El Gobierno argentino
alcanzó un acuerdo con tenedores de bonos locales para canjear cerca de 200.000
millones de pesos (3.200
millones de dólares) de deuda en
pesos, en una licitación planeada para el jueves, dijo a Reuters el ministro de
Economía, Martín Guzmán.
El canje
planificado, que ofrece nuevos instrumentos que vencerán entre el 2021 y el
2024 por títulos que expiran este año, es parte del objetivo de Argentina
de ganar más tiempo para realizar pagos en medio de la crisis de la deuda
soberana.
"El objetivo
es diferir una significativa porción de la deuda en pesos a tasas de interés
sustentables", dijo a Reuters Guzmán, que agregó que el Gobierno
espera "canjear alrededor de 200.000 millones de pesos en deuda de corto
plazo en esta primera ronda".
Guzmán, que también
mantiene duras negociaciones con acreedores internacionales para reestructurar
cerca de 70.000 millones de dólares en deuda bajo ley extranjera, agregó
que diferir pagos de deuda en pesos aliviaría "la presión sobre las
necesidades de financiamiento del Tesoro y, en las condiciones actuales, sobre
el Banco Central también".
"Un resultado
favorable facilitaría un gradual pero persistente proceso de acumulación de
reservas extranjeras, que en opinión del Gobierno es una condición necesaria
para aliviar los controles a capitales", dijo.
El Gobierno estuvo
concentrado en diferir bonos en pesos a través de una serie de licitaciones
para canjear deuda. Pero en el plano internacional de sus obligaciones el
panorama es más difícil.
Al mismo tiempo, el
Gobierno mantiene conversaciones por un nuevo programa con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), que en el 2018 aprobó una línea de crédito por 57.000
millones de dólares a Argentina. De ese total, el país utilizó 44.000 millones
de dólares.
La semana pasada
Guzmán dijo que Argentina necesita un "alivio sustancial" de los
tenedores internacionales de instrumentos en su proceso de reestructuración, en
una señal de firmeza ante acreedores.
Sin embargo, esas
negociaciones podrían sufrir algunas demoras debido a los efectos del
coronavirus, cuyos casos crecen en Latinoamérica y han obligado a
Argentina a imponer estrictas medidas de cuarentena y cerrar sus fronteras.
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