Por Caetano Mohorade - El endurecimiento del
cepo cambiario no sólo logró contener (artificialmente) la demanda de dólares
en el segmento oficial, sino que también logró frenar la caída de los depósitos
a plazo fijo del sector privado que anotaron una baja del 3,5% en octubre. El
stock promedio de estos instrumentos terminó el mes en $1,146 billones, en
medio de mayores presiones cambiarias, dado que los distintos agentes buscaron
dolarizar sus carteras, en un contexto de mayor incertidumbre en el plano
local. Pero, tras la imposición del cepo hard, el stock
registró un aumento del 3,1%, terminando el mes en $1,13 billones.
Lo que ocurrió
desde las PASO, y se extendió durante octubre, fue uno de los fenómenos
habituales que se da en la Argentina en períodos electorales (o de mayor
incertidumbre). Los agentes salen a comprar dólares en medio de un mayor
nerviosismo, ya que en el país la moneda ha demostrado en numerosas
oportunidades (más de las que nos gustaría admitir a los argentinos) funcionar
como reserva de valor.
Sebastián Einstoss, de
la consultora Seido, sostuvo que “todos estos movimientos se ponen en un
contexto; la caída de los depósitos a plazo fijo se frenó como respuesta al
cepo hard, que se traduce en el corto plazo en una recuperación de la demanda
de dinero, que aumentó ligeramente”. Consideró “que los agentes compraron
dólares en exceso previo a las elecciones de octubre y algunos vieron la
necesidad de aumentar la liquidez en pesos”. Einstoss destacó, además, que el
endurecimiento del cupo para la compra de dólares “aumenta el atractivo en la
tasa de interés, a través de una mayor estabilidad del tipo de cambio, que en
la última semana estuvo más tranquilo”. Desde la semana pasada, los bancos
oficiales comenzaron a salir a comprar divisas para sostener el valor de la
moneda estadounidense.
Todo este fenómeno
se dio a pesar de la caída de las tasas de interés en pesos, que disminuyeron
desde el 58% a principios de mes hasta el 49,4% el 31 de octubre. Para los
próximos meses, el BCRA ya
dio señales de que continuará con el sendero bajista de la tasa de interés. Hoy
en día, la misma se encuentra en un 3,8% mensual, frente a una inflación
esperada cercana al 4% para noviembre, de acuerdo con los datos del REM. Esto
implica que la misma ya ha comenzado a ubicarse en niveles negativos en
términos reales, lo que podría desincentivar este tipo de inversiones en los
próximos meses y aumentar la brecha cambiaria.
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