Por Jorge Herrera - El BCRA “ancló” el tipo
de cambio desde el segundo semestre del 2021 donde, insoslayablemente, el
crawling peg fue corriendo detrás de la inflación. Este, infructuoso, intento
por desacelerar la tasa mensual de inflación quedó en completa evidencia en los
últimos meses. Ahora bien, nuevamente emergen voces alertando sobre el retraso
cambiario. Cierto es que, según cualquier metodología usualmente empleada, el
tipo de cambio real multilateral muestra desde el comienzo del 2021 un
“retraso”. Que se fue desvirtuando, a favor y en contra, principalmente por el
devenir del real brasileño. ¿Pero qué tan barato está el dólar,
como alertan algunos? Más allá del tradicional debate lo más aconsejable es no
perder la perspectiva.
No
puede negarse que a nivel mundial ha pasado algo. Nada menos que una fuerte
apreciación del dólar, a partir sobre todo de la normalización de la política
monetaria de la Fed. Claro que con una alta inflación, presiones salariales y
un mercado laboral ajustado se complica la capacidad de la Fed para lograr un
aterrizaje suave. Así el mercado bursátil se ajustó a la realidad de una Fed
más agresiva y una desaceleración del crecimiento. Los inversores fueron a
refugiarse en el dólar, que según el Índice Dólar se apreció casi 8% en lo que
va del año. Por ejemplo, el yuan que cotizaba a 6,30 a fines de febrero pasado
ha trepado a 6,7 unidades por dólar.
Claro
que venía, pandemia mediante, cayendo desde los 7,2 en mayo 2020. Otro tanto
ocurrió con el euro y el yen. Todos perdieron frente al dólar, entre un 5% a
13%. Demás está decir que todas las monedas emergentes, con sus más y sus
menos, sufrieron la fortaleza del dólar. Al respecto el maná del cielo que
fue la apreciación del real, que desde los R$5,74 por dólar de fines de 2021
cayó a R$4,6 a principios de abril pasado, se agotó tras saltar ahora a R$5.
Frente a esta evidencia mundial y la reciente apreciación del peso no hay más
que rendirse. Es como una llave “Doble Nelson”: se devalúa por debajo de la
inflación y el dólar se aprecia contra todas las monedas. Claro que el BCRA
piso un poco más el acelerador.
Según
datos de Estudio Broda, en marzo subió el ritmo devaluatorio al 3,3% mensual y
al 3,9% en abril (venía del 2,2% y 2,5% en el primer bimestre). Pero en
paralelo la tasa de inflación mensual corrió el primer bimestre al 3,9% y 4,7%
y al 6,7% en marzo y abril promete otro tanto. O sea, no fue suficiente, menos
para anclar expectativas. ¿Pero qué tan mal se está? Está claro que el tipo de
cambio real ha perdido competitividad. Y es cierto que, para simplificar, los
economistas señalan que el tipo de cambio real es la inversa del salario real.
De modo que si uno sube, el otro baja y viceversa. Pero al margen de las metas
pautadas con el FMI pareciera que se está dejando de lado no solo de dónde se
viene sino dónde se está.
La
economía hace años que viene arrastrando desequilibrios que van eclosionando
espasmódicamente distintos aspectos de la macro. Se sostiene que el dólar está
barato. Veamos. El dólar paralelo (CCL) del pico de octubre del 2020, según
datos de Macroview, es hoy equivalente a casi $290 mientras que el de los
últimos meses de Macri de casi $170. Ante el planteo de si el CCL debajo de
$200 ese caro, Macroview considera que “es un dólar acorde a esta macro
inestable e incierta”. O sea, es propio de un contexto de inestabilidad como el
actual y similar por ejemplo a los ’80 con Alfonsín y Menem. Porque un dólar paralelo
de crisis terminal hoy sería equivalente a más de $350/$380.
Claro
un CCL de $200 con una crisis terminal sería barato. Hoy pareciera no ser ese
contexto. Mientras que el dólar oficial, hoy en $114, no está para nada atrasado
respecto de su nivel promedio histórico. Por ejemplo, dólares oficiales
atrasados como con Kicillof (2015) o Sturzenegger (2017) serían hoy de $82 y
$88 respectivamente, y el de Convertibilidad o la Tablita de Martínez de Hoz
(1979/80) de $76 y $65. Pero ocurre que los salarios están enterrados en el
subsuelo.
¿Cuánto
es el salario en dólares promedio de la economía? Seguramente que ahí se está
con una super competitividad. No hay quejas de la UIA ni de los exportadores.
Tampoco olas de argentinos viajando por el exterior. Por más que digan que hay
“miles” de reservas para el Mundial. Entonces, muy barato no está, menos en
términos de los ingresos familiares. |