 20.000 millones, según sostiene Ecolatina. Sin embargo,
esta consultora también advierte que “dado que no hay condiciones climáticas a
la vista que permitan poner pisos a los rindes o al área que no será
cosechada, es probable que veamos nuevos ajustes en las próximas semanas”.
Con una estimación
de pérdida de divisas semejante (USD 19.000 millones), Equilibra calcula que el sector agropecuario sufriría una contracción de 17% en
2023, lo que implica una caída directa del PBI de
poco más de 2% incluyendo actividades conexas.
Menores
ingresos
Las menores ventas
al exterior del sector agropecuario al exterior significarán un importante
recorte en los ingresos del Tesoro. La última estimación de la Bolsa de
Comercio de Rosario proyecta que el aporte en materia de
derechos de exportación de las cadenas agroindustriales será de US$ 6.532
millones en el año. Esta cifra representa una caída del 33% en relación con la recaudación
estimada en el 2022 por el mismo concepto.
Al calcular el
efecto global de la sequía sobre las cuentas fiscales, Equilibra proyecta una caída de USD 4.200 millones en retenciones (por la
caída en las liquidaciones) y menores aranceles e IVA DGA (por el recorte de
las importaciones). La caída del PBI también afectaría la recaudación de los
impuestos ligados a la actividad.
Sin embargo, el mayor golpe provendrá de la liquidación de agro-divisas ya
que el año pasado, este sector aportó más de la mitad del ingreso de dólares.
Esto ya se está
notando – y con intensidad – en las ventas de divisas a que se ve obligado el
Banco Central ante la falta de dólares aportados por el campo. Si bien los
datos están distorsionados por el adelantamiento de exportaciones provocado por
el dólar soja, en el primer bimestre del año, el agro liquidó
sólo USD 1.573 millones, a distancia de los casi USD 5.000 millones de igual
período del año pasado y el registro más bajo de la serie desde 2005.
En este contexto,
en las últimas 5 ruedas el BCRA se desprendió de USD 554 millones con una pérdida de divisas que se acerca a los USD 2.000 millones en
lo que va del año. Como resultado, destaca Ecolatina, las reservas internacionales brutas ya perforaron los USD
38.000 millones, al tiempo que calcula que las netas (según la
metodología del FMI) ya estarían por debajo de los USD 1.500 millones.
Inflación
con recesión
Las consultoras
advierten que el shock climático golpeará al conjunto de la
actividad económica por la caída en la producción agropecuaria, la menor
posibilidad de importar insumos y bienes, la aceleración de la inflación y la
disminución del gasto público por la caída de ingresos fiscales
(principalmente retenciones).
La correlación que
existe entre la actividad del sector agrícola y la economía argentina en su
conjunto queda en evidencia cuando se observa que las
sequías de 2008/9, 2011/2 y 2017/8 estuvieron acompañadas todas con caídas del
PIB: -5,7%, -1,4% y -2,7%, respectivamente, según precisa un informe de
la consultora pxq.
Aunque aclara que
el clima no fue el único factor atrás de esas retracciones de la actividad,
advierte que, al igual que en 2009 no puede dejar de tomarse en cuenta el
impacto de la crisis internacional.
La consultora que
dirige Emanuel Álvarez Agis calcula que la caída de
exportaciones derivadas de la sequía implicaría una retracción de
7,5% de las compras en el exterior respecto a 2022. Tomando en
cuenta la elasticidad importaciones a PIB, esto sería consistente con una caída global de la actividad en torno de 3%.
Por último, pero no
menos importante, las consultoras también destacan el impacto que las
desfavorables condiciones climáticas tienen sobre los precios. La
expresión más fuerte se tuvo en febrero pasado, cuando por la falta de
pasturas, la carne tuvo una suba de casi 20%. El problema se extiende a otros
alimentos como frutas, verduras y lácteos. Con relación a este último rubro,
estimaciones sectoriales prevén una caída del 20 a 30% en la producción de
leche.
Los anticipos de
inflación de marzo confirman la persistencia del problema. La proyección de Eco
Go para el rubro alimentos y bebidas de marzo es 7,4% (por encima
del 6,9% que daría el índice total). Los datos de Ecolatina son semejantes:
alimentos y bebidas mostró en la primera quincena del mes en curso un ritmo de
aumento mensual de 7%. |