Por Diego
Piccardo e Iván Cachanosky - A pocos días de las PASO, el dólar blue comenzó a despertarse y como es habitual en
contexto de elecciones, el mercado cambiario vuelve a cobrar protagonismo. Con las nuevas regulaciones de la CNV,
la presión se canalizó en el dólar blue que alcanzó los $187 (máximo 2021), avanzando un 1,9% en
sólo un día. Este comportamiento responde a la elevada
incertidumbre que reina en el contexto de las elecciones, generando una mayor
dolarización en las carteras por motivos precautorios.
En este
contexto, la gran pregunta que se hacen muchos es qué puede ocurrir
con el dólar.
Desde luego no es algo que se pueda saber con certeza, pero hay dos puntos
importantes a tener en cuenta.
El primero es que,
dentro de la estrategia del plan electoral, destaca (entre otros) mantener la
paz cambiaria. Existen instrumentos para pensar que podría
alcanzarse este objetivo, por lo menos hasta noviembre.
Si bien las
reservas internacionales netas se encuentran en niveles bajos en torno a u$s2.500 millones (descontando los DEGs y el oro),
tanto el BCRA como el FGS poseen bonos en dólares que servirían para mantener a
raya a los dólares paralelos legales (CCL, MEP). En caso de que la pérdida de
reservas se agudice, no se debe descartar el escenario de que se profundicen
trabas a las importaciones. Por un lado, esto traería un alivio transitorio al
mercado cambiario, pero por el otro, generaría un costo en la evolución del
nivel de actividad.
El segundo punto,
es monitorear de cerca aquellas variables que podrían alertar una eventual
devaluación del tipo de cambio oficial. Entre las más importantes destacamos:
-la brecha cambiaria
- las reservas internacionales
netas
- la existencia o no de un atraso
cambiario
En lo que respecta
a la brecha cambiaria (blue vs mayorista oficial), ésta se encuentra en torno
al 90%, con una tendencia creciente, lo que genera preocupación. El problema de
poseer brechas altas es que en algún momento comienzan a usarse los tipos de
cambio paralelos como referencia de precios, generando problemas en la balanza
comercial ya que genera incentivos a anticipar importaciones y a postergar
exportaciones.
Por el lado de las
reservas internacionales netas, como ya hemos mencionado, se encuentran en niveles bajos y el BCRA pasó de una posición
compradora a una vendedora, con un septiembre que ya lleva más de u$s300 millones vendidos en 6 ruedas. Por último, es
cierto que el atraso cambiario no es una preocupación mayor hoy, pero sí se los
está alimentando desde febrero y no es sostenible continuar indefinidamente con
la estrategia de pisar el tipo de cambio.
En este marco,
queda claro que, si bien el BCRA cuenta con algunos instrumentos, la situación
del mercado cambiario es delicada. Para corregir este rumbo es
importante que el gobierno trabaje en fortalecer la credibilidad y un exitoso
acuerdo con el FMI es una buena oportunidad para hacerlo.
Recordemos, que un
acuerdo con el FMI es condición necesaria pero no suficiente para recuperar del
todo la confianza. Es un primer paso para comenzar a encarar las reformas
estructurales, con los amortiguadores sociales adecuados, y que es importante
que esas reformas continúen más allá del color político de los gobiernos que
vengan a futuro.
Economistas de la
Fundación Libertad y Progreso.
|