Por Patricio
Eleisegui - Tras un 2022 marcado por los números económicos en contra y un
impacto negativo derivado del clima cada vez más evidente, los tambos atraviesan este primer semestre del
año con estadísticas de producción deprimidas y una perspectiva por demás de
preocupante. A raíz de la sequía predominante, la caída de la producción ya
evidencia una merma del orden 16 por ciento de enero a esta parte. Y en el
sector dan por descontado que, a este ritmo, habrá faltantes de leche y lácteos
durante los meses de invierno. Organizaciones del rubro afirman que, dado el
contexto complicado, la producción podría caer 30 por ciento sólo este
año.
Las organizaciones
del sector no han dejado de exponer las enormes dificultades que atraviesa la
lechería en la Argentina. Desde Federación Agraria Argentina (FAA) hasta
Apymel, que integra a las pyme del segmento, pasando por entidades provinciales
como la santafesina Carsfe, los actores de la actividad acumulan semanas
exigiendo respuestas financieras por parte del Gobierno.
"Desde aquel
28 de febrero en que nos reunimos en asamblea, continuamos sin ayudas reales
del Estado Nacional para salvar productores. Hoy los animales se van quedando
sin alimento y no hay pasturas, lo que ya se visibiliza en la liquidación
forzosa de ganado y hasta el cierre de algunos tambos", expuso,
recientemente, la FAA a través de un comunicado.
"… le
solicitamos que, en la coyuntura, arbitre todos los mecanismos que estén a su
alcance y, a la vez, exija a las autoridades nacionales respuestas inmediatas…
Desde CARSFE expresamos el desaliento de nuestros representados ante la apatía
y la inacción del gobierno en momentos de crisis que atravesamos, que para
muchos productores será terminal", indicaron, también hace muy pocos días,
desde la entidad de Santa Fe, en una misiva destinada al gobernador Omar
Perotti.
Por el lado de
Apymel, la entidad no sólo cargó contra la falta de alivio financiero ante la
crisis que atraviesan las empresas por la sequía y la afectación que esta
genera en las pasturas: también hubo quejas por la continuidad del programa
Precios Justos y las trabas a los insumos importados. "Hace que la
situación sea insostenible para tener continuidad", dijo la asociación
respecto de la iniciativa de control de precios.
"La no
aprobación de los pedidos a través del Sistema de Importaciones de la República
Argentina, a pesar que el Gobierno remarque agilidad, la realidad de las pymes
lácteas demuestra que desde su implementación se ha generado una falta de stock
de insumos de todo tipo, con el consecuente incremento de precios, poniendo en
serio riesgo la producción de productos lácteos", acotó la entidad
respecto del cepo a los importados.
El INTA advierte por cierres de tambos
Según informe
reciente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en la zona
de la triple frontera entre las provincias de Córdoba, Santa Fe y Santiago del
Estero, la sequía "sacaría del sistema al 30% de los tambos", y las
pérdidas sólo en esa área serían cercanas a los 200 millones de dólares.
De acuerdo a lo
indicado por el organismo, se trata de un espacio territorial de 300.000
hectáreas dedicadas mayormente a la actividad tambera y que contribuye al 55
por ciento de la producción lechera interprovincial.
Siempre según el
INTA, esa zona acumula más de un año sin lluvias. La sequía imperante generó
problemas de abastecimiento de agua para bebida animal y destruyó las pasturas
tradicionales. Ante ese escenario, se multiplican los productores del área que
han comenzado a descapitalizarse por venta de hacienda.
Los datos de caída
de producción en el mapa general de la lechería impactan por su contundencia:
el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) da cuenta de
una reducción del 16 por ciento intermensual constatada durante
febrero, marca por demás de superior a la media histórica.
La baja en la
generación de leche, reconocen en la OCLA, es consecuencia de "la
importante sequía que afecta la mayoría de las cuencas lecheras y la incidencia
de altos costos de producción (concentrados, entre otros insumos vinculados a
la alimentación del rodeo) que generaron efectos negativos sobre la producción
de leche".
Tambos: otra caída, tras un 2022 desastroso
La producción de
leche cerró un 2022 para el olvido y la perspectiva para este año, como se
viene exponiendo, es por demás de preocupante.
La suba
incontenible de los costos operativos, combinada con una rentabilidad en
descenso por efecto de la inflación disparada, mantiene en estado crítico el
funcionamiento de un segmento que sufrió el cierre de 400 tambos durante
el ejercicio pasado. Las entidades de la lechería señalan, además, que la
sequía también pega en los gastos de la actividad y piden una suba del precio
por litro.
El dato del cierre
pronunciado durante 2022 fue informado desde la Asociación de Pequeños y
Medianos Empresas Lácteas (APYMEL), que además dio cuenta de la afectación que
provoca la sequía en el costo de los insumos productivos.
En el sector
también exponen al precio de 61,59 pesos por litro que perciben los productores
como otra variable que complica el escenario para los tambos a partir de la
inflación vigente. Los productores de leche señalan que, para compensar el uso
intensificado de soja y maíz como alimentación para el ganado por la falta de
pasturas, la unidad debería pagarse al menos 25 pesos más. |