Por Maia Jastreblansky - “Alberto lo dijo claramente: el único interlocutor para negociar la deuda fue, es y será Martín Guzmán y el mérito es de él”. El mensaje que salió de Olivos tras acordar con los bonistas tuvo dos objetivos. Hacia afuera, fortalecer al ministro de cara a las tratativas que restan con los acreedores hasta el 24 de agosto. Hacia adentro, desestimar las versiones que trascendieron sobre otros mediadores, entre ellos, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Alberto Fernández nunca quiso habilitar a los bonistas una terminal distinta de la del palacio de hacienda y no quiere hacerlo ahora, cuando aún hay que ajustar aspectos jurídicos de los contratos y lograr la adhesión de bonistas minoristas. Massa, que tiene una red de relaciones de larga data con los fondos de Wall Street, tampoco quiere aparecer desalineado de la estrategia presidencial. “Si los bonistas lo buscaron fue porque lo conocen, pero él jugó alineado con Guzmán, nunca abrió una diagonal”, dijeron ayer en su entorno. El titular de Diputados fue mencionado como uno de los facilitadores que acercaron posiciones con Blackrock, el fondo más duro de la negociación, junto con el EXCEO de YPF Miguel Galuccio. Pero cerca del Presidente le dieron todo el crédito al ministro de Hacienda. “La deuda la negoció Guzmán. Desde el primer día y únicamente”, repitió ayer a la nacion un alto funcionario de la Casa Rosada. El martes, la agitada agenda obligó a suspender el habitual almuerzo político de Fernández; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Wado de Pedro; el titular del bloque del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner, y el propio Massa. Pero ayer, una vez que cedió la adrenalina del acuerdo, se ensayó un almuerzo con todos los dirigentes, a excepción del Presidente, en el Palacio de Hacienda. Guzmán fue el anfitrión, en una mesa a la que también se sumó el director por el Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos. Los aliados del Frente de Todos analizaron los pormenores del acuerdo con los bonistas y conversaron sobre los pasos a seguir: la negociación con el FMI y los proyectos económicos que deberán pasar por el Congreso. Mensajes Sin que estuviera organizado, Massa fue el primero en ponerle la cara al acuerdo que se selló con los bonistas en la madrugada del martes. “Es una quita impresionante, más de 30.000 millones de dólares, gracias al trabajo de todo el equipo de gobierno”, dijo en el Congreso. En Olivos no estaban al tanto de que Massa hablaría frente a las cámaras en el Salón de los Pasos Perdidos. En ese momento, Fernández estaba reunido con Guzmán, Cafiero y otros colaboradores. Cerca de Massa argumentaron que el titular de la Cámara baja muchas veces tiene intercambios con los periodistas antes de las reuniones de labor parlamentaria y que el micrófono siempre está dispuesto allí, en Pasos Perdidos. La diferencia es que ayer estaba claro que había mucho más interés que en otras sesiones, porque el acuerdo con los bonistas estaba muy fresco y porque estaba previsto tratar dos proyectos claves para el Gobierno, que luego se aprobaron por amplia mayoría: la reestructuración de la deuda bajo legislación local y la ampliación del gasto. Esa expectativa hizo que Massa apareciera en buena parte de los canales de noticias dando el primer mensaje posterior al acuerdo. De todas formas, ayer en Olivos no quisieron polemizar más. El Presidente quiere aprovechar el buen clima del acuerdo para consolidar el frente político interno . |