Juan Carlos de Pablo
- En la primera clase de un curso de estadística descriptiva, el alumno
se familiariza con los indicadores de posición, de los cuales el promedio es el
más conocido; y en la segunda con los de dispersión, de los cuales la
desviación típica es el más popular. La combinación de ambos indicadores se
ilustra con el caso del que se ahogó en un lago cuya profundidad promedio es de
10 centímetros.
Me estaba
acordando de esto cuando leí que, según FIEL, entre diciembre de 2019 y enero
de 2020 en promedio los precios al consumidor aumentaron 3,5%, porque los
precios de los productos estacionales subieron 3,5%, los regulados, 2,1%, y la
tasa de inflación "núcleo", la que ignora los factores
circunstanciales, fue de 4,1%. Ergo, el promedio es noticia, pero la dispersión
también.
No hagamos una teoría de un solo
número, pero interpretemos bien los resultados. El gobierno de Alberto Ángel Fernández está aplicando una política redistributiva, dentro del sector privado, altamente discrecional, con una fuerte
concentración decisoria en el presidente de la Nación. ¿Por qué habría de bajar
la tasa de inflación, en este contexto?
Fernández afirmó que "la ley de
góndolas es clave para combatir la inflación". Según el proyecto, un
supermercado que destina 100 metros a la comercialización de gaseosas no puede
dedicar más de 30 a una única marca, debe incluir por lo menos otras 4 marcas
en 40 metros, está obligado a vender gaseosas producidas por alguna pyme en 25
metros y por algún fabricante individual, indígena o proveniente de la economía
popular en los 5 metros restantes. Pregunta: si ningún fabricante individual,
indígena o proveniente de la economía popular fabrica gaseosas, ¿tiene que
quedar libre el espacio?
Pensar que la
"democratización" de la oferta reduce la tasa de inflación confunde
nivel con aumento de los precios. El aumento del precio del dólar, de los
impuestos, eventualmente de las tarifas, etcétera, en principio afecta a todos
los productores. ¿Por qué quienes fabrican terceras marcas van a aumentar menos
los precios que las primeras?
Espero que este gobierno no esté
pensando en luchar contra la inflación aumentando los costos de los
supermercados, pero no los de los competidores. Por ejemplo, subiendo las
tarifas o los impuestos sobre la base del tamaño de los establecimientos. Pero
lo espero en el sentido de la esperanza, no en el de las expectativas.
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