El Gobierno captó ayer US$1000 millones de inversores internacionales que suscribieron el bono de deuda llamado Bonte30 (por su año de vencimiento ). Así, cumplió el objetivo que se había propuesto, a la vez que logró romper el bloqueo que enfrentaba desde hace siete años para acceder a fondos globales, producto de un largo historial de incumplimientos. El bono es a 5 años de plazo y pagadero en pesos, pero se suscribió únicamente en dólares. El resultado de la operación le permitirá al Gobierno mostrar voluntad de cumplir con la meta de reservas pactada con el FMI. Los fondos nutrirán, al menos temporalmente, las tenencias del Banco Central. En la licitación hubo 46 ofertas de compras de inversores por $1,94 billones (US$1694 millones). Esa sobredemanda le permitió al Gobierno fijar la tasa de interés en el 29,50% nominal anual, algunos puntos por encima de la que esperaban algunos analistas de mercado, según anticipó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, en la red X. “Excelente noticia. Poder refinanciar vencimientos de capital es trascendental”, celebró por su parte el ministro de Economía, Luis Caputo. El Gobierno logró su objetivo al captar ayer US$1000 millones de inversores internacionales con la emisión del Bonte 30. De esta manera, logró romper el bloqueo que enfrentaba para acceder al mercado global, producto de su largo historial de incumplimientos. Se trata de un bono a cinco años pagadero en pesos, pero suscribible solo en dólares. Tiene además una opción de “rescate” a los dos años. Lo hizo tras recibir 46 ofertas de compras de inversores extranjeros por un total de $1,94 billones (US$1694 millones), sobredemanda que le permitió prorratear la asignación y fijar la tasa de interés en el 29,50% nominal anual, algunos puntos por encima de la que esperaban algunos analistas de mercado, según anticipó mediante un posteo por la red X, tal cual es su costumbre, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. “Excelente noticia. Poder refinanciar vencimientos de capital es trascendental!”, valoró el ministro de Economía, Luis Caputo, apenas se conoció el informe del resultado de la subasta. Quirno valoró que la operación haya permitido “ampliar el universo de inversores interesados en nuestros bonos en pesos” para que el Tesoro logre, a la vez, “una extensión del plazo promedio” de esta deuda, lo que se le venía negando en los últimos meses. Con relación a la tasa de interés, Delphos Investment había explicado que ella permitiría inferir “el grado de optimismo/pesimismo de los inversores internacionales con relación al potencial éxito del plan económico en el mediano plazo”. La consultora la había estimado en un rango del 24% al 27% nominal anual, considerando el put concedido a los compradores para ejecutar –si así lo requirieran– su rescate anticipado en 2027, algo más bajo que la convalidada, aunque al tratarse de una emisión sin precedente en siete años puede considerarse un sobrecosto inicial “normal”. Por lo pronto, el ingreso permitirá al Gobierno mostrar al menos voluntad de cumplir con la meta de reservas recientemente pactada con el FMI, verificable a mediados de junio, ya que se traducirá en un aumento de sus depósitos en dólares. Esas colocaciones –por vía de los encajes– nutrirán, al menos temporalmente, la tenencia del BCRA, hoy robustecida, aunque compuesta casi exclusivamente por deuda. Además, podrá recurrir a esos fondos unos veinte días después para hacer frente al pago de servicios de los bonos de la deuda reestructurada, por unos US$4400 millones, que vencen el 9 de julio. Por añadidura, la operación podría contribuir a acelerar la tendencia a la baja del riesgo país, que hoy se encuentra estancado en torno de los 650 puntos básicos, y que se mantiene alto por el efecto que provoca la suba de tasas en la deuda de Estados Unidos –utilizada como referencia para ese cálculo–. También podría allanar el camino para una eventual recalificación del mercado local, actualmente catalogado como “fronterizo”, a la categoría de “emergente”, lo que implicaría una mejora en la percepción de riesgo. La colocación se dio en el marco de la licitación rutinaria de deuda en moneda local que el Gobierno realiza cada dos semanas para refinanciar vencimientos heredados. En esta oportunidad se ofrecieron, como es habitual, otras letras del Tesoro y bonos en pesos, en su mayoría a corto plazo. En ese marco, el Gobierno cumplió su compromiso de computar este ingreso (convertido a un dólar El Ejecutivo espera comenzar a alinear las tasas con la baja de la inflación de $1148) como parte del total necesario para lograr, como máximo, un roll-over del 100% del compromiso de pago de deuda en pesos más urgente, que ascendía a $8,55 billones. Así lo había anunciado el propio Quirno, como parte de la estrategia para mantener el equilibrio monetario y propiciar un acomodamiento a la baja de las tasas de interés locales, tanto de corto como de mediano plazo. Con esa maniobra, el Poder Ejecutivo espera comenzar a alinear las tasas con la baja de la inflación que ya se registra, según mediciones privadas, y que se profundizaría en los próximos meses. Se trata de un dato clave que el Gobierno aspira a capitalizar de cara a las elecciones de mitad de período de octubre. Algo de eso comenzó a notarse al poder reducir a un rango del 32,15% al 35,75% nominal anual la curva invertida (las más altas son para los plazos más cortos) de tasas en pesos, un rango que iba del 34,8 al 37% solo algunas semanas atrás. Desde Aurum Valores consideraron “bueno” que el Gobierno haya actuado de manera pragmática, saliendo de “la encerrona en la que estaba enfrascado” al proclamar que no compraría divisas hasta que el dólar alcanzara el piso de la banda de flotación establecida a mediados de abril. “Eso se veía muy poco probable, dado cómo operaba el mercado”, evaluaron. Mercado internacional También destacaron como positivo haber retomado por esta vía el acceso al mercado internacional, “en un contexto en el que el posicionamiento técnico de deuda local en poder de no residentes es mínimo”. De hecho, según los últimos datos oficiales, al cierre de 2024, la deuda en pesos en manos de no residentes ascendía a US$680 millones, equivalente a apenas el 0,4% de la deuda total emitida en moneda local. El Tesoro Nacional completó con captación de fondos con la emisión de cinco letras de capitalización (Lecap) y un bono de capitalización (Boncap) que le acercaron $7,22 billones a tasa fija (mensuales que van del 2,58% al 2,35% anual) además de $165.000 millones más que llegaron por suscripciones del bono con capital ajustable por inflación (Boncer) colocado a una tasa del 9,74%. |