Por Juan Gasalla - La aplicación de controles de cambio tiene
un efecto inmediato: el de detener la salida de divisas del sistema financiero
y contener las presiones devaluatorias para la moneda doméstica. Pero
trae a la vez otras consecuencias colaterales, como el de rezagarse frente
a una inflación que persiste con una marcada inercia.
La inestabilidad financiera, derivada de la derrota oficialista en
las elecciones primarias del 11 de agosto y en las generales del 27 de octubre,
impulsó al Banco Central a imponer una restricción acotada a USD 10.000
mensuales para la demanda de personas físicas el 1° de septiembre, que ajustó en forma drástica a USD 200 mensuales
el 28 de octubre, ya definida la contienda presidencial.
A diferencia de la restricción al dólar que abarcó prácticamente todo
el segundo período presidencial de Cristina Kirchner,
el esquema actual se diferencia básicamente por un tipo de cambio mucho
más alto, frente al anterior que buscó consolidar el atraso cambiario en el
mercado formal como “ancla” inflacionaria.
Después de la escalada de 2018 y 2019, ¿cómo puede mensurarse el
presente valor del dólar? El tipo de cambio real multilateral que
calcula el BCRA está hoy un 24,5% más apreciado que el del 17 de diciembre
de 2015, cuando la administración de Mauricio Macri anunció la
eliminación del control de cambios vigentes desde el 31 de octubre de 2011.
Aunque la competitividad cambiaria perdió unos 20 puntos porcentuales
en los últimos tres meses, aún está unos 13 puntos por encima del
registro del 9 de agosto de este año, la última rueda antes de las
elecciones primarias, cuyo resultado desencadenó un descalabro financiero, que
junto con una aceleración de la inflación y la devaluación profundizaron la
caída de la actividad económica.
El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral está
ahora unos 22 puntos porcentuales por debajo del máximo de la gestión
de Macri, alcanzado el 14 de agosto de este año, cuando el rampante
avance del precio del dólar -el mayorista cerró en un récord nominal de $60,40-
elevó al tipo de cambio 46,9% por encima de la referencia de la salida de
los controles de 2015.
En los últimos tres meses la inflación sumó unos 12 puntos
porcentuales, en buena medida recalentada por el alza del dólar post PASO.
Asimismo, entre el 11 y el 14 de agosto el billete verde subió un 32%, para
quedar casi inmóvil y debajo de los 60 pesos en
la cotización mayorista hasta hoy.
Ya establecido un incipiente control de cambios del 1° de septiembre, el
valor de la divisa de EEUU prácticamente se “congeló” mediante importantes ventas
de contado del BCRA y luego por los límites más estrictos para
la demanda desde la medianoche de la última jornada electoral. Hay que recordar
que el Central efectuó ventas por un total de USD 7.460 millones entre
el 12 de agosto y el 25 de octubre, para impedir un mayor encarecimiento del
dólar.
El del 14 de agosto fue el tipo de cambio real más alto desde el 12 de
diciembre de 2009, hace casi una década. Asimismo, el nivel de tipo de
cambio presente es comparable al de mediados de 2011 –junio, julio y
agosto–, antes del control de capitales del kirchnerismo.
SALDO
COMERCIAL Y TIPO DE CAMBIO REAL
“Se espera que el nivel actual de tipo de cambio pueda generar un mejor
espacio para el sostenimiento del crecimiento de las exportaciones, aún
con las tensiones de precios domésticos puedan matizar el efecto”,
consideró Martín Calveira, economista del IAE de la Universidad Austral.
De todos modos, Calveira advirtió que el nivel del tipo de cambio real
actual "se ubica un 5% por debajo del promedio histórico enero
1959-octubre 2019. Es decir, en promedio histórico, el nivel actual registra
una incipiente apreciación real”.
|